sábado, 4 de noviembre de 2017

LAS CLÍNICAS DENTALES






Foto de Ideal Granada



Hace dos semanas, venía en la prensa que en lo que llevamos de año los ciudadanos de la provincia de Granada han puesto 81 reclamaciones, frente a las 35 del año 2016, contra las clínicas y consultas dentales, según el Servicio Provincial de Consumo, que depende de la Consejería de Salud. Las quejas han crecido más del doble en este año, mientras que en 2015 sólo hubo 14 reclamaciones. En Andalucía las cifras son éstas, en los últimos tres años: 243, 335 y 638, por lo que, también, casi se han duplicado en 2017. Los ciudadanos se quejan sobre todo por la mala calidad del servicio recibido, por no atender sus peticiones, así como por el incumplimiento en los plazos, en la condiciones y en los contratos. Otras causas a destacar fueron: no devolver el dinero cobrado de más, el cierre de la clínica, por daños y lesiones o por prácticas comerciales desleales.

El Servicio de Consumo recomienda que el consumidor vaya a clínicas dentales de confianza, que tengan instalaciones adecuadas, personal cualificado, que estén autorizadas por Salud y tengan un seguro de responsabilidad civil. En la recepción debe estar visible la relación completa del personal sanitario, indicando la cualificación y titulación profesional. Asimismo, deben de estar a la vista del público la autorización, clasificación –en las clínicas dentales es C.2.5.1– y la oferta asistencial. Pero casi nadie se fija en estos datos, pues, normalmente, esperamos en la salita a que nos llamen para pasar un mal trago. Consumo recomienda que pidamos un presupuesto por escrito, donde indique el servicio y el tratamiento que van a realizarnos, y que no paguemos por adelantado sino al finalizar el servicio, en que deberán entregarnos una factura.

Un amigo acudió a una clínica de Idental, una franquicia que está en muchas provincias. Le financiaron el tratamiento con una financiera, unos 6.000 euros, y hasta ahora no le han hecho nada, pero tiene que seguir pagando cada mes trescientos euros. Lo citaron por dos veces para extraerle varios dientes, de una vez en un solo día, pero tuvo que marcharse porque se habían equivocado en la cita y eso que vive en un extremo de la provincia. Dos días de trabajo perdidos. Posiblemente, le hicieron esta faena porque puso una reclamación por no atenderle cuando fue citado la primera vez y, tras la segunda cita sin atenderlo, denunció el caso en la Guardia Civil para no seguir pagando el préstamo, pero le siguen descontando el dinero de la cartilla. El Código Civil establece que si la entidad incumple el tratamiento, de manera automática se produce la anulación del crédito.


Ahora está buscando a un abogado, que lleve casos parecidos al suyo, pero lo está pasando muy mal porque se encuentra atrapado entre la clínica dental que no lo atiende y la financiera que le cobra todos los meses. Yo le he advertido, “da gracias  porque, como dejes que te saquen los tres dientes en un día y más adelante te hagan los implantes, lo vas a estar lamentando toda tu vida”. El caso es que mi amigo, que se ha quedado en el paro, y su familia lo están pasando bastante mal. Las reclamaciones y denuncias contra esta franquicia dental han salido en la prensa, pero el tema está estancado aunque estallará porque son cientos los afectados. Al principio hacen un presupuesto inflado y ficticio, a personas con escasos recursos, pero luego hacen una rebaja considerable, ofreciendo créditos a través de una financiera. Así, un tratamiento de 20.000 euros se queda en 1.500 financiados a 60 euros al mes. Al final el cliente pica. Esta clínica utiliza además a jóvenes recién licenciados, que cobran 300 euros por recibir un máster mientras trabajan como cualquier dentista. Esto es, el máster es el trabajo que realizan. 

Lo chocante de todo esto es que, en estos años de crisis económica, han surgido muchas clínicas dentales cuando en España ha habido más paro y por tanto las familias han dedicado menos presupuesto a los arreglos dentales. Hace varios años yo me hice varias endodoncias y, al final, perdí las piezas dentales porque dos dentistas no habían extraído todos los nervios. También he tenido que hacerme un implante, que me ha costado 950 euros. En otras clínicas cobran mucho menos, pero baja la calidad de los implantes. En Francia no tienen estos problemas porque una parte de la factura del dentista, normalmente la mitad, la paga el seguro social. Finalmente, tengo que decir que también he conocido a dentistas buenos y profesionales, y tengo buena relación con algunos de ellos.