viernes, 17 de mayo de 2024

CARTA AL PRESIDENTE DEL ‘CENTRO DE ESTUDIOS PEDRO SUÁREZ’




 Estimado presidente, como miembro del CEPS, le expongo lo que sigue:

El 3 de mayo pasado, en un correo electrónico a los miembros, usted escribe: “Este nuevo Plan de Igualdad fue aprobado en la última junta de gobierno, y se somete ahora a la consideración del resto de miembros de Centro de Estudios para que nos hagan llegar sus sugerencias, alegaciones y/o enmiendas hasta el 15 de mayo próximo”.

No se entiende por qué usted no lo somete a votación de la asamblea, en vez de tomar a los miembros como convidados de piedra, como suele hacer por costumbre. ¿Acaso teme que le rechacen el plan?

 

En su JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS del II Plan de Igualdad (de once páginas), escribe: “El Centro de Estudios Pedro Suárez (CEPS) no está obligado por la Ley a disponer de un Plan de Igualdad ya que éste, como se ha dicho, es necesario a partir  de  una  plantilla  de  250  empleados/as.  El  interés  por  hacerlo  se  sustenta, pues,  en  la  sensibilidad  y  en  la  voluntad  de  dotar  a  la  entidad  de  códigos igualitarios, solidarios, justos y sostenibles. A  través  de  este  II  Plan  de  Igualdad,  el  CEPS  quiere  impulsar  todos  los mecanismos y herramientas necesarias que culminen con la no discriminación por motivos  de  género  y  una  igualdad  real  en  todas  las  áreas  y  niveles  de  la organización”.

Usted reconoce que “no está obligado por la Ley a disponer de un Plan de Igualdad”, entonces debería explicarnos, ¿por qué motivos quiere imponerlo en el CEPS, por la puerta de atrás? Apelando a la democracia, lo lógico es convocar una asamblea, debatirlo y finalmente votarlo. El artículo 7 de la Constitución establece que la estructura interna y funcionamiento de las asociaciones deberán ser democráticos.

 

El 24 de marzo de 2023 le contesté a usted, en relación a los cuatro informes de valoración sobre mi trabajo El castillo y las cuevas de la Morería, que envié para su publicación en el Boletín, pero fue rechazado.

Este cuarto informe de última hora tiene fecha de recepción el 10/03/2023, precisamente el mismo día que te envié la reclamación por correo electrónico, por lo que resulta chocante la coincidencia de fechas. Copio casi íntegras las observaciones el evaluador: En mi modesta opinión, este trabajo no presenta los requisitos mínimos para su publicación en el boletín del CEPS. En todo caso se trata de un artículo, nada riguroso e incoherente, propio de un blog informal o de un texto de memorias personales a la baja. Hay afirmaciones sin respaldo bibliográfico, no presenta fuentes primarias (pero no especifica), ni notas a pie de página (hay dos, habrá que pensar si ha leído el trabajo). (…). Este amago de artículo pseudo periodístico no aporta ningún valor en el conocimiento científico del patrimonio. Las citas textuales sobre comentarios en las redes sociales y las declaraciones de los políticos locales demuestran que se trata de un género de trabajo inclasificable… Son realmente sorprendentes los ataques personales y las expresiones despectivas, zafias y fuera de lugar que utiliza el evaluador, lejos de  la imparcialidad, objetividad y seriedad que deben tener los informes. La pregunta es: ¿son estos los informes que utiliza el Boletín para rechazar los trabajos de los miembros?”.

Mi pregunta es: ¿Los insultos y el trato indigno a los miembros por parte de los evaluadores, que usted designa a dedo, forman también parte del II Plan de Igualdad? Lo cierto es que no hay concordancia entre las prácticas abusivas (por decirlo de forma suave) y la igualdad  real  que nos promete.

 

Copio estos párrafos que publiqué en mi blog  el 8 de septiembre de 2023, titulado Los amigos de don José Manuel.

“En el Boletín número 33, de 2020, vienen 11 artículos de miembros y 19 de investigadores, o lo que sean, ajenos al CEPS. Y en el Boletín número 35, de 2022, vienen 23 trabajos: 8 son de miembros del CEPS, mientras que los 15 restantes (casi el doble) son de personas ajenas. Y en este plan, a unos les sirve para hacer méritos académicos y al presidente para hacer amistades por el mundo y prodigarse en los medios. En mi escrito, le recuerdo al presidente que algunos trabajos ajenos no cumplen con los criterios y los aspectos relevantes que exigen las Normas de presentación. Sin embargo, les aplican una doble vara de medir. Nada de extraño tiene que haya mucho descontento entre los compañeros del CEPS: se quejan porque en los últimos años se han elevado inexplicablemente las exigencias de manera que no les publican los trabajos. Como dice un compañero, ¿de qué nos sirve celebrar nuestro treinta y cinco aniversario, cuando se excluyen a los miembros en favor de otros? Seguro que ellos, no tienen problemas para publicar (…).Y así, unos y otros se van desengañando”.

Habría que preguntarle al presidente: ¿el II Plan de Igualdad reza también para las publicaciones de los miembros en el Boletín del CEPS?

 El pasado 12 de febrero, le envié a usted este mensaje por correo electrónico, pero no obtuve contestación: “El CEPS es una asociación que trabaja por la investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural de las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar”, de esta forma se anuncia en su página de Facebook y en sus estatutos. Por tanto, debe de regirse por las reglas que establece la Real Academia Española de la Lengua y no por la doctrina sobre la lengua que quiere imponer el Gobierno. Mi pregunta es si, como presidente del CEPS, ha impuesto ya el lenguaje inclusivo sin consultarlo siquiera a los miembros ni someterlo a votación en asamblea.  En el correo electrónico que nos dirige a todos los miembros, el 9 de febrero,  para que rellenemos el formulario, termina así: “Una vez culminado el periodo de aplicación del I Plan de Igualdad del Centro de Estudios Pedro Suárez (CEPS) corresponde medir el impacto de las actuaciones implementadas, mediante este cuestionario dirigido a las socias y socios”. Quiero recordarle que mi último trabajo de investigación no llegó a publicarse en el Boletín del CEPS porque tres evaluadores anónimos alegaron sin fundamento alguno que no se atenía a las normas de publicación, mientras se publicaban sin reparos los trabajos de otros que las incumplían claramente, como le indicaba en mi reclamación. Y sin embargo, en la encuesta que le dirige ahora a los miembros del CEPS se permite el lujo de incumplir las normas de la lengua española que establece la RAE, utilizando el lenguaje inclusivo. Sobra decir que la lengua española es patrimonio cultural de todos los españoles, por lo que debemos conservarla y difundirla respetando las normas de la Academia de la Lengua, y usted debería de ser el primero en dar ejemplo. Atentamente”.

Creo que usted está mezclando la ideología con la conservación del patrimonio cultural y la historia de las citadas comarcas, intentando imponer a los miembros del Centro su doctrina.

 El historiador Antonio Domínguez Ortiz dejó escrito que “el historiador debe ser como el notario que levanta acta del pasado, y no como esos intérpretes sectarios que se arriman al sol que más calienta”. Ahora, por razones ideológicas, se intenta imponer a los miembros del CEPS el lenguaje inclusivo, cuando nuestra obligación como historiadores y cronistas es respetar las normas de la Academia de la Lengua (¡qué menos!) y conservar tanto el patrimonio cultural como la lengua española. Por tanto, como presidente, debe respetar la libertad ideológica de los miembros del CEPS, como establece el artículo 16 de la Constitución española, y dejar el lenguaje inclusivo para los políticos. Atentamente, lo saluda.

17 de mayo de 2024

 Leandro García Casanova

 

2 comentarios:

  1. Querido amigo Leandro:
    Me parece muy fuerte lo que te ha pasado. Que a ti y a tus trabajos les arguyan razones para no publicarlos, y que a otros trabajos que podrían argüirles los mismos razonamientos no lo hagan, me parece que está casi todo dicho.
    Y ya en el recolmo, que nuestra sin igual Lengua española se vea menoscabada y vilipendiada por esa utilización torticera y oportunista del masculino y el femenino cuando la RAE tiene una norma muy clara al respecto, sería para tener ya muy claro a quien no deberíamos publicar nada.
    Ya hablaremos amigo Leandro.
    Un abrazo.

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  2. Gracias, amigo Roberto por estar ahí. Es algo surrealista que yo tenga que estar reivindicando lo que es evidente: porque no me publican un trabajo de investigación histórico, sobre las Cuevas de la Morería, de Castilléjar (y encima me denigran), mientras salen publicados los trabajos de los amigos del presidente. Que yo tenga que estar reivindicando la lengua de Cervantes, la lengua de mis padres, la lengua de veinte naciones de Hispanoamérica porque nos quieren imponer la lengua de los ignorantes y las ignorantas. Y que solamente yo dé la cara aunque otros miembros me apoyen en privado…

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