El 10 de febrero me paso por la
Librería Estudios, en la calle Mesones. Hace un frío que pela por la calle y
penetra hasta en la librería. Loli Espinosa, la dueña del negocio, me confirma
la triste noticia: “El sábado cierro la librería”. Han pasado 57 años desde que
su padre Gabriel, su hermano José y ella abrieran el negocio familiar, allá por
1958. “Antes que nosotros, estaba aquí la tintorería ‘El águila’ y en la calle
Mesones recuerdo que había cinco librerías: ‘Ventura’ vendía libros de
Medicina, ‘Almendros’ era papelería, lo mismo que ‘Cervantes’ y ‘Costales’, que
estaba donde ahora se encuentra CajaGranada. También estaba la librería Prieto,
que vendía libros para la Escuela de Comercio. Y de los comercios antiguos de
aquella época, sólo quedamos la farmacia Gálvez y la Librería Estudios. Ahora
la calle tiene tres farmacias, como antes”.
Loli me entrega una fotocopia, donde
viene la relación de comercios que había en la calle Mesones, en 1969. En ese
año se reformó la calle, a petición de los comerciantes y con la autorización
del Ayuntamiento, que entonces presidía José Luis Pérez Serrabona. Cada
comercio aportó una cantidad, dependiendo de los metros lineales que ocupaba. Así
por encima, entonces había doce tiendas de calzados en Mesones –el nombre le
viene porque era la calle de los mesones–, lo que da a entender que la gente
gastaba más suelas de zapatos, porque había menos vehículos. Eso sí, en esta
calle emblemática del comercio como es natural no había ningún zapatero
remendón. Sin embargo, en los barrios de Granada los encontrabas a pares. Entre
los bancos de la calle Mesones había una sucursal del Banco Central y otra del
Banco de Bilbao, que desaparecieron con las fusiones posteriores de bancos.
Otros comercios de aquel entonces me suenan, como ‘Armería y deportes El
cazador’, ‘Albardonería Juan Moral’, ‘Guarnicionería y artículos de viaje El
caballo’, ‘Espartería Gómez’, –de estos tres últimos comercios apenas si quedan
en Granada, por lo que es una pena–, y la ‘Compañía Granadina de Industria y
Comercio’, que era el depósito de droguería y medicamentos.
En la calle Mesones había también cuatro ferreterías, ‘La campana’, ‘El candado’, ‘Mesa Hermanos’ y ‘Las artes’, hoy no queda ninguna; dos sombrererías, ‘Bermúdez’ y ‘Sevilla’ –nuestros padres usaron mucho el sombrero y la gorra–, ‘Almacenes de quincalla y otros La mariposa’, ‘Almacenes de tejidos, Buenos Aires’ (hará cinco años que echó el cierre), el ‘Bar y la Pensión el Rinconcillo’, que estaban en la plaza de Cauchiles. La relación se completa con varias cafeterías, tiendas de tejidos y muebles, una ortopedia, tres farmacias y alguna óptica. En total había 82 locales comerciales, algunos con 1,10 metros lineales.
Loli prosigue con su historia: “La
diferencia es que antes se usaba más la cabeza y las manos en la escuela, pues ahora
están con los ordenadores. Los estudiantes compraban en la librería el
cartabón, la escuadra, la regla, el compás, la bigotera, el tiralíneas, los
lápices de carboncillo, papeles ingres y tina –estos para el dibujo lineal–, el
pantógrafo lo utilizaban los delineantes para los planos, etc. También
vendíamos folios, bolígrafos, gomas… Hace unos veinte años que dejé de vender
libros de texto porque la venta se puso complicada –sería cuando los grandes
almacenes empezaron a venderlos– y opté por los libros de lectura y, sobre
todo, de temas granadinos, así como revistas de moda y labores, postales,
libros de oficina…”.
Su padre falleció hace trece años y,
desde entonces, Loli ha estado llevando sola la librería, y abriendo mañana y tarde.
Ahora ha hecho 57 años desde que abrieron el negocio. Guarda unas cajillas de
plástico, donde hace años venían los bolígrafos inoxcrom, mientras que muchas estanterías se ven ya vacías, como un
triste presagio del próximo cierre. Todavía se ven algunos libros de latín y de
idiomas. Loli señala a los cebadores de los fluorescentes, que parecen botellas
colgando de la pared cerca del techo. “Van independientes de los tubos, porque
no había espacio para ellos en la entrada”, me dice. El cuadro de luz es otra
reliquia de los años sesenta, de color negro y con el botón rojo del
automático. Aunque encima ya le han colocado un contador digital de la luz.
También conserva un antiguo teléfono de disco, del que dice que es muy bueno.
Había que marcar cada número dándole una vuelta al disco. En mi casa yo
conservo un teléfono igual, que era de mis padres.
Un cliente le pregunta por un libro
y Loli le aconseja ediciones Miguel Sánchez y a don Ricardo Villa-Real, un profesor
avemariano al que yo le dediqué un
artículo, cuando falleció. Poco después, otro cliente le pide un recambio del
bolígrafo, y Loli le indica una papelería cercana. Los libros que un servidor ha
publicado, Loli los ha colocado siempre en el escaparate y esto es algo que no
puedo olvidar. Hace unos días, me decía un librero, que también se dedica a los
temas granadinos: “Antes se vendían 500 ejemplares de un autor, pero ahora
vendes cien y es demasiado”. La crisis ha hecho estragos en todas partes, pero
la Cultura se ha resentido bastante, pues el sueldo lo dedican las familias a
otros gastos más perentorios.
Recuerdo que el famoso Decreto Boyer, Decreto Ley 2/1985, se
aprobó precisamente para que los alquileres bajaran, pero al final produjo el
efecto contrario: los arrendamientos de viviendas se dispararon entonces. Sin
embargo, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), de 1994, tuvo en cuenta los
alquileres de locales comerciales, anteriores a 1985, a los que concedió una
moratoria de veinte años. Ahora ha pasado el plazo y le ha llegado el turno al
comerciante. Así, los que pagaban 400 euros de alquiler al mes, ahora los
propietarios les piden más de 2.000. Se calcula que esta subida le afecta al
10% de los comercios de Granada, de los 9.000 que existen, así como a varios
miles de comerciantes en la provincia.
Loli es una mujer amable y atenta a cualquier
observación que le hagas, es un placer conversar con ella y siempre la ves al
pie del negocio que regenta. “He continuado con la librería, abriendo paquetes
y atendiendo al público, es mi ocupación, mi preocupación y distracción. Como cuando
una hace las cosas con gusto”, me dice. En enero el propietario del
establecimiento le ha subido, de golpe y porrazo, a 2.500 euros pero esto es
inalcanzable para la librera. “Si hubiera pedido menos, hubiéramos podido
llegar a un acuerdo. ¿Cuánto tengo que vender yo para pagar el alquiler? Tengo
ya sesenta y siete años, y aquí se acaba todo”, me dice y con razón. Señalar
que ha cerrado también la colchonería de la calle Alhóndiga, una mercería muy
antigua en la calle Salamanca –creo que llevaba 50 años– y numerosos comercios.
Me paso sobre las 12:30 horas de hoy
por la librería. Están Loli, su hermano José, la sobrina y otros amigos. No se
ven caras tristes, al contrario, pero es la despedida. Le digo a Loli que es
una mujer muy atenta con el público y me responde: “Bueno, esto es algo que yo
he mamado desde pequeña. Recuerdo que a lo mejor estaba porfiando con mi padre
y llegaba un cliente. Entonces mi padre cortaba la conversación y lo atendía: ‘¡Dígame
usted!’. Y cuando se iba el cliente, seguíamos con la porfía para ver dónde se
colocaban los libros…”.
Lo dicho. Mañana, sábado, cierra la
Librería Estudios y Granada se queda un poco más huérfana: un local menos que
anuncia los temas granadinos.
Sintiéndolo en el alma las librerías es tan casi muertas, por culpa de la tecnología, les va a pasar como a los fotógrafos otro oficio que ha muerto, ya somo fotógrafos todo, con los móviles ya somos los reyes, de las fotos, y de la lectura, que equivocados que estamos,. y estas personas no han podido dejar a nadie en su puesto por que no se ganaría la vida, mira donde hemos llegado. Leandro
ResponderEliminarLlevas razón, Antonio. En 1969 había cinco librerías y papelerías en la calle Mesones, en la calle del comercio de Granada. En 2015 ya no queda ninguna, esto da idea de por dónde va la sociedad. Yo apuesto a que abren una tienda de móviles inmóviles. En la plaza de BibRambla, unos metros más allá, sólo queda una floristería, de las cuatro o cinco que había. Nos estamos quedando sin libros y sin flores, y cada día más idiotizados con los móviles
ResponderEliminarComentarios de Ideal en Clase: Leandro García: En España han cerrado miles de librerías, con la crisis. Inmobiliarias creo que cerraron unas 65.000, bares más de 50.000. Falta un estudio de las librerías, pero en la plaza de la Trinidad, al lado de Mesones, había dos librerías, Urbano y otra. También cerraron, el lema es menos libros y más You Tube, ya no hace falta quemar los libros como en la peli Fahrenheit
ResponderEliminarLeandro Garcia Casanova • Mejor comentarista • Universidad de Granada
Ya lo verás, Ángeles García-Fresneda Martínez , la nueva tienda que abra tendrá un nombre extranjero y exótico, por aquello del gancho.
Leandro Garcia Casanova • Mejor comentarista • Universidad de Granada
Gracias, José Luis Rivas, por tu elogio. Los artículos hay que cocinarlos, como la comida
Leandro Garcia Casanova • Mejor comentarista • Universidad de Granada
La humildad de Loli se merecía esta despedida. Toda una vida dedicada a vender libros y a atender al público con amabilidad. Esto es raro de encontrar
Ángeles García-Fresneda Martínez • Profesorado en Docencia
Verán lo que tardan en poner un bar o una tienda de baratijas...como todos sabemos, en Granada sobran librerías y falta dónde ponerse ciego de cañas y grasientas tapas.
Paky Paky
Loli, fuistes una gran profesional en tu establecimiento, alli comprba yo mis libros de texto, cuando en la libreria no se podia ni entrar, desde la puerta te hacia una seña y ya no hacia falta nada mas, me entendias y a los dos o tres dias pasaba y mis libros ya estaban preparados y tu padre todo un señor, que efctivamente enseguida que te veia te preguntaba ¿en que le puedo servir? !!!!que tiempos!!!!!, espero verte por ahí y poder charlar un poquito, un abrazo y muchas gracias por tantos años de dedicación hacia los demas.
Luis Morales
Los tiempos cambian. Hoy tenemos internet y grandes centros comerciales con tiendas de todo tipo. Entiendo que una callecita como la Mesones no pueda mantenerse a menos que se reinvente a las necesidades modernas. Hace ya muchos años que comenzó mi nostalgia por comercios que se iban perdiendo en esa calle y aledaños. Como ya he dicho, los tiempos cambian y el tiempo no se detiene.
Pilar Jimenez • Granada
Siempre te recuerdo con tu padre, yo iba al Ganivet y allí compraba todo, al principio me acompańaba mi padre, que era conocido del tuyo y allí echaban un ratito . Eras tan amable, carińosa pero creo que ya es hora que descanses y le des un cambio a tu nueva vida . Siempre te recordaremos con mucho cariño como una gran frofesional . Un abrazo
Más comentarios de Ideal en Clase:
ResponderEliminarSergio CaSo
Otro comerciante llorando por el fin de la renta antigua. Han tenido 20 años para buscar otro local, comprar el actual o hacer más competitivo su negocio. Ahora no pueden quejarse puesto que a todos los comerciantes les gustaría tener un local en Mesones por cuatro duros como lo tenían estos señores.
José Luis Rivas • Univ Granada Lic. Antropología - Dipl. Trabajo Social
Fantástico artículo.
Se acaban los comercios en donde encontrar lo posible... y lo imposible. Lo que no tiene nadie.
Un abrazo nostálgico para la Librería-Papelería Estudios y su familia.
Manu RMountain • Granada
¡¡Qué le vamos a hacer, LLolita, Pepito!! ¡¡Todo pasa!! Nos queda la amistad y el recuerdo (¿por cuánto tiempo?) de muy buenos momentos. Nostalgia, melancolía, una lágrima.... y un fuerte abrazo!!
Rosario Pallarés • Trabaja en UGR - Universidad de Granada
Yo tambien me entristezco con esta noticia. La recuerdo con mucho cariño y siempre con un excelente trato al cliente
Antonio Martin • Catedrático de Ingeniería Química en Universidad de Córdoba, España
Leo con profundo dolor la noticia del cierre de esta antigua librería donde compraba mis libros de texto y donde siempre me atendieron muy bien
Lola Unica Ortega • Universidad de Granada
Siento mucho el cierre de la librería ,me acuerdo que iba con mi abuelo a comprar los libros de texto,que recuerdos.....
Manolo Garrido Zamorano • Granada
Mi primer diccionario de inglés-español me lo compró mi padre ahí. Gracias por estos 57 años de cultura.
•
Mariajosé Garnica • Universidad de Granada
Los tiempos cambiaran, pero cada vez que cierran un lugar como esteResponder • Me gusta • Cancelar la suscripción a esta publicación , somos mas anónimos
Comentarios de Facebook:
ResponderEliminarRamón Montes-MOlina: que pena!
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Leandro Garcia Casanova La humildad de Loli se merecía esta despedida. Toda una vida dedicada a vender libros y a atender al público con amabilidad. Esto es raro de encontrar
21 h · Me gusta
Jose Reyes Gallego Asensio · 6 amigos en común
Una libreria cerrada, un paso atras mas.
19 h · Me gusta · 1
Leandro Garcia Casanova Así es, Ramon Montes-Molina, han cerrado muchas librerías durante la crisis
12 h · Me gusta
Leandro Garcia Casanova Ahora les ha llegado la puntilla con la subida del alquiler, Jose Reyes Gallego Asensio
12 h · Me gusta · 1
Manuel Robles López La cultura está en precario. Lástima.
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Gloria Blazquez Mansegosa Leandro Garcia Casanova. Ayer compartió mi hermana Belén, el post, sobre el articulo del cierre de la librería que escribiste en el periódico Ideal de Granada. La verdad, da verdadera lastima que muchos comercios antiguos cierren. Sobre todo los que fomentan la cultura. Creo que Internet, tiene mucho que ver. La música, cine, lectura, ya no se compran.
9 h · Ya no me gusta · 1
Leandro Garcia Casanova En 1969 había cinco librerías y papelerías en la calle Mesones, en la calle del comercio de Granada. En 2015 ya no queda ninguna, esto da idea de por dónde va la sociedad. Yo apuesto a que abren una tienda de móviles inmóviles, Gloria Blazquez Mansegosa
9 h · Me gusta
Leandro Garcia Casanova En España han cerrado miles de librerías, con la crisis. Inmobiliarias creo que cerraron unas 65.000, bares más de 50.000. Falta un estudio de las librerías, pero en la plaza de la Trinidad, al lado de Mesones, había dos librerías, Urbano y otra. También cerraron, el lema es menos libros y más You Tube, ya no hace falta quemar los libros como en la peli Fahrenheit 451, Manuel Robles López
9 h · Me gusta · 1
Amador Cañabate Muñoz ¿Para qué leer, si Belén Esteban y escoria parecida lo cuentan todo (lo que interesa a la masa)? Y lo minoritario, por desgracia, causa ruina. ¡Una pena!
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Leandro Garcia Casanova Gran Hermano, Boris Izaguirre, Jorge Javier Vázquez, y así, entre gays y golfos y celestinas, hacemos patria
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Juan Rodríguez Titos El viernes estuve hablando con la Dueña..., y despidíéndonos con tristeza.
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Brígida Martínez Esta mañana lo he leido en el periódico del Ideal (me gusta mirar las noticias de los periódicos de Granada), estaba tu comentario, como siempre eres bueno escribiendo. Saludos Leandro.
6 h · Me gusta · 1
Brígida Martínez Y en cuanto al cierre de estos locales es triste, si ya de por sí la gente lee poco, pues cuantas menos librerias menos libros a vender.
6 h · Me gusta · 1
Leandro Garcia Casanova Antonio Arenas me comentó que te habías pasado por la librería, ya no queda ni una librería en Mesones ni en la plaza de la Trinidad, Juan Rodríguez Titos . Loli es de la escuela antigua, "¿en qué puedo servirle?".
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Leandro Garcia Casanova Gracias, Brígida Martínez, no esperaba que tuviera esta repercusión el cierre de esta librería histórica. Cada día, menos libros, más borricos
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Pili Fernandez Garcia que lastima no hay nada como sentir ese olor tan peculiar del libro de siempre
15 min · Me gusta
Más comentarios de Ideal:
ResponderEliminarPaky Paky
Loli, fuistes una gran profesional en tu establecimiento, alli comprba yo mis libros de texto, cuando en la libreria no se podia ni entrar, desde la puerta te hacia una seña y ya no hacia falta nada mas, me entendias y a los dos o tres dias pasaba y mis libros ya estaban preparados y tu padre todo un señor, que efctivamente enseguida que te veia te preguntaba ¿en que le puedo servir? !!!!que tiempos!!!!!, espero verte por ahí y poder charlar un poquito, un abrazo y muchas gracias por tantos años de dedicación hacia los demas.
Responder · Me gusta · Cancelar la suscripción a esta publicación · 14 de febrero a la(s) 13:11
Luis Morales
Los tiempos cambian. Hoy tenemos internet y grandes centros comerciales con tiendas de todo tipo. Entiendo que una callecita como la Mesones no pueda mantenerse a menos que se reinvente a las necesidades modernas. Hace ya muchos años que comenzó mi nostalgia por comercios que se iban perdiendo en esa calle y aledaños. Como ya he dicho, los tiempos cambian y el tiempo no se detiene.
Responder · Me gusta · Cancelar la suscripción a esta publicación · 14 de febrero a la(s) 12:49
Pilar Jimenez · Granada
Siempre te recuerdo con tu padre, yo iba al Ganivet y allí compraba todo, al principio me acompańaba mi padre, que era conocido del tuyo y allí echaban un ratito . Eras tan amable, carińosa pero creo que ya es hora que descanses y le des un cambio a tu nueva vida . Siempre te recordaremos con mucho cariño como una gran frofesional . Un abrazo
Ideal: Leandro. En España han cerrado miles de librerías, con la crisis. Inmobiliarias creo que cerraron unas 65.000, bares más de 50.000. Falta un estudio de las librerías, pero en la plaza de la Trinidad, al lado de Mesones, había dos librerías, Urbano y otra. También cerraron, el lema es menos libros y más You Tube, ya no hace falta quemar los libros como en la peli Fahrenheit
ResponderEliminarLeandro Garcia Casanova · Mejor comentarista · Universidad de Granada
Ya lo verás, Ángeles García-Fresneda Martínez , la nueva tienda que abra tendrá un nombre extranjero y exótico, por aquello del gancho.
Leandro Garcia Casanova · Mejor comentarista · Universidad de Granada
Gracias, José Luis Rivas, por tu elogio. Los artículos hay que cocinarlos, como la comida
Leandro Garcia Casanova · Mejor comentarista · Universidad de Granada
La humildad de Loli se merecía esta despedida. Toda una vida dedicada a vender libros y a atender al público con amabilidad. Esto es raro de encontrar
Ángeles García-Fresneda Martínez · Profesorado en Docencia
Verán lo que tardan en poner un bar o una tienda de baratijas...como todos sabemos, en Granada sobran librerías y falta dónde ponerse ciego de cañas y grasientas tapas.
Alejandro Espinosa Ocaña · Granada
Estimado Leandro:
GRACIAS por este artículo, donde reflejas lo que ha sido este Librería para nuestra Familia y en concreto para mi Abuelo, Mi Padre y sobre todo mi Tía Loly que ha sido la que ha estado al frente del barco en estos últimos años.
De la misma manera GRACIAS a todas las personas que mediante sus comentarios, visitas, llamadas, cartas, etc….han dado su pequeño aliento, ánimo y reconocimiento a la labor que se ha intentado desarrollar al servicio del Público durante estos 57 Años.
Creo que se va una forma muy diferente de en entender los negocios, donde lo primero era el Cliente y por ello había que tratarlo con el máximo respeto y educación y en donde la finalidad NO SOLO ERA la de VENDER por VENDER, si no la de AGRADAR mediante la adquisición del producto adecuado y óptimo, o incluso el consejo para que lo encont... Ver más
Leandro Garcia Casanova · Mejor comentarista · Universidad de Granada
Las gracias a tu tía Loli, que ha expuesto mis libros de autor en el escaparate, mientras que en otras librerías no me lo permitían. Loli tuvo un detalle conmigo, que da idea de su generosidad, el día anterior al cierre. El último libro mío que vendió a una señora, esta se lo devolvió al cabo de unos días. Entonces yo le dije que me lo quedaba, pues podía venderlo fácilmente. Dije de abonárselo y no quiso, simplemente me lo regaló. Toda una vida al frente de una librería, llevando sola el negocio, lo dice todo. Loli es uno de esos personajes humildes que debemos de imitar y me alegro de que el artículo haya sido compartido en Facebook 75 veces y 1092 hayan tecleado ‘Me gusta’. Han cerrado cientos de negocios en Granada, pero ha sido Loli con la Librería Estudios la que se ha llevado este pequeño homenaje, la gente me para y me habla de tu tía. Loli pertenece a la vieja escuela del comercio –trato personal, dedicación y cortesía-, que hoy no se ve. Un saludo, Alejandro
Qué pena! A día de hoy, abril 2018 sigue cerrada la mítica librería estudios. Yo también compraba de niña mis libros texto allí y siempre mi madre y mi hermana me llevaban allí, y muy cierto, que Loli siempre nos atendía con su sonrisa, con su eficacia y su buen saber hacer. Qué pena de nuevos tiempos y nuevas tecnologías!
ResponderEliminarLa Librería Estudios cerró por la subida del alquiler, que le imponía el propietario y Loli se jubiló, digamos. Pero resulta chocante que el local siga cerrado tres años después, cuando podía sacar beneficios por el sitio céntrico, en la calle Mesones, porque antiguamente existían varios mesones
ResponderEliminarHa tenido 991 lecturas, gracias a todos por vuestros comentarios, el local de la antigua librería creo que sigue cerrado
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