El 10 de marzo pasado, le envié una reclamación al presidente del Centro de Estudios Pedro Suárez, de Guadix, don José Manuel Rodríguez, quejándome que en diciembre de 2022 salió publicado el Boletín número 35 del CEPS, en edición digital, sin embargo mi trabajo de investigación El castillo y las cuevas de la Morería (de Castilléjar) no viene publicado e ignoro los motivos. Y de que no he recibido ninguna comunicación de la directora del Boletín (Ana María Gómez, esposa del presidente) motivando por qué no ha admitido mi trabajo, si le faltaba algún dato, requisito o no reunía las condiciones. Al final le pedía que se motivara la no admisión de mi trabajo y que me envíen los informes de los dos revisores anónimos y las recomendaciones o indicaciones oportunas sobre mi trabajo. Incluyo este párrafo de la reclamación: “2. El descubrimiento del castillo del siglo XII, en Castilléjar, y el acceso a las cuevas de la Morería tras un siglo de aislamiento, perforando una cueva contigua, por el equipo Memolab, dirigido por el arqueólogo José María Martín Civantos, fue todo un acontecimiento del que se hizo eco la prensa granadina y andaluza, a finales de julio del pasado año. Sin embargo, mi trabajo sobre este importante descubrimiento arqueológico, destacando el contexto histórico, la defensa del patrimonio, el valor histórico y cultural y hasta la publicación en la página de Facebook, del CEPS, no ha sido admitido y se ha preferido publicar temas que no han salido en la prensa y escritos por quienes no son miembros. ¿Qué criterios de evaluación han aplicado para rechazar un tema mediático, como es un hallazgo arqueológico de hace nueve siglos…”.
Sin embargo, no concreta dónde están
los errores conceptuales y cronológicos de calado, y es cierto que falta la conclusión pero del
último párrafo se deduce claramente… Dan
vergüenza ajena los ataques personales, las expresiones despectivas y zafias
que utiliza el evaluador, lejos de la
imparcialidad, objetividad y seriedad que deben tener los informes. Se sirve del
informe para insultarme y difamarme, incluso califica el trabajo como si fuera
un fraude, pero lo más grave es que lo hace con total impunidad y con el visto
bueno del presidente. En estos casos,
lo lógico es indicar al investigador que corrija esto, que aquello no es
adecuado o no cumple las normas. Sin embargo, el evaluador no prueba nada sino que se inventa toda esta bazofia con el objeto de hacer daño. Me
gustaría decirle a este tipo que he editado cuatro libros y que
me han publicado artículos en Ideal durante cuatro años y en La Opinión de
Granada durante tres años, así como en el ABC de Sevilla, por no hablar de los
premios literarios que me han concedido. No se entiende que una asociación cuyo objeto es investigar, conservar y difundir el
patrimonio histórico de las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, avale un informe que rechaza con insultos y burdas descalificaciones
mi trabajo sobre el hallazgo arqueológico de un castillo del siglo XII y el
acceso a las cuevas de la Morería, violando además la dignidad y los derechos
más elementales de las personas. Habrá que recordar que el CEPS, en su estructura interna y
funcionamiento, debe ser democrático como establece la Constitución.
En el Boletín número
33, de 2020, vienen 11 artículos de miembros y 19 de investigadores, o lo que
sean, ajenos al CEPS. Y en el Boletín número 35, de 2022, vienen 23
trabajos: 8 son de miembros del CEPS, mientras que los 15 restantes
(casi el doble) son de personas ajenas. Y en este plan, a unos les sirve para
hacer méritos académicos y al presidente para hacer amistades por el mundo y
prodigarse en los medios. En mi escrito, le recuerdo al presidente que algunos trabajos
ajenos no cumplen con los criterios
y los aspectos relevantes que exigen las Normas de presentación. Sin embargo,
les aplican una doble vara de medir. Nada de extraño tiene que haya mucho
descontento entre los compañeros del CEPS: se quejan porque en los últimos años
se han elevado inexplicablemente las exigencias de manera que no les publican
los trabajos. Como dice un compañero, ¿de
qué nos sirve celebrar nuestro treinta y cinco aniversario, cuando se excluyen
a los miembros en favor de otros? Seguro que ellos, no tienen problemas para
publicar. Un miembro publicó un libro con una editorial y el presidente le
prometió que el CEPS le compraría cincuenta ejemplares. Al final no
cumplió lo prometido y este miembro ya no envía colaboraciones al Boletín ni
asiste a las asambleas desde hace años, porque está desengañado. Otro me dijo
que desde hace tiempo no envía artículos porque no se los publican y hasta
miembros históricos confiesan que están pensando en marcharse. Y así, unos y
otros se van desengañando.
A la vista de las últimas publicaciones, es
evidente que el presidente ha puesto el Boletín al servicio de sus amigos
mientras se excluyen con excusas y sin contemplaciones las colaboraciones de
los miembros. Al mismo tiempo se prodiga en los medios de comunicación, sacándole
un buen rendimiento al cargo y, en este plan, dirige el CEPS como si fuera su cortijo. Y esta es la razón por la que ponen tantas
trabas y obstáculos a la publicación de los artículos, por lo que el
presidente deberá explicar en la próxima asamblea a qué se debe este doble rasero
y con qué derecho un evaluador insulta y descalifica en su informe a un miembro
(con su complicidad), porque le ha pedido explicaciones por su colaboración.
Copio este párrafo de mi reclamación al presidente: “El Boletín
no puede estar dirigido por una sola persona, que publica o no los trabajos sin
siquiera informar a los miembros interesados. Debe de haber un consejo editorial efectivo,
que controle y dirija los trabajos presentados, con un baremo imparcial, para que no ocurran las arbitrariedades que he padecido y he tratado
de demostrar. Considero
que deben
cambiar las normas de publicación, de manera que sean
más transparentes, proporcionales, adecuadas y equitativas, para que los
miembros podamos ser informados de nuestros trabajos y para que el Boletín esté al servicio de todos.
Entre todos podemos ceder y tratar de llegar a acuerdos.
Por todas estas razones, te pido que se trate el tema del consejo editorial
y de los trabajos
presentados en la próxima asamblea”.
Los miembros del CEPS tendremos que decidir
si queremos que nuestros trabajos salgan publicados en el Boletín, o que el
presidente lo siga utilizando para sus amigos.