miércoles, 23 de abril de 2014

VIOLENCIA GRATUITA










Empiezan acosando al compañero de clase, en los servicios del instituto, luego graban en el móvil una agresión a un pobre diablo y terminan la faena quemando viva a una mendiga indefensa, que duerme en un cajero de Barcelona. Todo esto lo llevan a cabo chavales de gente bien, para reírse un rato, cuando se fuman unos porros. Casi sin darnos cuenta, hemos pasado de los ‘crímenes de sangre’ de la España profunda, al sadismo grabado de hoy y a los asesinatos por pura diversión. Antaño, cuando ‘La Codorniz’, leíamos a Margarita Landi, en el semanario de sucesos ‘El Caso’, con todo lujo de detalles: “la mató de un hachazo, envenenó a su marido con matarratas, ‘el Lute’ y ‘el Medrano’ asesinan a un joyero…”. Y me vienen a la memoria los crímenes del cortijo de los Galindos, en la provincia de Sevilla, allá por los años 70, aunque nunca llegó a descubrirse al autor de la matanza. El malogrado escritor, Alfonso Grosso, escribió un libro sobre el tema, aventurando quién podía ser el asesino. O bien los asesinatos de ’el Jarabo’, un famoso psicópata que acabó encomendándose al garrote vil.

Estos días, uno se entera en la prensa del asesinato de la granadina, Dolores Santiago, que ocurrió en Palma de Mallorca, en 1977, y posteriormente fue emparedada en el sótano de la lavandería de unos apartamentos. Sin embargo, el crimen ha prescrito y nada se puede hacer contra el presunto autor, Pepe ‘el Mallorquín’, que anda ya por los 80 años. También hemos leído, horrorizados, cómo Ricardo Suárez, en plena ciudad de Sevilla, le vació dos cargadores a un conductor, porque atropelló levemente, con el vehículo, a su hija de siete años. En su descargo, el homicida alegó que estaba borracho cuando lo acribilló a balazos.

Un informe de la Guardia Civil asegura que, la tasa de criminalidad en 1965 era de 91 delitos por cada 100.000 habitantes, mientras que en 1998 había pasado a 273 delitos. Los casos se triplicaron. Y la Fiscalía informa que, en el 2004, se cometieron en España tres millones de delitos, algunos menos que en el año anterior. Pero si la cosa la extrapolamos a Granada, podemos echar las campanas al vuelo: aquí tenemos a 48,6 delitos por cada mil habitantes, por lo que –agárrense– estamos por debajo de la media nacional, que anda en 49,4, y también de la media andaluza. ¿Quién se va a creer esto, cuando Granada ha sido –después de Sevilla y Málaga–, la ciudad que más delincuencia tenía? Y si no, que se lo pregunten a los vecinos del Albayzín –ya no está Francisco Izquierdo para contarlo–, o bien a los japoneses, que ya no trepan a la plaza de San Nicolás para echarse fotos. Decía Borges, en los años 80, que “la democracia es un abuso de la estadística”. Hoy, más que un abuso, es un arma que los políticos utilizan para maquillar su incompetencia. Que nos come la delincuencia: pues le encargamos al CIS una encuesta, de quita y pon, que demuestre con cifras que con Franco vivíamos peor: “¿Está usted de acuerdo que antes…?”.


Todo cambió a partir de los crímenes de Puerto Hurraco, en 1990 (con la venganza de los hermanos Izquierdo), y el caso de las tres jóvenes de Alcásser: “Ha cambiado la brutalidad con que se actúa. Antes había carteristas (recuerden a Tony Leblanc, en ‘Los tramposos’). Luego aparecieron los sirleros, con el arma blanca. Pero hoy cada vez hay más armas de fuego”, afirma el periodista de sucesos, Francisco Pérez Abellán. En el asunto doméstico, creo que el asesinato de Ana Orantes, a causa de la alarma social que provocó, dio lugar a la mal llamada ‘Ley contra la Violencia de Género’, donde la mitad de los españoles hemos dejado de ser iguales ante la ley. Hace unos días, se dio el caso en Jaén de un homosexual al que su pareja intentó agredirle con un hacha. El denunciante se apostó, ante la Delegación para la Igualdad y Bienestar Social, para exigir la misma ayuda que reciben las mujeres maltratadas.

Sin embargo, el Instituto Andaluz de la Mujer no ha querido saber nada del asunto, con la excusa de que “no hay recursos establecidos para este tipo de casos”. Esto me recuerda a una directora del IAM, que solía poner un cartelón anunciando el número de mujeres que habían muerto a causa de la violencia doméstica; pero se le olvidaba poner los muertos del sexo opuesto. Los hombres ni siquiera merecían figurar en las estadísticas: mismamente lo que hacía Billy ‘el Niño’ con los chicanos balaceados. Los valores han cambiado para el periodista Pérez Abellán: “Reina lo material sin cortapisas morales que coarten los impulsos al crimen. La delincuencia se ha sofisticado y, en 30 años, el crimen ha cambiado más que en dos siglos”. Es lo que decía un chaval, criticando a sus compañeros que quemaron viva a la mendiga de ‘la Caixa’: “Ha sido una violencia gratuita”. En fin, hemos pasado del atraco con navaja en la esquina, a los chicos de la gasolina y las sádicas agresiones a los mendigos. Sólo nos queda recordar a la sociedad, a los padres y a los profesores –deberían de tener más sensibilidad con el acoso escolar– los versos de José Hierro: “Lo has olvidado todo porque lo sabes todo”.


 Publicado en La Opinión de Granada, el 8 de febrero de 2006. 


Posdata: La indigente María del Rosario Endrinal Petit murió quemada viva en el interior de un cajero automático de ‘la Caixa’, en Barcelona, y estos días han sido condenados los tres menores que ocasionaron su muerte. Uno de ellos la roció con gasolina y le prendió fuego, mientras se reía. Antes, la mendiga llevó una vida de distinción como secretaria de lujo, precisamente en ‘la Caixa’. Los vecinos del casco antiguo del barrio de Sants, en Barcelona, son los últimos testigos de su historia de éxitos que acabó en una larga agonía. 
 Trasladándonos a hoy, están los famosos casos de Anabel Segura (fue secuestrada y asesinada poco después, a pesar de ello los secuestradores exigieron un rescate a la familia durante un año). La joven María Teresa Fernández, que desapareció en Motril, en el año 2000, este caso apenas sale en la prensa. La sevillana Marta del Castillo, violada y asesinada, aunque la Policía todavía no ha encontrado su cadáver. Todos ellos son casos de violencia gratuita.




domingo, 13 de abril de 2014

LA ‘GAZETILLA CURIOSA’, DE FRAY ANTONIO









El libro se intitula ‘Gazetilla curiosa, o semanero granadino, noticioso, y útil para el bien común’, y el autor viene como el “P. Lect. Juvilado Fr. Antonio de la Chica Benavides, del Orden de la SSma. Trinidad Calzados de Granada”. En la obra se recogen todos los semaneros, que fueron editándose entre el nueve de abril de 1764 y el diecisiete de junio de 1765 y los vendía, entre otros, el mercader de libros Eugenio Arévalo, en su librería de la calle Elvira, la calle de las manolas y de los libreros. A la muerte del autor, se recopilaron los papeles en un solo volumen bajo el título de ‘Mamotreto’ y, según reza, fueron dados “a luz en la imprenta del Convento de dicha Orden..., con las licencias necessarias”. Fue, en 1992, cuando la empresa granadina Impredisur S.L. hizo una edición reproducida del ‘Mamotreto’ –rescatando así a la primera prensa granadina–, al que yo he tenido conocimiento porque me lo recomendó mi amigo Paco Rodríguez Barragán, voluntario en 'Proyecto Hombre' donde ha ocupado diversos cargos.

En el prólogo, el fraile trinitario trata de justificar esta especie de ‘Hoja del lunes’ (sic): “No siendo de menor authoridad la Ciudad de Granada, que otras de España, en donde semanariamente se dà à el público la Gazetilla, con muchas noticias de que se pueden aprovechar los Vecinos y Forasteros, se hà discurrido darlas todos los Lunes de las Semanas del Año, para no defraudar de su bien a todo el que las necessite”. Y advierte al lector que “se dirà de todos los Actos piadosos..., se tratará de Ventas y Compras de todo género de especies: de Arrendamientos de Casas, Caserías, Cortijos, Olivares &c. de las Alhajas perdidas, avisando, à quien las hallare, del sugeto... Se dará aviso, à los que buscaren donde entrar à servir, en qualidad de sirvientes de cozina, ò de Mayordomos, Mozos de Despensa, Lacayos, Cocheros... para que con facilidad hallen este alivio, con expresión siempre de la edad, habilidad y estado”. Y finaliza diciendo que “se darà noticia de otras extraordinarias, que ocurran, como del precio de las carnes, granos, y algunos otros géneros de abastecimiento”.

La primera publicación diaria en España, ‘El Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial y Político’, se editó en Madrid el 17 de enero de 1758, en los tiempos de Carlos III. Y hasta no hace muchos años, ‘La Gaceta’ era el nombre del periódico oficial del Gobierno, donde se publicaban las leyes y disposiciones, lo que hoy es el Boletín Oficial del Estado (B.O.E.). Recordemos también la ‘Gaceta Literaria’, la ‘Gaceta de Madrid’… Pero, con la ‘Gazetilla’ de Fray Antonio de la Chica estamos asistiendo al nacimiento de uno de los primeros periódicos de Granada. Copio algunas ventas del semanero, en el lenguaje de aquellos años: “En la Carrera del Darro, en la Calle del Smo. se vende una Casa Principal con s. fuentes, y su tinaja: se acudirá al Señor D. Juan Beltrán, Veintiquatro de esta Ciudad (...). El Diccionario Santoral Español, compuesto por la Compañía Literaria Granadina, en papeles periódicos..., y su precio es à tres quartos cada pliego”.


Entre las noticias extraordinarias, destaca ésta: “Pocos días hà que murió en una Cueva de esta Ciudad, en la feligresía de San Ildefonso, Diego de Mesa, de edad de 114 años. Era su exercicio Cazador...; pero es lo más singular, que casó de terceras nupcias con Francisca Zibantos, à los 107 años de su edad”. Este otro anuncio avisa que “D. Pablo Mauricio, Cirujano, Oculista y Dentista... hace toda suerte de operación pertenecientes à el Arte Cirugica, tiene varios secretos particulares, para diferentes enfermedades, q hablando con el mismo, luego le desengaña si tiene cura, ò no; tiene una invención de Bragueros a la inglesa, nunca vistos...”.


También se hace eco de los titiriteros: “Como por el Teniente de Alguacil Mayor de la Casa de Comedias, se ha conducido a Granada, la Compañía de Cómicos, que ha de representar y dará principio en la Casa de Teatro...”. En la sección Amos y Criados, “un manzebo de 19 años pretende acomodarse para Lacayo, también està habil en escribir y contar”. Entonces, sólo se venía a penar en la vida: “Joseph, Francisca y María, todos negros de Etiòpia, libres, como lo haràn ver, buscan Amos à quien servir: las dos para Cocineras...”. Esta otra pobretica venía de las tierras de Toledo y se ofrecía para cualquier cosa: “Una muger de circunstancia, de edad 26 años, viuda, con una hija de 4, busca Casa para servir à algún Eclesiàstico; con la advertencia, que no ganará salario, dándole las manos libres, y de comer à su Hija...”. Así de miserable era la vida en la Granada del siglo XVIII, tal y como nos la describe Fray Antonio de la Chica en su querida ‘Gazetilla curiosa’. Hoy, en cambio, como dejó escrito Haro Tecglen: “El trabajo de nosotros, los gacetilleros, es el de escrutar los signos”. Y de paso, digo yo, comentar la jugada.