El famoso dibujante de cómics José de Huéscar Garvi (firmaba sus viñetas y cuadros con el apellido De Huéscar) nació en Albacete, en 1938, y falleció en la localidad de La Drôme (Francia), en abril de 2007. Con 17 años se marchó a Barcelona, donde estudia la carrera de Bellas Artes, a la vez que trabaja para varias editoriales. En la Editorial Toray dibujó Alicia, Brigada Secreta y la famosa colección de tebeos Hazañas bélicas. Estos tebeos los leía yo de pequeño –mi padre los vendía y casi aprendí a leer en ellos– y me llamaba la atención el soldado americano de la portada, con una ametralladora y un cigarro colgando de los labios. Sin embargo, en los años setenta, José de Huéscar decide emigrar a Francia donde encuentra trabajo en varias editoriales, aunque sigue dibujando para la agencia de Selecciones Ilustradas, de Barcelona. En el país galo colaboró con la publicación Pif Gadget, una revista que fue fundada por el Partido Comunista Francés, y cuyo antecedente fue la revista Vaillant. El título de aquella viene por el perro Pif, que fue creado por el dibujante francés José Cabrero Arnal (de origen español), y los gadgets, que eran juguetes pequeños que se regalaban con el cómic.
José de Huéscar solía
publicar las historietas completas, mientras que los tebeos de aquellos años
salían cada semana y finalizaban con el continuará en el próximo número, con
tal de enganchar a los lectores. Recuerdo que los tebeos de los años sesenta, aquellas
aventuras de encrucijadas, como El Jabato, El Capitán Trueno,
El Guerrero del Antifaz y Roberto Alcázar y Pedrín (toma del frasco,
Carrasco, decía éste cuando le arreaba un mamporro a un malafollá de
aquellos) valían una peseta. En la revista Pif Gadget trabajaron famosos
historietistas franceses y europeos, de manera que los números 60 y 137, en los
años 1970 y 1971, batieron el record europeo al editar un millón de ejemplares
cada uno. Pero nada es eterno y la revista desapareció en 1993 aunque volvió a
resurgir en 2004. En España se vendió con el nombre de Pif, en 1978, y
se editaron unos 40 números hasta que la revista cerró.
El dibujante español
fue colaborador de la famosa Editorial Larousse, con la que dibujó La
Historia del Far West, mientras que el guión lo escribió Jean Ollivier.
También ilustró Las aventuras de Mowgli, novela del escritor inglés Rudyard
Kipling, para la Editorial Vaillant. Entre sus ilustraciones
más famosas destaca el perro Rintintín y el cabo Rusty, cuyas aventuras
fueron seguidas por los niños de la época, y de la que también se hicieron
algunas películas. Con el seudónimo de Garvi, José de Huéscar también
dibujó historietas eróticas. Además de pintor, ilustrador y dibujante, ejerció
como profesor de arte tanto con menores como adultos. Fundó también tres
escuelas, donde enseñaba dibujo y pintura, y cuando los alumnos le decían que
tenía facilidad para pintar, él les contestaba con la humildad que le
caracterizaba: No, no es un don, es mucho trabajo y observación. O
cuando le llamaban maestro, José les recordaba su pequeña estatura: Perdón,
un metro sesenta y cinco.
Su época más fecunda
dentro del cómic y de la publicidad fue entre 1982 y 1988, pero José de
Huéscar era un espíritu muy sensible que se fue desengañando de todo este
mundillo y prefirió dedicarse solamente a la pintura y a restaurar cuadros. Le
encantaba la música del Oeste americano, así como dibujar caballos,
indios y otros personajes con grandes arrugas en el rostro. Poseía una extensa
biblioteca, con temas de historia y del Oeste, con los cowboys y
aquellos áridos paisajes, así como libros de anatomía humana y animal, etc.
También hablaba varios idiomas, como el francés, inglés, italiano y catalán.
José era un gran aficionado al deporte, pues fue cinturón negro en judo y ganó
algunas medallas en natación y buceo. Fue además campeón de tiro olímpico en
Barcelona y en Francia, y campeón de tiro con arco. En cambio, los ratos libres
los dedicaba a la lectura y la música.
José de Huéscar estuvo
casado con Carmen Leví hasta 1985, en que se separaron. Y tres años
después, se volvió a casar con la francesa Josine Duval. En el 2000
adoptó a las hijas de ésta, Florence y Agnès. Unos años antes de
fallecer, el dibujante quiso donar todo su patrimonio artístico (cuadros,
bocetos, esculturas, manuscritos originales…) a su ciudad natal de Albacete.
Sin embargo, el Ayuntamiento manchego no aceptó su legado aduciendo falta de
espacio. Fue entonces cuando pensó donar su patrimonio a Huéscar, la ciudad del
Altiplano granadino con la que se sentía emparentado por el apellido y con el
que firmaba sus ilustraciones. Agustín Gallego Chillón, a la sazón alcalde de
Huéscar, lo cuenta así en el libro José de Huéscar, el legado de un
apellido, que el Ayuntamiento oscense ha editado, en colaboración con la
Diputación de Granada y la Escuela de Arte, de Huéscar: En la mañana del día
11/12/2006, al leer los correos electrónicos dirigidos a la Alcaldía que ese
día habían llegado, hubo uno que llamó mi atención (…). Decía lo siguiente:
Hola, buenos días, señor alcalde. He sido ilustrador durante mucho tiempo, he
publicado mis trabajos en muchos países y he sido también profesor de Bellas
Artes y fundador de varias escuelas de dibujo en Francia. Poseo una colección
de cuadros al óleo, centenas de páginas originales de cómics, portadas de
libros, bocetos (…). ¿Estaría Vd. Interesado en crear un mini-museo de pintura
y dibujo en el pueblo de Huéscar?
Agustín respondió a
aquel mensaje mañanero tan insólito, como inesperado: Por supuesto que
dijimos que sí. Para nosotros era un honor albergar en nuestra ciudad una
colección de dibujos de un autor tan importante como él. Consideramos que era
un hito importante para la vida cultural y un atractivo turístico para nuestro
municipio. Entonces, el alcalde concertó una visita con el dibujante
José de Huéscar, en Aouste Sur Sye (Francia), donde residía y tenía
el taller. En el viaje le acompañó el director de la Escuela de Arte, Pablo
Morales. Allí pudieron comprobar la calidad de las obras y le prometieron a
José hacer una exposición permanente, en Huéscar. Sin embargo, a los pocos
meses falleció el dibujante, pero su esposa, Josine Duval, respetando la
voluntad del difunto hizo la donación. Y así, apunta Agustín, el día
6/7/2010 con un furgón de un vecino de Huéscar, debidamente habilitado
al efecto, nos trasladamos a Aouste y empaquetamos todo el material y lo
trasladamos a Huéscar.
Unos meses más tarde,
Mari Carmen, la hermana de José, también hizo una donación de óleos del artista
al Ayuntamiento de Huéscar. Josine Duval cuenta en una carta cómo
conoció al dibujante español: ‘Soy pequeño y feo’. Esta es la descripción
que me hizo José cuando me llamó por teléfono para proponerme una cita en un
restaurante de Fontainebleau, en mayo de 1982. Desde el principio me sedujo su
voz tan grave por el teléfono, luego cuando nos encontramos, efectivamente, él
era pequeño, pero, ¡nada feo! Esa tarde, acompañada de una de mis amigas, fue
muy agradable y enseguida todos nos encontramos a gusto. A partir de ese
momento ya no nos separamos más (…). Siempre me maravilló su manera de dibujar
y pintar. Era mágica: una mancha pequeña se transformaba en un peñasco o un
pliegue de traje, unos trazos pequeños, y aparecía progresivamente una cabeza.
Así lo recuerda en su
carta, Josine Duval: Él jugaba mucho con esa facultad para cautivar a sus
alumnos. Mi vida con José me ha aportado mucha felicidad. Esto me permitió
tener confianza en mí y autoafirmarme (…). Hemos pasado días maravillosos desde
la jubilación en nuestra casa, a la que nosotros llamábamos nuestro paraíso.
En otro escrito, la
viuda describe con detalle el último día que pasaron juntos: …, ese domingo,
29 de abril de 2007, lo vivimos como en sueños. Inconscientemente, José preparó
su partida. Por la mañana, ofreció un aperitivo a todos sus amigos del club de
tiro. A mediodía fuimos a visitar a los niños, después visitamos una tienda de
antigüedades donde compramos un juego de café (una reliquia para mí ahora). El
tiempo era magnífico y paseamos por el campo y recogimos flores… Cuando
llegamos a casa degustamos una pizza. Esa es la tarde en la que pronunciamos
estas palabras, ‘este es nuestro paraíso’. Mientras preparaba fuera el ramo de
flores que recogimos a mediodía, José en el sofá, en el interior, perdía la
vida. Y al final le dedica un cariñoso recuerdo: José de apariencia
estricta era un soñador muy sentimental. No dudaba de su talento artístico,
pero sufría por no ser lo suficientemente reconocido. Agradezco a la ciudad de
Huéscar el reconocimiento a su obra y estoy segura de que en el más allá, José
está contento y satisfecho de la realización de este museo.
José María Martínez
–alcalde oscense, desde 2011 al 2015–, recuerda que conseguir publicar este
catálogo de pintura y dibujo, para dar a conocer el legado de José de Huéscar,
es todo un orgullo para el pueblo de Huéscar y su alcalde. Nuestro deseo es que
este catálogo, además de un reclamo turístico importante, sirva para atraer a
los amantes del comic, donde puedan contemplar el fondo documental.
Indicar que el Museo José de Huéscar Garvi
se encuentra ubicado en el antiguo Pósito –servía para almacenar el grano de
los cereales–, un edificio que ha sido reconstruido y que data del siglo XV, y
que en los primeros cien días recibió más de tres mil visitantes. Pero lo que
me llamó la atención fue la tremenda injusticia con este ilustrador manchego, que
tuvo que emigrar a Francia donde fue reconocida su valía. Y que al final de su
vida, con esta magnífica obra, un alcalde inculto le diga a José que en
Albacete, su ciudad natal, no había espacio para dedicarle una exposición, cuando
tenía que haberlo hecho Hijo Predilecto. Mayor ninguneo no se
puede pedir. Esto tuvo que ser muy duro para él, pero así suele tratar España a
sus hijos. Menos mal que el entonces alcalde Agustín y el pueblo de Huéscar le
abrieron los brazos. La idea de escribir este artículo se la debo a mi amigo,
el güesquerino Juan José Martínez, que puso en mis manos el catálogo de José
de Huéscar y me pone al corriente de los acontecimientos culturales en las
comarcas del Altiplano.
El actual alcalde
José García Giralte es un admirador de José y me ha confesado que quiere montar una exposición en Granada. Copio estas frases que me ha
enviado: Desde el Ayuntamiento de Huéscar seguiremos dando a conocer
este patrimonio cultural único, del que este municipio ha
tenido la suerte de ser el depositario y responsable de su custodia y
divulgación. Gracias a José de Huéscar, un paisano de origen, no sabemos de qué
tiempo, pero un gran profesional con una obra excelente que merece figurar
entre los mejores dibujantes del mundo del cómic. Y no podía faltar nuestro más
sincero agradecimiento a Josine Duval, viuda de José, y a su hermana Mari
Carmen, que donaron su obra a la ciudad de Huéscar.
Bonita historia de esta persona que anduvo por el mundo corriendo y haciendo algo que a quedado para el recuerdo, me a gustado Leandro
ResponderEliminarCometí una falta de ortografía en el anterior comentario y la corrijo ahora. Gracias por tus comentarios, amigo Antonio Martínez. Hay personas humildes que pasan por la vida y, al final, tienen que donar su obra porque en su tierra no lo valoran. Una pena. Y hay cantamañanas que tienen calles no haciendo nada
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