domingo, 23 de abril de 2023

EL LABERINTO DE LA CÁRCEL

 



¿Qué es esto? ¡La cárcel! Aquí reposa la libertad del pensamiento. Mariano José de Larra

 

A las 10:30 de la mañana del Día del Apocalipsis, llego al Centro Penitenciario de Albolote. Atrás he dejado el pantano de Cubillas y un anodino paisaje de olivos, pero ahora llaman mi atención las nubes de color plomizo que coronan la cima del monte cercano. En el bar un abuelo se entretiene jugando con la nieta, mientras que un matrimonio de jubilados apura los cafés con cierta indolencia. ¿Quién lo diría? Esto más bien parece la Venta de la Tía Quiteria, aunque los días de visita aquí hay un trajín de gente la mar de grande. Acabaico de llegar aparece mi amigo, el maestro Juan Chirveches, que me ha invitado para que hable a los internos sobre mi libro Diálogos en la Tierra de los Ríos. Eso es. Las cárceles han cambiado mucho, ¿sabes?, me dice a modo de bienvenida. Luego paso por un detector de metales y por  R-3 y R-4, unos robots primitivos en forma de rastrillos que se cierran a mis espaldas. 

Juan me van enseñando las dependencias y entramos en el Módulo Sociocultural: ¡Te vamos a pisar!, le dice a un chaval que está dando bandazos con el mocho de la fregona. ¡No importa! A través de los cristales contemplamos el Polideportivo, que está completamente cubierto. ¿Cuántos pueblos quisieran tener este pabellón?, exclama Juan. Subimos al gimnasio y aquí tenemos de todo: desde bicicletas estáticas a espalderas y, si a uno le gusta dar cates, tenemos unos sacos de boxeo. Al otro lado se encuentran el salón de actos y la piscina. En el verano se bañan dos veces a la semana. ¡Evidentemente –pienso–, aquí hay más personal que en los Baños de Graena! En el estudio de pintura la monitora nos dice que van a montar una exposición de cuadros, a finales de este mes, en el palacio de Alcázar Genil.

 En la planta baja se encuentran el taller donde escriben la revista de la prisión, la biblioteca que está cerrada y esto es la sala de máquinas, me explica el maestro. Son máquinas de escribir y algunos ordenadores. Seguidamente visitamos la guardería, que aquí la llaman Escuela infantil. Hay 28 niños, de seis meses a tres años, repartidos en varias clases y dormitorios, según la edad. Pero lo curioso que tiene es que los sofás, las mesas, sillas, retretes, lavabos, etc., son del tamaño de los peques; y algunos de estos muebles han sido hechos en el Centro por los mismos presos. En cambio, los 22 niños lactantes están con las madres en el módulo de enfrente. De nuevo recorremos la ciudad, la Gran Garita: En esa torreta están los funcionarios, con circuito cerrado de televisión y toda la pesca, me dice Juan Chirveches y luego me señala el campo de fútbol y, un poco más allá, los Módulos de los Hombres y la Enfermería. Hace unos pocos años las cárceles eran oscuras y malolientes galerías; hoy son laberintos de interminables pasillos donde al menos entra la luz del día.

 Finalmente entramos en la clase, donde saludo a los maestros de Prisiones y de paso me cuentan su problema: resulta que dependen del Ministerio de Educación y Ciencia –territorio MEC–, pero ellos quieren pasar a la Junta, porque se ve que son junteros. La clase es acogedora, con pupitres fabricados en el Centro: Ya quisieran muchas Escuelas de Adultos tener este mobiliario, apunta un maestro. Comienzan a entrar las internas y, está visto y comprobado, que en cuestión de cultura las mujeres nos ganan por goleada. El aula se llena y observo cierto nerviosismo en algunos. ¿Cómo ha dicho que se llama el libro? Un joven gitano que está sentado a la derecha parece algo tímido, sin embargo exhibe un mostacho mejor que el de Iñigo en sus buenos tiempos, cuando presentaba en televisión Hora 14:15.

 Se leen y comentan algunos artículos del libro, entre ellos el de Juan López: este albañil se cayó de un andamio en Alicante, quedándose parapléjico. Se casó pero enviudó a los dos años, en 1977. A pesar del tiempo transcurrido, todavía sigue enamorado de su mujer y aferrado a sus recuerdos y a la silla... ¿Qué hay que hacer para escribir un artículo en IDEAL? ¿Puedo entregárselo a usted para que se lo dé al director...?, me suelta uno a bocajarro. Cuando termina el coloquio, la interna Isabel Román me entrega un folio con esta poesía, escrita a mano y en letras mayúsculas. Yo la he copiado tal cual, con sus faltas de ortografía, y que juzgue cada cual: A ustedes señores jueces / quisiera verlos en mi lugar / para cuando me condenen / no lo hagan con maldad. / Pues mirando el libro de las leyes y el artículo criminal / les ‘vastan’ señores jueces / para poderme condenar. / Tiempo de mi vida pide el señor fiscal / como si no ‘tubiese’ unos hijos, una casa, un hogar. / Sólo quiero pedirle mi libertad / para poder abrazar a mis hijos y con ellos jugar. / Qué sentimiento más bonito cuando te dicen, te quiero mamá. Otro interno también me confesó que le daba por escribir poemas.

 Quiero tener un recuerdo para Concepción Arenal (1820-1893), la Visitadora General de Prisiones de Mujeres que escribía: Hay que combatir esa idea de lo definitivo en la criminalidad, ya que el delito no es un estado permanente. Y Victoria Kent, la directora general de Prisiones durante la II República, decía que el presidio no era la solución para quienes su principal delito es la inadaptación social, sino que las causas hay que buscarlas en la familia y en la sociedad. En cambio, el criminólogo y médico italiano, Césare Lombroso, sostenía que estábamos predeterminados.

 Posdata: Durante la visita, me llamó la atención una placa en la pared de un edificio, donde indicaba que en 1997 fue inaugurada la Prisión de Albolote, pero no decía nada de quién la inauguró. Fue el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, no quiso que figurara su nombre, lo que da idea de la sencillez y humildad de este hombre. Y sin embargo, hay tanto personajillo por ahí que ha ido colocando placas, con el fin de pasar a la historia: En tal fecha, reformó el mercado de abastos el Excelentísimo Sr. Alcalde de…, o el Excmo. Sr. Ministro… Los maestros de Prisiones pasaron a depender de la Junta de Andalucía y Juan López falleció en abril de 2015, de una grave enfermedad.

 Publicado en Ideal, el 20 de marzo de 2004. Hoy, 23 de abril, es el Día del Libro, Miguel de Cervantes falleció el 22 de abril y fue enterrado al día siguiente.


sábado, 15 de abril de 2023

PABLO ZAMBUDIO, DE MENDOZA (ARGENTINA)

 




30 de agosto de 2017

 Estimado Leandro, espero de corazón que recibas este correo. Mi nombre es Pablo José Zambudio, vivo en la provincia de Mendoza, República Argentina, mi padre fue Francisco Zambudio, que nació en Castilléjar y llegó a Argentina cuando tenía no más de 2 años de edad. En mi casa no se hablaba mucho de su país de origen porque él no tenía recuerdos y su mamá falleció cuando yo tenía 3 años, así es que no había conexión con la historia de su lugar de nacimiento. El pasado domingo, buscando entre los papeles que mi madre tenía, encontré documentos muy antiguos, ejemplo, un certificado de vacunación del año 1921 firmado por el doctor Francisco Cifuentes, donde parece que la familia se vacunaba para viajar a la Argentina. Esto que te cuento es anécdota, lo interesante es que el hermano mayor de mi padre pudo volver a Castilléjar y seguramente dejó en mi casa una fotografía, que tengo frente a mí, en blanco y negro de mi tío con unas señoras y 2 chicos, imagino familiares que encontró. Atrás de la fotografía un sello ovalado que dice LEANDRO GARCIA. Fotógrafo - CASTILLÉJAR (Granada). Leyendo en tu blog un artículo que mencionas fue leído en un acto del 23 de abril del año 2016, donde recuerdas a tu padre fotógrafo y sus fotografías en blanco y negro y a sus sellos, me motivó a escribirte y saber un poco más de Castilléjar. En septiembre estaré 2 días en Granada y trataré de ir hasta Castilléjar, aunque más no sea de pasada ya que no dispondré de tiempo. Desde ya agradezco, si te has tomado unos minutos para leer esto y si aún vives ahí, que me cuentes la manera más rápida para ir desde Granada. Un saludo afectuoso desde Mendoza. Pablo Zambudio.

  Buenos días, Pablo. Tu carta me sorprende, aunque yo también encontré a una prima de mi madre —ya fallecida— por una foto y buscando en la guía telefónica su apellido. Tu padre tenía que tener noticias por su madre, que le contaría cosas de Castilléjar... Aquí hay familias de Zambudios, que están bien situados. Hace más de un año me ocurrió algo parecido con Miquel Zambudio, que vive en Barcelona, y que su familia emigró en los años cincuenta… Apenas conocía el pueblo, pues no habían vuelto. En esa época de 1921 hubo mucha emigración española a Sudamérica y les exigían la vacunación posiblemente por la mal llamada gripe española que tuvo lugar en 1918. Podías escanear la foto y enviármela, a ver si me suena la cara de tu tío. Yo tengo 64 años. Cuando pueda, me entero de los horarios para ir a Castilléjar, pues tendrías que hacer trasbordo. Se encuentra a 140 km de Granada. Yo trabajo en la Biblioteca de Andalucía. Del 4 al 10 de septiembre no estaré en Granada, pues me voy de vacaciones, en otras fechas podríamos vernos por la mañana. En mi blog podrás encontrar fotos del pueblo, pulsa la pestaña videos y verás algunos que he montado yo. Leandro.

 Buenos días Leandro, ahora el sorprendido soy yo por tu pronta respuesta!!!!!!! Muchas gracias por haberte tomado unos minutos para contestarme. Ayer cuando descubrí tu blog, estuve viendo las fotografías y también los 2 videos de Castilléjar en blanco y negro. Muy lindos tus trabajos y se nota que sos un muy buen escritor!!!! Te adjunto la foto que tengo, escaneada, que creo se puede apreciar bastante bien. Lo que no pude hacer es un escaneo bueno del reverso donde está el sello de tu padre, evidentemente el contraste no lo toma el escaneo. A mi tío seguro que no lo tendrás pero puede que sí a las señoras que aparecen en la foto!!! Yo estaré llegando a Granada Dios mediante el 26 de setiembre y me alojaré en el Hotel Occidental, calle Alhamar 46. Quizás te pueda visitar en tu trabajo y entregarte esta fotografía que seguramente para vos tendrá un valor especial. Seguramente seguiremos en contacto gracias a estos extraordinarios medios de comunicación que tenemos!!!! Un afectuoso abrazo!!!!!! Pablo.

 31 de agosto

 Me alegro de que te hayan gustado los videos, son muy sentimentales con fotos de hace casi medio siglo o más. A mis paisanos les encantaron y se exhibieron en el cine del pueblo. La foto escaneada ha salido muy pequeña y no se distingue a las personas, es una casa típica de Castilléjar que ni siquiera está blanqueada. Calculo que será de los años cincuenta o sesenta. Precisamente, muy cerca de la calle Alhamar mis padres tenían un piso —lo conservamos los hijos— y aquí pasaron sus últimos años, ya que mi padre falleció en 1977. El 26 de septiembre posiblemente podamos vernos. Te agradeceré la fotografía. Leandro.

  Le escribo a mi amigo Antonio Martínez Lorente y me contesta el 27 de septiembre: Hola Leandro. No te puedo decir nada de ella porque no conozco a nadie de los que están en la foto. Hay dos que quiero… la segunda por la izquierda, la tengo vista y la tercera parece la tía Florescencia, la de Cleto el Rivera, y la casa está en las Eras Altas, pero no estoy seguro. Gracias por recordar algo que también estaba olvidado.

 En septiembre conocí a Pablo y a su mujer en la Plaza de Bib-Rambla, en Granada, tomamos café y los acompañé al hotel. Estaban encantados de conocer Granada y me dijeron que no iban a poder ir a Castilléjar, por falta de tiempo, que lo dejarían para la próxima ocasión. Como vemos, una foto antigua pone en contacto a las personas o a las familias y nos traen recuerdos de parientes lejanos. En mi caso, cuando falleció mi madre, me llamó la atención una foto de 1952 donde están dos primas de mi madre, con bastante gente, en Tíjola (Almería), que estaban vendimiando. La foto se la dedicaba a mi madre su prima Encarna Casanova —también fallecida—, de Cúllar. Busqué en la Guía Telefónica, encontré el teléfono de Encarna y contacté con ella, de manera que la visitaba cada vez que pasaba en dirección a Galera. Encarna estaba viuda desde hacía muchos años y tenía dos hijos.

 Señalar que Miquel Zambudio i Díaz publicó el libro La Paca, retrat d’una dona emigrant, en catalán, en 2012. Me localizó y me regaló el libro, yo le dediqué un artículo. Sus padres se llamaban Juan Zambudio Blázquez y María Cánovas, vivían en Los Olivos y como muchos paisanos tuvieron que emigrar.

Enlace del artículo sobre el libro de Miquel Zambudio: 

http://blogdegarciacasanova.blogspot.com/2016/03/la-paca-retrato-de-una-mujer-emigrante.html

Posdata: A ver si alguien conoce o puede dar algún dato de las mujeres que salen en la foto de la portada, o de la familia de Miquel Zambudio, en Los Olivos.

 


Pablo Zambudio, de Mendoza, viene recogido en  mi libro Leandro: Castilleja de los Rios en blanco y negro (2020)