Hace un año, un vecino de un pueblo de la provincia de Granada me dijo que no lo llamaban del SAE (Servicio Andaluz de Empleo), para los 15 días de trabajo en el Ayuntamiento. Como le correspondía y no lo atendieron, presentó un escrito en la Delegación de Empleo de Granada y, al mes siguiente, lo incluyeron en las listas del Ayuntamiento y trabajó. Las listas de desempleados deberían ser públicas, para que todos tuvieran acceso a ellas, pero no las exponen en los tablones de anuncios por los motivos que ellos sabrán. A primeros de septiembre estuve en Extremadura y aquí el asunto es mucho peor. Un amigo extremeño recibe una carta certificada, de la Delegación del Servicio Extremeño Público de Empleo de Badajoz (SEXPE), diciéndole que tiene que devolver los 781 euros cobrados del trabajo agrario del Ayuntamiento, que realizó en junio, y que puede hacer un recurso en el plazo de quince días. El motivo es porque “no ha comunicado la baja y el alta, en el Ayuntamiento, a la Tesorería General de la Seguridad Social”. Le envían también una solicitud para que pida el fraccionamiento o aplazamiento de los 781 euros, y se los irán descontando del dinero del PER. Por si esto fuera poco, como no había ingresado la última cuota mensual –el sello, como le dicen por allí–, de 87 euros a la Seguridad Social, ahora tiene que abonarla con un recargo de 17 euros.
Los cuatrocientos y
pico euros mensuales del desempleo, que cobraba este parado, eran sus únicos
ingresos, por lo que estaba muy preocupado. En la oficina del INEM le dijeron
que se trajera el Libro de familia y la última declaración de la Renta, que le
iban a escribir una carta a Badajoz. Le informé que no necesitaba una carta,
sino que tenía que presentar un recurso en el plazo de un mes. Yo había
estudiado los temas de la Seguridad Social en las oposiciones y se me quedó
grabado que, “el empresario es el único responsable del ingreso de las cuotas
del trabajador a la S.S.”. Precisamente, hacía unos días que yo había visto en
el móvil de un trabajador granadino un mensaje, de la Tesorería General de la
Seguridad Social, donde le comunicaba las fechas en que había sido dado de alta
y de baja, respectivamente, cuando trabajó 15 días para Ayuntamiento de una
localidad granadina. En el INEM no pudieron hacerle el escrito a mi amigo,
porque esa mañana no funcionaron los ordenadores, pero ante las nuevas
explicaciones que les dio, reconocieron que en Empleo se habían equivocado
también con varios parados más.
El tema estaba claro,
algún empleado del SEXPE no había comunicado las altas y bajas de los
trabajadores del PER, a su tiempo, y no se les ocurrió nada mejor que iniciar
un expediente de reintegro, de los 781 euros cobrados por desempleados de
varios Ayuntamientos, y otro expediente, en vía de apremio y con recargo de 17
euros, por no ingresar la cuota mensual correspondiente a la S.S. Mayor desidia
no se puede pedir. Le dije al amigo, que había sido expedientado dos veces por
causas ajenas a él, de acompañarlo a las oficinas pero se negó en redondo, no
sé si por miedo o por lo que fuera. Pero lo que más me sorprendió es que,
precisamente, a los que menos cobran de la sociedad, a los parados de 62 años
que perciben cuatrocientos y pico euros al mes de subsidio –su único ingreso–,
les hagan esta faena y encima les abran dos expedientes, cuando a todas luces
la culpa ha sido de la Administración. “En todo momento, la Administración,
puede corregir o rectificar de oficio los errores materiales y de hecho, que se
produzcan…”, recuerdo el artículo de memoria.
En septiembre le he
preguntado de nuevo a mi amigo: “Me ha dicho la jefa del INEM que algún
empleado me ha dado de baja por error, que el fallo es de la Seguridad Social y
que me va a hacer una carta para cobrar lo atrasado”. Es posible que este
parado no hiciera algún trámite, después de trabajar en el PER, y que todo se
liara. También hay que tener en cuenta que las elecciones autonómicas fueron en
el mes de mayo y en Extremadura ha habido cambio de Gobierno, por lo que habrán
entrado empleados nuevos. Yo soy funcionario y alguien debe de
responsabilizarse por este desaguisado, o de la mala fama no nos libra nadie.
Siempre lo mismo, los errores el trabajador y si se pasa lo paga con réditos y ante de los 15 días reglamentarios que están estipulado, pero a ellos es otra cosa, siempre igual, da pena.
ResponderEliminarPor eso, el pobre, el que no sabe, lleva siempre las de perder. El rico sabe hacer valer sus derechos, está mejor informado o echa mano de un abogado. La Adminitración, cuando se equivoca, debe de reconocerlo.
ResponderEliminar