sábado, 18 de marzo de 2023

LA MUERTE DEL POBRE

             

El incendio, en el piso de Huelva



En el invierno es cuando se suelen producir los incendios en las viviendas, donde muchas personas mueren calcinadas por las llamas o por la inhalación del humo. Las causas suelen ser los braseros eléctricos, de butano y de picón, que prenden las enaguas, o bien las estufas, chimeneas, radiadores, calentadores… Hace tres años, murieron varios jóvenes mientras dormían en una cochera, por los gases de un brasero de palos de madera, que habían encendido para calentarse. Recuerdo que, cuando yo entraba al piso de mi madre, en los años ochenta, olía a butano desde la entrada y eso que tenía el brasero encendido en el otro extremo de la vivienda. El monóxido de carbono del butano y del brasero de picón adormece y produce una muerte dulce. En los años noventa, Concha, la Carbonera, vendía picón en la calle Elvira, número 26, detrás del Banco de España, hasta que cerró el local. El oficio perdura en los pueblos, que es donde más se consume carbón, y lo inmortalizó Julio Romero de Torres, al final de su vida, con su mejor cuadro, La chiquita piconera.

 Tengo un recuerdo imborrable de mi infancia. Una noche fui al cine con mis padres y, al regresar a casa, mis dos hermanos que se habían quedado no contestaban a los golpes en la puerta y en la ventana del comedor, donde se veía la luz encendida a través de las rendijas de la madera. Entonces, mi padre subió a la terraza y entró en la vivienda forzando la puerta. Mis hermanos se habían quedado profundamente dormidos en la mesa camilla, al calor del brasero de picón, y con la puerta del comedor cerrada. Si tardamos más tiempo en llegar, posiblemente hubieran fallecido por el monóxido de carbono del brasero de picón. Todavía tengo miedo cuando echamos las ascuas de la chimenea en el brasero de la mesa camilla, pues te adormilan con el calor y sobre todo con los gases. 

 En el cementerio de San José, de Granada, siempre me llama la atención una lápida negra, grande y semicircular, a la altura del suelo, en memoria de la muerte de cinco niños, en el incendio de una vivienda en Granada, en 1933. Y alguna vez he leído el trágico incendio que tuvo lugar por esos años, en una casa del Camino de Purchil, donde también fallecieron varios niños. En febrero pasado ardieron varias habitaciones de un ático en Guadix, porque se incendiaron las cortinas. Son muchas las negligencias que se cometen a diario en las viviendas, como poner ropa a secar en la estufa o en los radiadores, con frecuencia se prenden las enaguas en las mesas camillas, colocar un sillón cerca del fuego de la chimenea, ropa al lado del calentador de gas, fumar cigarrillos en la cama, por no hablar de los numerosos incendios que se producen en las cocinas, a causa de los hornos, del aceite de la sartén...

La chiquita piconera, de Julio Romero


 Resumo tres incendios recientes, con víctimas, que salieron en la prensa.

Mueren tres jóvenes, uno de Sevilla, en el incendio de un piso de estudiantes en Huelva

Incendio Huelva, última hora: el suceso ha tenido lugar en una vivienda de la calle Villanueva de los Castillejos del barrio de Isla Chica y, según la Policía Nacional, otras siete personas consiguieron salir con vida

Los jóvenes fallecidos en el incendio de Huelva estaban celebrando el fin de los exámenes del cuatrimestre

Un brasero posible causa del incendio de Huelva que se ha cobrado la vida de tres estudiantes

P M. MOGUER / A. BAREA. Huelva, 31/01/2023

Al parecer, en el piso había hasta siete personas más, que escaparon del piso sin lesiones y se encuentran en buen estado de salud. El origen del fuego «supuestamente ha sido por una estufa en el salón», añade la Policía.

 Mueren calcinadas dos personas en el incendio de su casa en Entrevías

Las personas fallecidas, un hombre de 83 años y una mujer de 57, han sido víctimas del fuego originado en una de las habitaciones de la vivienda.

TELEMADRID. 26 de febrero de 2023 - 08:00 EUROPA PRESS

 Muere un anciano en el incendio de una vivienda en Tarragona

EFENOTICIA

 Las dotaciones de bomberos encontraron el cuerpo del anciano en su casa de la localidad tarraconense de El Vendrell.

En el comedor de la primera planta, localizaron a la persona, ya sin vida. El personal médico del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que desplazó cuatro unidades, confirmó la muerte del anciano. Las ocho personas que residían en los pisos de las plantas 2 y 3 no pudieron pasar la noche en su casa y fueron realojadas a través de la Policía Local.

 

Copio parte del artículo de Adela Muñoz Páez, catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla y miembro de la Red de Científicas Comunicadoras, que publicó en elperiódico.com, el 1 de diciembre de 2019

Braseros asesinos y canarios salvadores

Con el invierno llegan las nevadas, abren las estaciones de esquí y las carreteras del norte se colapsan. También llega una plaga de muertes silenciosas y evitables cuyo responsable es el monóxido de carbono, CO, la primera causa de intoxicación en el mundo que en España mata a más de 100 personas al año y origina entre 5.000 y 10.000 intoxicaciones.  ¿Cómo mata este gas tan insulso que ni huele, ni tiene color, ni es irritante? Vuelve loco al hierro de la hemoglobina de la sangre que, por su culpa, abandona al oxígeno, O2, causando la muerte de las células de nuestro organismo (…).

Si el canario moría...

¿Y los canarios? En épocas pasadas, cuando había que estar en lugares cerrados y mal ventilados en los que había combustión, como las minas, se empleaban animales pequeños con un metabolismo de transporte de oxigeno similar al humano pero más sensible al CO, para que alertaran a los mineros de la presencia de gas tóxico: si el canario dejaba de cantar y moría, tenían el tiempo justo para salir de la mina para no morir asfixiados. Hoy no hace falta que sigan muriendo canarios porque hemos sido capaces de construir sensores que desempeñan esa función, pero también necesitamos de conocimientos básicos de los procesos químicos que tienen lugar a nuestro alrededor y sentido común para evitar este tipo de muertes.

Detector de incendios


           

   Hay que destacar que en Francia,  desde 2015, y en otros países de Europa, es obligatorio instalar el detector de incendios en todas las viviendas. Y cuento esta anécdota que ocurrió el pasado mes de enero. Una tarde encendimos la estufa de pellet y, sobre las diez de la noche, sonó la alarma del detector de incendios. Estábamos adormilados mi mujer y yo, pero no sabíamos lo que sonaba hasta que nos dimos cuenta. El salón de la cueva es amplio y el techo semicircular tendrá dos metros y medio de alto, pero, cuando miramos hacia arriba había una capa espesa de humo que salía por los tubos de la estufa. Si no es por el detector de humos, nos hubiéramos quedado dormidos y posiblemente no estaríamos vivos. El detector es un aparato pequeño, que se coloca en el techo, cerca de la cocina, su precio no llega a diez euros y funciona con una pila. Emite señales acústicas y luminosas en caso de humo o de incendio. No se explica cómo no es obligatorio en España, pues salvaría un centenar de vidas humanas y cientos de viviendas no se incendiarían, sobre todo en los edificios de pisos, supondría además el ahorro de millones de euros en reparar las viviendas afectadas. Pero, cada vez que oigo la noticia de que alguien ha fallecido a causa del monóxido de carbono, de los braseros, pienso que ha tenido la muerte del pobre.


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