Los años no pasan en balde y, cuando llamo a María
Gómez, veo que anda torpemente mientras abre el candado de la cancela de su
casa. “¿Cómo va eso, María?”. Y cuando saludo a su marido, Rafael Martínez,
éste sonríe y parece como si me conociera de toda la vida. A pesar del
alzheimer galopante, que le arrebató su mente. Pero de seguro que no me ha
reconocido, que todo ha sido un espejismo. Los médicos aseguran que Rafael está
en un estado que ya no conoce a nadie. Debe de ser una especie de limbo para el
enfermo, y un infierno para quien lo cuida. Pero la vez anterior hizo lo mismo,
sonrió al verme, como si me conociera de toda la vida. Sin embargo, a María no
hace falta que yo le explique demasiado a lo que vengo:
-Ahora
vienen dos muchachas a vestirlo, porque Rafael se lo hace todo. Él ya no conoce
a nadie, ni siquiera a su mujer. ¡Pues sí! ‘Cucha’ que te digo, esta noche
‘pasá’ me ha cogido la mano y ¡ha puesto una cara!... Pero él no sabía que era
mi mano. Y yo ya quería deshacerme de él, pero no podía. Sí, sí. ¿Que si me
echas una foto? ¡A mí me da igual! Tengo 83 años, así que ya todo me da igual.
Recuerdo que mi suegra, la tía Luisa, tenía una tienda donde vendía azúcar en
terrones y de todo. Pregunta y verás quién era mi suegra..., y mi suegro.
Buenas personas donde las haya, ¿eh? Y si
es Rafael, todo el pueblo lo sabe; y tu padre también, que en gloria esté.
Nosotros... pues que hemos ‘pasao’ muchas penas y que hemos ‘tenío’ dos hijas
para nuestra suerte. Pero hemos ‘penao’ mucho... ¡Y qué te voy a decir más!
-Cómo
era la vida entonces, cuéntame cosas de aquella época, de cuando eras una
mocica –le digo:
-Mira,
no teníamos patatas, ni cebollas, ni ajos pero hacíamos de comer. Hacíamos una
lata de habas ‘tostás’. ¡Qué lástima! Mira, se juntaba el Curro, se juntaban
las Curras, que estaban solteras. ¿Tú no te acuerdas de eso? Y nos comíamos una
lata de habas ‘tostás’... ¡Si no teníamos nadie ‘ná’, ‘ná’, ‘ná’! Había mucha
pobreza, pero hoy, gracias a Dios, tenemos de todo. Ahora estamos muy viejos, y
ya no podemos valernos de los años que tenemos. Antes decían mis hermanos: “¡Ay
qué boca tiene mi María!”. Y ahora la tengo como si la tuviera ‘podría’...
Aquellas migas que antes nos comíamos casi sin aceite, que era verdad ¿eh?
Porque movíamos las migas con la rasera para que aquello no se hiciera una
pelota. ¿Y el jabón?, que no teníamos ni para lavarnos. ¡Mucha miseria es lo
que había! Y no es decirlo, es pasarlo. ¡Buenooó...! Si dijera una toda su
vida, habría que hacer un libro. Y ahora que tenemos algo, pues eso, que no
podemos disfrutarlo. El Rafael se hace todas sus cosas dentro de su cuerpo,
desde hace por lo menos cuatro años. Y yo ‘pos’ aquí hecha una mártir, que si
me voy ‘pallá’ o ‘pacá’...
De mi libro 'Diálogos en la tierra de los ríos' (2003). Edición agotada
Como digo al principio del artículo, los años no pasan en balde y hoy María está internada en una residencia de Baza. En este dibujo su casa se adivina al final de la hilera de viviendas
ResponderEliminarMaria la de Rafael, madre que mujer mas dura y buena, estuvimos viviendo puerta con puerta por lo menos 4 o 5 años recién nació, lo mismo me daba de comer que un azotzo en el culo, yo con Carmen tenemos eso años de vivencias de pequeños, buena gente, no se me acuerdo de ellos mucho. saludos
ResponderEliminarTengo previsto ir por Baza pronto, no sé si para el verano,todo depende de que se vayan de la casa que tengo allí alquilada a quién lleva un año sin pagarme el alquiler y estoy en pleito para que se vayan, si voy espero vernos. Me encanta tu Blog,es un constante ir y venir por recuerdos y cosas entrañables. Un abrazo amigo Leandro.
ResponderEliminarAcabo de ver tu comentario, Antonio Martinez. María es una persona entrañable, es la memoria de Castilléjar, pues será de las que más años tiene. Cuando la veo me habla de mis padres. Cuando paso por el pueblo, me llegaba a verla
ResponderEliminarDisculpa, Esperanza sandoval santander, he entrado y he visto tu comentario, lo mismo que el de Antonio. No hay nada que avise. Gracias por entrar en mi blog de los recuerdos, pues soy algo nostálgico, alguna enfermedad tenía que tener. Si te pasas por Baza, dame un toque por Face y nos vemos, amiga Esperanza
ResponderEliminarHola , soy nieta de MARIA y RAFAEL. Una sorpresa encontrar este lugar . Agradecer a Leandro por mencionar a dos buenas personas amantes de su tierra, sus vecinos y la familia .
ResponderEliminarSe fueron dejando lo que más querían pero nos dieron el mejor ejemplo de vida .
Sólo como único apunte Leandro. Mi abuela era mujer de carácter por que fue la primera de 9 hermanos.
- ( con 8 años tenia que ir con su padre a la mina , de esta forma podrían sacar un pan más. Uno para comer, otro que vendían.)
Paso sus últimos días cantando canciones de su infancia .Rodeada y de la mano de sus hijas y todos sus nietos .
Amo a su marido RAFAEL Un hombre bueno padre y abuelo ejemplar. Le cuido hasta su último aliento y que ya en sus últimos días cuando su cuerpo no le pertenecía , le llenaba un porron con sus mejores guisos y cantándole, reconocía en su inconsciencia .
La vida de ella fue una historia de amor por los suyos . Que eran todos los que se acercaban con cariño.
Cuánto lo siento que María haya fallecido, Arantxa. No sabía nada, quiero recordar que la vi el pasado año o puede que fuera el anterior. Ella me hablaba de mis padres y me trasladaba a aquella época de mi infancia, tenía un corazón muy grande y transmitía muchos ánimos. Dale recuerdos a tus padres
ResponderEliminarArantxa, dime la fecha que falleció tu abuela, no hace mucho vi una foto de la residencia donde aparecía
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