martes, 30 de diciembre de 2014

OCURRENCIAS DE NAVIDAD










Me ocurrió estos días y así lo cuento. Vengo echando gasoil a mi vehículo en una gasolinera de un pueblo de la Vega, por el buen precio que tiene, pues se acerca a las de bajo coste. En una de las veces, me regalaron ocho papeletas numeradas, con esta leyenda: La empresa tal, con un sello que no es el de la estación de servicio y que sólo se ve poco más de la mitad (sic), “te regala 1º Premio: un crucero por el Mediterráneo para dos personas (pensión completa, 8 días / 7 noches). 2º y 3º Premio: un viaje de 4 días / 3 noches a una ciudad europea, para dos personas, incluyendo avión de ida / regreso + estancia en hotel en régimen de alojamiento y desayuno, en habitación doble estándar. Dos cuartos premios: una estancia de fin de semana (3 días / dos noches), para dos personas, en un parador de la Red Nacional de Paradores de España (media pensión)”. Al final de la papeleta, en una banda roja, destacan estos dos renglones: “A los poseedores de la papeleta cuyo número coincida con los de la Lotería Nacional-Sorteo de Navidad del día 22 de diciembre de 2014. Talón roto o enmendado es nulo, caduca a los 30 días”.

Resulta que el número 79637 sale premiado en el citado sorteo, con 220 euros el décimo, y coinciden todas las cifras con el número de una papeleta. Se lo enseño a la cajera de la estación de servicio y me dice que no sólo tiene que coincidir la última cifra, sino todo el número. Después busca por Internet y me informa que el citado número no ha sido premiado, con todo el cinismo. Ante mi protesta, me aclara que mi número no está entre los cuatro primeros premios de la Lotería, que esto no es una participación y que la papeleta me la han regalado. Entonces, yo le leo los dos renglones finales: “A los poseedores de la papeleta cuyo número coincida con los de la Lotería Nacional-Sorteo de Navidad del día 22 de diciembre de 2014”. En fin, el caso es que nos liamos a discutir y le pedí el Libro de Reclamaciones, pasando un mal rato.

Sin duda están mal redactadas las papeletas y confunden al usuario, pues qué trabajo cuesta poner: “A los poseedores de la papeleta cuyo número coincida con los cuatro primeros premios de la Lotería…”. Y aquí no hay equívocos. El sello de la empresa que hace “los regalos” (el gancho) no es el de la estación de servicio, sino que es una empresa de Los Ogíjares. Pero habría que preguntarse: ¿Qué empresa se va a poner a regalar un crucero por el Mediterráneo para dos personas, con pensión completa y durante 8 días y 7 noches, al que le toque el primer premio de la Lotería? ¿O un viaje de cuatro días a una ciudad europea, para dos personas? Esto no lo hace nadie. Pero, primero confunden al prójimo para atraer al cliente y quitárselo así a la competencia. Ni más ni menos. Y el sello, que solo se ve la mitad, pues vaya usted a reclamar al maestro armero. Es el “timo de la papeleta premiada”, pues prometen lo que no van a cumplir, pero todo lo tienen calculado. Añadir que algunos clientes se pusieron de parte de la cajera. El Servicio de Consumo debería de prohibir estas prácticas engañosas.


También me ocurrió estos días lo siguiente. He ido varias veces a un peluquero a cortarme el pelo, y siempre andaba por la peluquería un pobre hombre de unos cincuenta y tantos años que ya ni razona. Ha sido un empresario, con bastantes trabajadores contratados, al que le iban bien las cosas. Algún problema gordo surgió   –lo ignoro– y el caso es que ya no tiene conciencia de la realidad, pues se irrita por cualquier cosa que le dicen y deambula de un sitio para otro. Sin embargo, va bien vestido pero no toma medicación alguna y me dio pena verlo. El barbero lo deja que pase un rato en su peluquería, pero para tomarle el pelo y reírse, mientras que el pobre enfermo coge unos cabreos de miedo. La primera vez que vi cómo se reían de él, se lo comenté a un psiquiatra conocido y me recomendó que hablara con su familia, para que lo llevaran a su médico de cabecera, y este ya le pondría su medicación. 

Le comenté esto al barbero, pero me dijo que su familia está harta del enfermo y no quiere saber nada de él. Después le dije que lo alteraba mucho con las bromas y que puede ser agresivo en un momento dado. “Es más, este hombre cualquier día terminará por hacer una locura, tirándose por una ventana porque no está en su sano juicio”, le advertí. El peluquero pareció comprenderlo y me informó que ha tenido varios juicios, pues amenaza a las personas… Al cabo de un tiempo fui a pelarme y, al poco, se presentó este enfermó crónico, tenía la cara descompuesta –propio del que no descansa ni lleva una vida normal– y el otro no desaprovechó la ocasión: “Juan, que la bicicleta no te la van a comprar, así que tú verás”. Acto seguido, Juan salió a la calle y sacó su móvil, y el otro extrañado le preguntó: “Pero, ¿a quién estás llamando?”. “A la Policía”. “Pero, ¿cómo vas a llamar a la Policía por una bicicleta…?”. Y así en este plan. El espectáculo era bochornoso, la cuestión era reírse de un pobre hombre que está completamente enajenado, que se molesta por lo más mínimo que le digan y que no tiene a nadie que se preocupe por su salud mental. Me resulta muy desagradable e indigno ver cómo se divierten de forma cruel de un ser indefenso, que reacciona como un niño de siete años. Pero el barbero se ve que se divierte con un enfermo mental, en vez de ayudarlo.

La familia no quiere saber nada de Juan, al barbero le encanta tomarle el pelo (se ve que le saca satisfacción, pero si esto se lo hicieran a su hijo seguro que no le gustaría), y del médico de cabecera ya me dirán su preocupación. Pero, bueno, ¿es que ya no hay sentimientos? Yo siento no poder hacer nada por este enfermo, pero ¿es que la familia (sus hermanos o padres) no se da cuenta de su estado deplorable, para decírselo a su médico de cabecera o para llevarlo a un psiquiatra y que lo traten en un centro? No me extrañaría que cualquier día ocurra una tragedia, porque se excita mucho y da unas voces tremendas. Las bromas le causan una tremenda agitación.

Conclusión: si las papeletas especificaran “los cuatro primeros premios de la Lotería”, y si este enfermo (posiblemente de esquizofrenia) tomara su tratamiento y recibiera un trato digno, es posible que fuéramos un poco más felices estos días. Pero, así andamos en este mundo cruel, unos engañando al usuario con las papeletas regaladas y otros riéndose y abandonando a un enfermo mental a su suerte. Por eso lo he llamado ocurrencias de Navidad.


sábado, 20 de diciembre de 2014

LA VERDAD SOBRE DON ELOY







Don Eloy en el centro, 15/05/62, fiesta de san Isidro






Don Eloy ya forma parte de la memoria de nuestra infancia

 


En junio de 2014 me enviaron del Archivo General de la Administración, en Madrid, el expediente número 48.162, con el sello de Archivo, Mº de Educación Nacional y la palabra   Masonería escrita a mano y con mayúsculas, de Eloy Ferrer Espinosa, maestro de Cañada de Lodbar (Chirivel, 1897- Castilléjar, 1962), que fue represaliado por el franquismo. El Boletín Oficial de la Provincia de Almería, del 16 de diciembre de 1936, ordena: en vez de Mojácar se le traslada a Vera. Esta fue una represalia de las autoridades de la República. En una declaración jurada del maestro, vienen estas preguntas y respuestas, recién concluida la Guerra Civil, el 22/04/39, Año de la Victoria: “¿Dónde se encontraba al iniciarse el Alzamiento Nacional del Ejército?” “Castilléjar (Granada”. “¿Ha estado afiliado a alguna asociación sindical o partido político…?”. “Al de Izquierda Republicana, desde noviembre de 1931 a junio de 1936, y al Partido Socialista desde 1937, y a la F.E.T.E… (Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza). No he ostentado ni cargo directivo…”. “Formó parte de algún batallón de milicianos…”. “No”. Declara también que su sueldo de maestro durante la República era de 5.000 pesetas al año.

En otro documento (03/05/39), Eloy escribe a pluma la relación de hechos que hizo en favor de personas perseguidas por su ideología nacional-sindicalista: El vecino de Castilléjar, Juan Antonio Martínez Martínez, tuvo que salir huyendo con todos sus familiares porque querían matarlo, y con su hijo José vino a mi casa pidiendo que les amparase, han estado viviendo en mi misma casa los dos y otra hija llamada Felicidad (...). El actual alcalde de Vera, D. Luis Flores Rubio, al incorporarse por su quinta fue detenido por fascista por el S.I.M. de Murcia y yo me trasladé personalmente a esta capital para gestionar su libertad, la que conseguí (…). Al párroco de Roquetas, D. Domingo González, que estaba refugiado en Almería, le he auxiliado con víveres y dinero. Al vecino de Cuevas de Almanzora…, que estaba detenido en el Ingenio (Prisión) de Almería, gestioné y conseguí su libertad. Al vecino de Oria, D. Pedro Martínez, afiliado a Falange antes del Movimiento, le fueron arrebatadas todas sus fincas, y como era Bachiller conseguí fuera nombrado auxiliar docente de la escuela La Umbría”. Cita a dos personas más que consigue liberar de la cárcel. “El maestro de El Margen (Cúllar Baza), que además era sacerdote, Sr. Casanova, salió huyendo y se refugió en una barriada de Oria, pero fue detenido. Intervine en su favor siendo puesto en libertad. Acompaño documentos que justifican mi actuación en favor de los detenidos, dos vecinos de Vera… Esta relación de hechos la dirige a la ‘Junta Depuradora de Funcionarios’, con la declaración jurada y sendos escritos de las personas citadas que corroboran lo manifestado por el maestro.

 En mayo de 1939, Eloy escribe al Jefe del Servicio Nacional de Primera Enseñanza, solicitando que le conceda el ser rehabilitado en su cargo. El delegado de la Junta Local de FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y Juventudes Obreras Nacional Sindicalista), de Albox, José López Alascio, escribe el siguiente informe para que conste y pueda acreditarlo el interesado donde convenga, con el visto bueno del jefe local: 1º. Que durante el tiempo que el Sr. Ferrer ejerció el cargo de alcalde, del que dimitió a primeros de julio de 1936, asistió presidiendo la corporación municipal, a todas las festividades religiosas y tradicionales, no impidiendo ningún acto del culto católico. 2º. Que restablecido de la grave enfermedad que padeció durante dos meses, la primera salida que hizo fue asistir a una misa de acción de gracias, que celebró el sacerdote D. Simón Reyes de Baza (...). 4º. Que poco después de las elecciones de febrero de 1936, se convocó una manifestación, solicitando al Ayuntamiento “la expulsión del pueblo del cura párroco D. Bartolomé Caparrós (vilmente asesinado por las hordas marxistas en Almería), el Sr. Ferrer se opuso a tal pretensión manifestando que mientras estuviera dentro de la ley tendría la protección de la autoridad. 5º. Que habiendo sido prohibidas con carácter general las procesiones de Semana Santa, consiguió del Gobernador Civil la celebración de las mismas, bajo su responsabilidad personal. Sin embargo, el informe del párroco de Vera es desfavorable a Eloy (19/07/39): Que si bien no conoce a D. Eloy, por informes particulares recibidos, parece que por su ideología política social y propaganda, no se le cree apto para que se le pueda confiar la patriótica y cristiana obra de la educación de esta niñez. Mientras que el cabo de la Guardia Civil de Albox señala que su conducta moral y profesional es buena, no es religioso. Por su parte, el administrador del Manicomio Provincial de Almería escribe (12/12/39) que el maestro y otro se entrevistaron con el Gobernador Civil, consiguiendo fuesen puestos inmediatamente en libertad, Juan Sáez Mirón, jefe de Falange Española”, así como otros falangistas “en un número superior a veinticinco. El informe del sargento de la Guardia Civil, del Puesto de Vera (15/07/39), dice así: ha sido un elemento destacado de izquierdas…, y se le atribuye la frase  que mientras quedara un fascista vivo, no habría tranquilidad…, ha observado mala conducta, considerándolo desafecto para nuestra causa. En la actualidad se encuentra detenido… Por el contrario, el alcalde fascista de Albox le echa una mano a Eloy (10/07/39): en la iniciación del Movimiento fue perseguido por los elementos marxistas, quienes le obligaron a trasladarse a Vera. Su conducta moral es buena… Hay un informe posterior (02/01/40), dirigido a la Comisión Depuradora del Magisterio, con preguntas y las respuestas que da el sargento de la Guardia Civil, de Albox (sic): ¿Perteneció a sociedades secretas? Se le supone pertenecía a la Masonería. Labor en la escuela. La de un mal maestro. Generalmente la tenía casi siempre abandonada, para dedicarse a la propaganda de la política izquierdista. Conducta política, moral, social y religiosa. Su conducta política marxista y no es religioso (…). Cualquier otra noticia de interés. Con la República ha sido alcalde en esta localidad, diputado provincial por Almería, y muy simpatizante del fatídico Azaña.



 

A la izquierda, la casa donde daba clase



En contestación al pliego de cargos, de la Comisión Depuradora del Magisterio de Almería, Eloy contesta en cuatro folios. Reconoce que sí pertenecía a la FETE y a la Asociación Nacional del Magisterio. También era miembro de Izquierda Republicana (el partido de Manuel Azaña), aunque meses después de las elecciones de abril de 1936, se afilió a Acción Republicana. Sin embargo, niega que perteneciera a la Masonería, alegando que: consolidé esta formación espiritual en el Internado del Ave María, que el Venerable Padre Manjón fundara en Granada, pues en él cursé toda la carrera de maestro en los años de 1911 a 1916. A la pregunta de si ha desempeñado cargos públicos desde donde se beneficiaban las teorías destructoras del Frente Popular, responde que el 15 de junio de 1931 tomó posesión del cargo de concejal y, por fallecimiento del alcalde, fue elegido el 30 de enero de 1934, hasta que le fue aceptada la dimisión el 14 de julio de 1936. También se dio de baja en el partido de Izquierda Republicana con el firme propósito de apartarme de toda actividad política, pues después del Alzamiento no he tenido ninguna actuación política ni sindical (…) Y este odio que me tenían los marxistas por mi actuación en contra de ellos…, fui detenido por orden del comité revolucionario y sometido a expediente, sancionándome con el traslado forzoso a Vera (…) pidiendo mi destitución por desafecto a la causa revolucionaria. Al cargo 5º. Si después del 18 de julio de 1936 hizo frecuentes manifestaciones de adhesión a la causa roja, el acusado contesta: Además de poseer un aparato de radio, oía las emisiones nacionalistas y propagaba las victorias de las tropas liberadoras, como lo confirma el párroco de Roquetas, en su informe, ayudándole con donativos en dinero y especie a sobrellevar su angustiosa situación y les tenía al corriente de los avances de las tropas nacionales (…). Mi afecto por la causa nacional queda probado con examinar la declaración. Se refiere a la del administrador del Manicomio y a los informes aportados. Cargo 6º. Demuestre que no era ateo con anterioridad al 18 de julio de 1936. Eloy se defiende con esta retahíla de argumentos piadosos: Que recibía la visita domiciliaria de Stª Teresita del Niño Jesús, de que era congregante del Sagrado Corazón de Jesús…, de que al finalizar una misión parroquial confesé y comulgué, de que era cotizante para el sostenimiento del culto y del clero, de que se realizaron procesiones en Albox por decisión mía bajo mi exclusiva responsabilidad, de que era defensor de su Iglesia y de sus Ministros Todo esto lo acredita con documentos oficiales y lanza la pregunta: ¿No revelan de una manera indubitada una actuación profundamente cristiana y católica?. Finaliza su defensa con esta petición: Yo espero tranquilo el fallo de esa Comisión Depuradora seguro de que ha de estar inspirado en la rectitud y en la justicia que es la norma que preside todos sus actos. Albox, 15/01/40. 

A principios de 1940, el jefe de la FET y las JONS, de Zurgena, Félix Alascio escribe: Nos consta de que cuando tuvo que retirar el crucifijo de su escuela se lo llevó a su casa y lo ha conservado hasta la fecha habiéndolo tenido colocado en su dormitorio. En parecidos términos se expresa el juez municipal de Zurgena, donde el hermano de Eloy trabaja de secretario en el Ayuntamiento. A pesar de ello, la Comisión Depuradora, a la vista de los informes negativos de algunos guardias civiles y del párroco de Vera, propone: Que se sancione al dicho maestro separándole definitivamente con pérdida de todos sus derechos (10/05/40). La Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de Depuración, de Madrid, no se queda atrás y propone al ministro un año después: Separación definitiva en el servicio y baja en el escalafón. Por si esto fuera poco para el inculpado, en julio de 1941, la Comisión Depuradora de Almería lo acusa de pertenecer a la Masonería con el nombre simbólico de Costa, Logia Evolución y Grado 1, desde el 27 de marzo de 1935, basándose en un informe del Servicio Nacional de Información e Investigación. Eloy contesta en el plazo de diez días, exponiendo las mismas alegaciones e informes que dispone: En la prueba documental que acompaño, queda desvirtuado por su inconsistencia el cargo que se me formula. Serón, 7 de agosto de 1941. En la posguerra hubo miles de depuraciones, encarcelamientos y, lo que es peor, fusilamientos masivos. Hay un escrito anónimo a mano, fechado en Madrid (28/04/41), sin que figure el cargo o autoridad, ni el sello, que ordena lo siguiente: procede a la suspensión de empleo y sueldo por dos años, traslado forzoso fuera de la provincia con  prohibición de solicitar nuevo destino en cinco años e inhabilitación para cargos directivos y de confianza. En agosto de 1941, el párroco de Serón informa que el maestro cumple los deberes como un buen católico habiendo cumplido en los dos años con el precepto Pascual… A la vista de los antecedentes e informes, la sentencia del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (12/01/42), firmada por el conocido general Saliquet dice así: Resultando que ingresó en la Masonería  en noviembre de 1932, en la logia Venus número 10 de Águilas (…), revelan su escasa malicia y lo insignificante del daño causado… Fallamos que debemos condenar y condenamos, como autor de un delito consumado de masonería, a la pena de doce años y un día de reclusión menor, y accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para el ejercicio de cualquier cargo del Estado. Sin embargo, la sentencia añade que se eleva la propuesta al Gobierno para que el indulto alcance a la pena principal y podría quedar reducida a seis años y un día de prisión mayor. Y eso que reconoce que la escasa malicia y el daño causado fue insignificante. 

Tras pasar varios años en el Penal de Burgos, en 1948, Eloy envía una solicitud al ministro de Educación, deseando acogerse a la Ley de 10/02/39 para su rehabilitación (…), proponiendo como informantes de su conducta pública y privada, a los señores D. Luis Molina Gómez, a un médico de Albox y al comisario de policía de Granada, Daniel Cepero. La contestación la recibe a través del secretario del Juzgado Municipal, Número Uno, de Granada, Nicolás María López: Que como consecuencia de su instancia, se oficia petición al Excmo. Sr. Ministro de Educación Nacional dándole cuenta de que por este Tribunal no existe inconveniente en que sea repuesto en el ejercicio de su profesión de maestro, pero sin ostentar puestos de mando y confianza… Han quedado atrás los años de plomo y de cruel represión, ahora la Dictadura de Franco quiere dar otra imagen, pues en Europa la observan con lupa. En abril de 1949, Eloy de nuevo se dirige al ministro. Alega que fue suspendido de empleo, cobrando la mitad del sueldo, hasta febrero de 1942 en que dejó de percibirlo. En esta fecha se encontraba en la Prisión de Burgos, pero no le notificaron la resolución de su expediente de depuración profesional, por lo que solicita la revisión del mismo como maestro nacional propietario procedente de las oposiciones libres del año 1917. En marzo de 1949, el cura arcipreste de Albox emite este informe: Perteneció a las distintas asociaciones religiosas. Por información recogida de personas fidedignas… contribuyendo con su concurso personal a la enseñanza del Catecismo en las escuelas. El director de la entonces Academia Isidoriana granadina, Luis Molina Gómez, también le echa una mano: Prestó sus servicios como auxiliar, cumple con todos sus deberes como buen católico… (25/05/49). Eloy residía entonces en la calle Molino de la Corteza de San Andrés, nº 9, de Granada. En su expediente, consta otro informe de Atanasio Martínez, cura ecónomo de Castilléjar (09/06/59): Es una persona de intachable conducta moral y religiosa, y de probada honradez y fidelidad. En parecidos términos, pero en dos folios, se expresa el alcalde de Albox. También viene un escrito, firmado por el jefe del Registro Central de Penados y Rebeldes, de fecha 27/05/59: Certifico que consultadas las notas que obran en este Registro, no aparece ninguna que haga referencia a Eloy… que le impida el desempeño de la actividad para que se solicita la presente. Esta certificación está solicitada para ejercer la profesión de maestro nacional. Algún amigo importante intercedió para que no lo inscribieran en el Registro de Penados.

 Eloy tiene ya 62 años y, con esta buena noticia, de nuevo vuelve a la carga con el ministro: Al desaparecer la inhabilitación para el ejercicio profesional, queda expedito el camino para solicitar de V.E. la revisión de mi expediente profesional. En octubre de 1959, el inspector del Consejo de Almería escribe: después de enumerar los pueblos en los que estuvo ejerciendo de maestro, con buena conducta, Cañada de Lodbar, Albox y Vera, concluye que en la actualidad reside en Castilléjar y según informes recibidos observa buena conducta…Y para que conste y se una al expediente de rehabilitación incoado por el interesado, se expide el siguiente informe… Por eso el maestro se vino huyendo a Castilléjar, donde nadie podía acusarlo de rojo, no había cuartel de la Guardia Civil y la represión en la posguerra fue menor. A pesar de los años de cárcel y de la inhabilitación se puede decir que tuvo suerte, aunque se pasó el resto de su vida buscando testigos por todos sitios, que informaran bien de su vida moral y religiosa, para defenderse de las graves acusaciones, y escribiendo a las autoridades…

La maestra Dorita Carasa me envió esta carta, en junio pasado: Voy a intentar decirte algo de mi tío D. Eloy: Se casó con Dolores Avellán Gómez, hermana de mi abuela y tuvo un hijo que murió a los 9 años. Después de destituirlo de su carrera, se fue a Castilléjar y alquilaron la casa de la calle Rosario donde empezó a dar clases particulares para ganarse la vida. Como se le juntaron muchos alumnos, de todas las edades, tuvo que tirar un tabique en la parte de arriba y formar un gran salón, donde daba clases. Como persona era excelente y como maestro excepcional, con él había que aprenderse las cosas por pantalones, si no, te tenía allí sentado las horas muertas hasta que te lo aprendías. Tenía mucho genio, pero sólo cuando preguntaba algo y no lo sabías, ya que en la vida normal, diaria, era muy afable y educado con todo el mundo. Recuerdo su gesto, tan temido, de morderse la lengua cuando fallabas en algo, pero nunca chillaba ni faltaba al respeto a nadie. A principios de los 60, D. Miguel Lozano y él montaron una academia, con el propósito de preparar a un grupo de niños/as, en el que yo me incluyo, para examinarse en Huéscar, en la Sección Delegada del Instituto Padre Suárez que acababa de estrenarse. Nos apuntamos un buen grupo de niños y tú, como yo, te acordarás de las calamidades que tuvimos que pasar. Él daba matemáticas, D. Miguel Geografía, Francés y no sé si algo más y otros maestros, entre ellos D. Emilio Carmona, que daba ciencias naturales, creo recordar. Hubo después más maestros, pero no puedo acordarme de sus nombres. Tenía un afán terrible porque estudiáramos y saliéramos con alguna carrera, algo impensable en aquellos tiempos, pero él siempre decía a los padres que si había que vender bancales, que los vendieran, que lo primero era estudiar.

La pena es que un buen día, después de estar tomando el fresco hasta altas horas de la noche en la plaza, en la puerta de mi abuela, se despidieron para ir a dormir y al rato fueron llamando a toda la familia porque había muerto, según dijo el médico de una angina de pecho, antes de meterse en la cama. La academia siguió, pero siempre se notaba la falta de D. Eloy, ya que nadie lo pudo superar, sobre todo en matemáticas que era estupendo y por el gran apoyo moral que nos inculcaba. Siempre fumaba en pipa o cachimba, no sé si te acordarás y tenía la costumbre de echar la ceniza en la papelera del cuarto de baño. En una ocasión no estaría bien apagada y los que estábamos en clase vimos salir humo por el pasillo y es que estaba ardiendo la papelera. Mi tía subió corriendo y le decía que ya se lo había anunciado varias veces que iba a pasar, hasta que pasó. Nunca se le oía hablar de política, era una persona tolerante y educada y jamás demostró ser contrario al régimen de Franco, lo que pensara se lo guardaría en su interior. Yo era una niña y no me daba cuenta, pero a mis padres sí los oí comentarlo con posterioridad y alabarlo en todos los aspectos.

Entrada a Castilléjar, con los Barrancos al fondo



 Cuando yo tenía siete años fui a la clase de don Eloy y lo recuerdo con cariño. Yo era un flojo, pero aprendí pronto que si no te sabías la lección te arreaba un capón que veías las estrellas. La lección la tomaba sentado en su escritorio y en su clase permitía que los niños tuviéramos un braserillo de picón, donde poníamos los pies para calentarnos. Era una lata grande de sardinas, enganchada con un alambre, y le dábamos vueltas durante el recreo para que se avivara el picón. El maestro falleció el 23 de julio de 1962, recuerdo que vi su cadáver en el ataúd y todavía tengo grabada aquella imagen, aunque no recordaba su cara. Ahora, al cabo de medio siglo, por las casualidades de la vida me he vuelto a encontrar con el viejo maestro, en un cruel y sórdido expediente de 118 folios plagado de acusaciones sin fundamento, donde destaca su preciosa letra bastardilla aunque la mayoría de sus escritos están redactados a máquina. Por esas páginas oscuras –han permanecido ocultas 74 años– desfilan docenas de testigos, la mayoría a favor y unos pocos en contra, con alegaciones y razonamientos que a veces hacen sonreír porque tenía que declarar y demostrar que observaba una buena conducta y que era buen cristiano. A pesar de la forma culta que redactaba, de sus hábiles razonamientos y de los testigos que presentaba, sus peticiones apenas fueron atendidas. Don Eloy viajó y visitó a gente importante, para que declarara a su favor, pero a pesar de que lo ayudaron muchas personas buenas y de que las acusaciones de los testigos eran débiles –los informes de la Guardia Civil tenían mucho peso–, fue condenado a prisión y al final murió con la pena de no ser rehabilitado para ejercer como maestro nacional. Su delito fue haber sido masón, socialista y alcalde durante la II República. Con todo, hay que decir que la condena podía haber sido mayor. Al exalcalde republicano de Orce, Simón Castellar, lo condenaron a cadena perpetua en el Penal de Burgos aunque años más tarde salió en libertad. Por pertenecer a la UGT en Castilléjar y auxiliar a la rebelión, a muchos vecinos les echaron doce años de prisión y, por insultar a la guardia y auxiliar a la rebelión, fusilaron a otros en Granada.

El buró de don Eloy. Foto de Julio Carasa



 Debo señalar que al cura don Atanasio lo conocí en mi infancia. Pero don Eloy es ya patrimonio de todos los que le conocieron y de aquellos niños que pasamos por su escuela, por su tesón, por su entereza y dignidad frente a los años terribles que pasó en el penal de Burgos y por la cruel represión que padeció. Es un ejemplo para los maestros y los alumnos por su incansable lucha, por su generosidad y talla humana, pero hoy ya conocemos sus buenas obras a través del expediente que le abrieron por masón: intercedió consiguiendo la liberación de muchos encarcelados y salvó a otros de ser fusilados. La verdad estaba oculta y perdida entre miles de expedientes de represaliados por la Dictadura, concretamente por el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, por lo que merece que le dediquen una calle en Castilléjar, donde está enterrado. Entre unos y otros hemos sacado a la luz la guerra civil que padeció don Eloy, de ahí que con 65 años estuviera envejecido completamente y con aspecto cansado, como se aprecia en la foto que fue tomada dos meses antes de morir. Aparece en medio de Pepe 'el de Rosa' y Emilio Navarro, debajo, Piedad Carasa y varias jóvenes de entonces. Don Eloy lleva los pantalones subidos pues quiero recordar que usaba tirantes. Es parecida a la última foto que le echaron al también envejecido Antonio Machado, unos meses antes de morir.

 Quiero dar las gracias a la escritora Carmen Hernández Montalbán, pues me facilitó la dirección para pedir el expediente, y a las sobrinas de don Eloy, maestras también como él: Dorita Carasa, su hermana Josefa (exalcaldesa de Castilléjar) y Consuelo Triguero.

 Publicado en el libro Artículos del Altiplano y de Granada, de Leandro García Casanova (2014) Abajo, declaración jurada y solicitud al Ministro de Educación, en 1939, de don Eloy







lunes, 15 de diciembre de 2014

BIBLIOTECAS O COHETES


Bibliotecas de Andalucía y la Pública 



Por el grosor del polvo, en los libros de una biblioteca pública, puede medirse la cultura de un pueblo. John Steinbeck

 


Hoy es el Día Mundial de las Bibliotecas y la cosa no está precisamente como para tirar cohetes. En 1988 sólo había trece o catorce bibliotecas en toda la provincia de Granada, de manera que el panorama cultural no podía ser más desolador. En cambio, en el 2002, se alcanzaban 85 casas de la cultura para 168 pueblos. Es evidente que todavía queda mucho camino por recorrer, pues son muchas las que se cierran durante el verano, o cuando se acaba el contrato temporal del encargado del local o bibliotecario. En Granada, la Biblioteca Pública Provincial, con 50.000 lectores, es una de las más importantes de Andalucía y desarrolla actividades culturales, como conferencias, presentación de libros... También hay que destacar la Biblioteca de Andalucía, que trata sobre temas regionales y de investigación.

 Las bibliotecas municipales están bien dotadas, especialmente la de la Chana, que es la principal. Luego están las bibliotecas del Salón –su directora siempre está haciendo alguna actividad cultural–, del Zaidín, del Albaicín y de Almanjáyar. Se puede decir que los diferentes ayuntamientos de Granada se han preocupado por estos centros de la cultura. En cuanto a los pueblos del Área Metropolitana, prácticamente todos tienen bibliotecas. Albolote y Churriana funcionan bien, aunque el alcalde churrianero concede demasiadas licencias de naves industriales en la Vega. ¡Cómo ha cambiado el paisaje de la carretera de Granada a Las Gabias desde su apertura! Señalar también que la Biblioteca de los Ogíjares –con unos 10.000 habitantes– ha sido cerrada provisionalmente por la nueva corporación. Y Cenes de la Vega aún no tenía biblioteca antes de las elecciones municipales. En el lado opuesto se encuentra Motril, que cuenta con cuatro casas de la cultura y con servicios de Internet. A todo esto, hay que recordar que las bibliotecas son municipales y por tanto dependen de la corporación local.

En la Alpujarra sólo se ven bibliotecas en los pueblos más importantes, como Órgiva, Lanjarón, Ugíjar, Cádiar, Pitres... Pero, en las demás localidades, no saben lo que es una sala de lecturas ni tienen donde leer. Dentro de la comarca de Guadix, en Alquife todo es antiguo: el edificio, los muebles y los libros. En Cogollos, la casa de la cultura está en un piso pequeño y cuenta con pocos libros. Tampoco tiene un bibliotecario, sino que se turnan varias personas. En La Peza quieren abrirla y tanto Benalúa como Dólar disponen de buenas bibliotecas. En cuanto a la comarca de Baza, hay que reseñar que la anterior corporación de Benamaurel –los hijos de Maurel– necesitaba una dependencia y no se le ocurrió nada mejor que dar el cerrojazo a la casa del libro. En Cúllar también la cerraron. ¿Para qué necesitamos aquí una biblioteca, si de toda la vida se han apañado con el casino?, dirían los mandamases. En Cortes tapiaron algunas ventanas, quizá para darle más lustre al local. Y en Zújar también disponen de un edificio tan antiguo como los libros. 

Biblioteca Gonzalo Pulido de Huéscar


 Sobre Huéscar decir que le hacen contratos temporales al bibliotecario de manera que, cuando termina el contrato, se cierra la casa de la cultura. Y en Castilléjar ocurre tres cuartos de lo mismo: permanece cerrada durante el verano y contratan a la bibliotecaria en octubre. Y en Castril, pues un cuartillo de lo mismo. En Galera están montando la biblioteca y en Orce quieren abrirla. Sin embargo, a la hora de tirar cohetes, ¡ay, amigo mío!: Cúllar se fundió 33.000 euros por las Fiestas de San Agustín, y Castilléjar quemó 42.000 euros en la Feria de Santo Domingo. En cambio, los municipios de Baza y Motril suben el listón de los petardos hasta 240.000 euros cada uno en sus respectivas ferias. Si en Huéneja celebran a la patrona lanzando tres mil cohetes, nosotros tenemos que lanzar unos cuantos más, le confesaba el alcalde de Dólar a María Ruiz, la corresponsal de IDEAL. Efectivamente. 

 ¿Para qué quieren una biblioteca, si tienen el hogar del jubilado?, dirá más de uno. Cicerón opinaba que si tienes una biblioteca con jardín, lo tienes todo. Y no estaría de más recordar a Ricardo León: Los libros me enseñaron a pensar, y el pensamiento me hizo libre. Se dice que el saber no ocupa lugar pero es evidente que las personas que no saben, ocupan los últimos peldaños de la sociedad. Y los pueblos poco instruidos, donde apenas se lee, caen fácilmente en manos del caciquismo y la manipulación. Pero me consuela ver escrito en un folio, a la entrada de la Biblioteca de Las Gabias: Aquí leer es gratis. En el Día Mundial de las Bibliotecas –que ni siquiera se celebra–, la cultura se merece un sencillo artículo, expuesto sin acritud y un poco a vuela pluma. Aunque mucho me temo que algún edil me niegue el saludo. Sin embargo, cada pueblo tendrá que decidir su propio destino: si quiere una biblioteca o humo de cohetes. El ejemplo lo tenemos en la construcción por la Junta de una biblioteca en Tombuctú, para poner a salvo más de 3.000 manuscritos andalusíes del siglo XIV –se han conservado entre las arenas del desierto–, trasladados allí por un morisco toledano.

Posdata: que si abren alguna biblioteca o tengo que rectificar algo, mucho me alegraré de ello. Adiós.

 

Artículo publicado en Ideal, el 24 de octubre de 2003



viernes, 12 de diciembre de 2014

PASEOS POR ORCE

Primero: Que doña Adoración es dueña en pleno dominio de la mitad indivisa de la siguiente finca, con su hermana María del Carmen: una tierra de riego de primera clase, llamada Suerte de los Pobres, por bajo de la era de Maeso, que mide una fanega y cinco celemines, que linda... Título: La adquirió por adjudicación, que se le hizo en la partición de bienes de doña Mercedes Ortiz Martínez, aprobada por escritura otorgada el veinte de diciembre de 1927... Su valor, seiscientas pesetas (precio de 1948)... Cuando leí estas líneas en agosto de 2001 a mi tía sor Carmen, la monja, debieron de acudir a su memoria no pocos recuerdos: ¿Y de dónde has sacado tú esta escritura? Le respondí que la encontré entre las pertenencias de mi madre, cuando falleció. La escritura de división de la herencia, debido a los años, despedía un fuerte olor a papel rancio. Fue entonces cuando mi tía me contó una antigua historia que yo ignoraba: La abuela Adoración murió a consecuencia del parto de tu madre y, entonces, doña Mercedes Ortiz, que fue una bienhechora para el pueblo, puso a nuestro nombre ese trozo de tierra para que, según ella, ‘no les falten alimentos a las niñas’.

 A continuación me contó lo que le pasó a su pariente, Simón Castellar, el alcalde republicano de Orce: Durante la guerra se lo llevaron preso y estuvo varios años en el Penal de Burgos; cuando le dieron la libertad, tus padres que vivían en Galera fueron a recibirlo, pues entonces no había coche de línea a Orce. Decía tu madre que daba pena verlo, y él también sintió mucha vergüenza que lo vieran en ese estado: ‘Llevaba los pantalones atados con una guita, una camisilla medio rota y unas alpargatas viejas’. Lo acompañaron montado en un burro, que entonces tenía tu padre, y de esta guisa el pobre Simón hizo su entrada en Orce, aunque él tenía miedo de ir al pueblo. Vivía en Los Caños y, como la guerra lo había dejado arruinado, poco después se marchó con su familia a Barcelona. Luego pasó a decirme que, cuando eran niñas, se entretenían en tirar piedrecillas por las chimeneas de las cuevas. Y claro, como resulta que las chinas caían en el caldo de los pucheros, algunas viejas salían con las tenazas en la mano, diciendo: Mal dolor sus dé... Aquella tarde mi tía sor Carmen disfrutó contándome muchas historias de su pueblo, pues, desde los 18 años en que salió, apenas si había  vuelto a visitarlo. Se acordaba de los pregones del Pinchaúvas: Por orden del señor alcalde, se hace saber lo siguieeente... O bien me decía: Este pobretico le daba al ‘pirriaque’, y este otro estaba todo el día como el marranico de San Antón.

       Yo entonces le enseñé un escrito muy antiguo de mi madre, que en las largas noches de invierno nos leía alguna que otra vez. Eran las Hordenanzas que son para la conservación y buen gobierno de la villa de Horce. Y mandaban que nadie tomase uvas sin licencia de su amo, pero el que fuere de camino pueda tomar un racimo e no más. En cuanto a los harineros, se les ordena que tengan las cribas sanas, para que no se mezcle el trigo con las granzas. Y en el invierno se permitía la corta de carrascas para leña, pero no por el pie del árbol, y dejando siempre horca y pendón, so pena de 600 maravedíes y pérdida del hacha. Esta otra ordenanza obligaba a los mesoneros que, por una cabeza de carnero, con sus garbanzos y cebolla asada, lleven un real y un cuartillo. A los panaderos mandan que den el pan cabal, bien cocido y sin salvado (...).  No se eche centeno en la era, do se eche el trigo (...).  En tiempos de tempestades y avenidas de lluvias se favorecerán unos a otros, pues es obra de caridad... Yo nunca había visto así de alegre a mi tía, pero al anochecer, cuando nos despedimos, me hizo esta confesión: He venido a verte, hijo, porque tengo ya 80 años y no sé si para el próximo verano podremos echar otro ratico como éste. 

Hace unos cuantos años cogí el coche y me presenté en Orce. Hacía cuarenta y tantos que no me pasaba pero, llevado de la intuición, atravesé la plaza Nueva, torcí por la calle de las Tiendas y por la cuesta subí hasta las Cuatro Esquinas. Tal y como yo recordaba –mi imaginación infantil entonces lo hacía todo mucho más grande–, allí seguía como siempre la casa de mi abuelo Paco el Fragüero, ahora cerrada a cal y canto, y puesta en venta: como un testigo mudo del implacable paso del tiempo. Habían pasado demasiados años, tantos, que en la descolorida foto que yo conservaba, donde a la puerta aparecen sonrientes mis padres, abuelos, tíos y algunos niños, apenas si quedamos unos cuantos para contarlo. Por curiosidad, le pregunté a una anciana que vive enfrente: Me acuerdo de ti cuando eras muy chico –me dijo la buena mujer–. Y tu madre se venía muchas veces a mi casa... Aquello me llegó al alma, pues no podía imaginar que alguien se acordara de mí después de tanto tiempo.

Esta historia, como le digo, estaría incompleta si no tuviera un recuerdo para el paleontólogo catalán José Gibert, que tuvo la dicha de descubrir en la cueva de Tomás Serrano –donde, según éste, las piedras se le asemejaban huesos–, la cuna de la vieja Europa: donde se mecieron y echaron a andar nuestros primeros padres, en medio de leyendas y de mitos que se pierden en la noche de los tiempos. Y sin embargo, a pesar de las incomprensiones, Gibert ya forma parte de la historia de Orce, y Orce es su patria. Durante muchos años, y cada cierto tiempo, he tenido un extraño sueño que siempre era el mismo: yo estaba en Orce y me encontraba solo e indefenso en mitad de la calle, vestido con un pijama que mi madre, en realidad, me obligó a ponerme –pero que a mí me daba vergüenza–, en vez de mis pantaloncillos cortos de siempre. Lo cierto es que, desde que hice aquella visita a la antigua casa de mi abuelo, no he vuelto a soñar con Orce. Fue un reencuentro con mi pasado, donde desaparecieron para siempre los fantasmas de mi infancia. 

Posdata: También recuerdo, en aquellos años del comienzo de los sesenta, que yo era amigo de Damián, el hijo del pescadero de Orce, pero, un día, en la calle de las Tiendas, me vi acorralado por tres zagales, que querían calentarme por el mero hecho de ser de otro pueblo: ¡Que no se escape…! Todavía no me explico –les haría un quiebro– cómo salí por piernas de aquella encerrona y subí la cuestecilla de la calle del Ángel al trote, como alma que se lleva el diablo, porque la cosa no estaba como para pedirles explicaciones. Por eso, cuando llego a Orce y paso por sus viejas calles –hablo con sus gentes o simplemente veo unas habas desparramadas en la era, secándose al sol–, me vienen recuerdos que ya tenía olvidados, pero que han quedado grabados en las fotos que nos hacía mi padre. Estando en Granada, en los años ochenta, fui a saludar a un castillejarano y, un hombre ya mayor que estaba a su lado, me preguntó: ¿Tú tienes algo de Orce? Sí, mi madre es de allí, acerté a responderle. Pero ya no me preguntó más ni dijo esta boca es mía. Aquello, como es natural, me dejó intrigado. Ya decía el poeta Rainer María Rilke que  la única pátria que tiene el hombre es la infancia.

  

 

Publicado en Ideal el 10 de noviembre de 2001, y en mi libro Artículos del Altiplano y de Granada, 2014



jueves, 4 de diciembre de 2014

PRESENTACIÓN LIBRO 'ARTÍCULOS DEL ALTIPLANO'









En Granada,


será presentado en el Centro Artístico, Literario y Científico el 18 de diciembre, a las 20 horas, por

CELIA CORREA GÓNGORA, presidenta del Centro Artístico, Literario y Científico de Granada


 ANTONIO GONZÁLEZ GONZÁLEZ, presidente de la Asociación de Escritores del
 Altiplano de Granada y Pozo Alcón (AEAGRA) y


FRANCISCO ARREDONDO ARREDONDO, profesor e historiador de Zújar



La portada, contraportada y maquetación la ha llevado a cabo  el escritor Antonio Medina Guevara. El cartel ha sido diseñado por Luis Dengra Felgueres, del Centro Guadalinfo de Castilléjar.

Es una edición de autor y se lo dedico a la generación de mis padres