El Defensor del Pueblo Andaluz y del Menor, Jesús Maeztu, presentó el pasado 30 de junio el “Informe del Menor de 2015”, en el Parlamento andaluz, y será debatido en el pleno en septiembre. En el informe hace una profunda crítica no sólo contra la Consejería de Educación, sino contra los colegios y las familias por no saber o no querer abordar el problema del acoso escolar. El Defensor acusa a la Junta de Andalucía y a los colegios de estar invisibilizando la violencia escolar, “igual que hace 30 años se ocultaba la violencia de género. Los profesores no quieren que el colegio tenga una tacha por haber tenido un caso de acoso escolar, porque creen que eso les va a estigmatizar y van a perder alumnos. Y debe ser justo al revés: el centro que lo denuncia públicamente y aborda el problema es el que pone la solución. Los colegios se resisten a tener una actitud frontal”.
El Defensor denuncia también que el Gobierno andaluz “silencia el problema del acoso escolar” y que la
Consejería de Educación “oculta
deliberadamente las cifras de un problema que está creciendo significativamente”, a causa
del aumento de las quejas que recibe en su oficina. “Hay que sacar el acoso escolar del silencio. No sé si este tema
vende mucho o poco, pero tiene que estar en la agenda de los medios de
comunicación. Pido ayuda y sensibilidad”,
ha dicho Maeztu. “La actitud es: mientras
menos registro de acoso escolar tienes, eres mejor región, y no es
verdad. Si no sale en prensa, los casos siguen. El escándalo dentro se soporta, y fuera no”, señala.
Según Maeztu, se han incrementado el número de quejas
y consultas sobre el acoso escolar,
tanto de padres de víctimas como de profesores, a la vez que desconocían
el protocolo de actuación de la
consejería para estos casos: 21 quejas
y 51 consultas en 2013; nueve quejas y 28 consultas en 2014; 30 quejas y
38 consultas en 2015, y 21 quejas y 29
consultas en lo que va de año. Y añade: “La Junta no toma conciencia de
lo que está pasando porque todavía no son cifras alarmantes, pero el acoso escolar debe atajarse ahora,
porque más tarde degenerará en una
actitud de dominación del macho a la hembra en la adolescencia, y luego
en violencia de género en la edad adulta”. Por eso, el Defensor ha encargado un
informe sobre el acoso escolar que presentará a final de año, en el Parlamento andaluz, a la vez que
señala a los responsables públicos porque no ayudan a denunciarlo y a prevenirlo.
Maeztu se ha quejado también de la falta de
transparencia de la Consejería de Educación, pues no conoce cómo están
funcionando los protocolos y no tiene datos concluyentes del acoso, por edades,
por etapas y por colegios públicos y privados, porque la Administración no le
proporciona la información que requiere. En los casos que ha estudiado ha
detectado “falta de coordinación y de control. He analizado protocolos
concretos de colegios que han tomado medidas un mes y medio después de
producirse el acoso, porque han esperado a que se resuelva de otra forma. ¿Qué clase de seguimiento se le hace a estos
protocolos?”, se pregunta. El acoso escolar es más físico entre niños y más
psicológico entre niñas, y tiene
efectos en el rendimiento académico, pero sobre todo en la autoestima de las víctimas. Es difícil
de detectar, porque a veces ni siquiera los perjudicados saben explicar qué les
ocurre, piensan que están exagerando una pelea. Tampoco todos los profesores
son capaces de ver y solucionar el problema, y para algunas familias, según
Maeztu, es un deshonor hacerlo público y optan por ningunearlo o cambiar a su
hijo de escuela. En fin, más claro y más alto no se puede decir.
Sin embargo, la consejera de Educación, Adelaida de la
Calle, mostró su discrepancia con el Defensor: “Hay acoso, sí, pero, según el ‘Observatorio
para la Convivencia Escolar’, sólo afecta al 0,03% entre dos millones de
escolares de Andalucía, y que cuando se detecta un caso de acoso escolar se
pone en marcha de manera inmediata un protocolo de actuación”. La consejera señaló
que “en los últimos cuatro cursos se ha producido un descenso en los
porcentajes de conductas contrarias o gravemente perjudiciales en las aulas,
fruto de los planes de convivencia y de las distintas medidas puestas en marcha
a partir de 2011, en las que Andalucía es pionera”. Sin embargo, según los
datos del ‘Observatorio’, ofrecidos en mayo, se produjeron 358 situaciones
denunciadas y confirmadas en el curso 2014-15.
Difícilmente se podrá solucionar el problema en
Andalucía silenciando el acoso escolar, ocultando las cifras y diciendo que han
disminuido los casos. El Defensor del Menor no se va a poner a inventar o
exagerar un informe que tiene que remitirlo al Parlamento andaluz, donde va a
ser debatido en el pleno. Y no sólo acusa a Educación, sino también a los
colegios y a las familias. La consejera de Educación debería escuchar las
recomendaciones del Defensor y tomar nota, si de verdad quiere atajar el
problema para que disminuyan los casos de acoso escolar en la comunidad
autónoma. Hay que tener más humildad para colaborar con la institución del
Defensor, que precisamente fue elegido para esto por el Parlamento andaluz:
para defender los derechos de los ciudadanos, en este caso concreto, de los más
débiles. Las asociaciones de padres y los colegios deberían de apoyar el Informe
del Defensor (poco puede hacer si no tiene el apoyo social y de los partidos
políticos), ya que persigue la defensa de las víctimas (muchas tardan años en
recuperarse del trauma y otras se suicidan), mientras que los agresores no
pocas veces quedan impunes.
Hace dos años, un compañero me confesó que estaba
padeciendo acoso laboral, le ofrecí la ayuda del sindicato pero él no quería
que lo vieran hablando conmigo por el miedo que tenía, a pesar de estar
afiliado. Un día, cuando ya estaba depresivo, le pregunté y me dijo: “La verdad
es que no sé si me están haciendo acoso laboral”. Entonces, le respondí: “Esa
es la prueba de que te están acosando”. Cuando se llega a una situación de
confusión mental, de indefensión, de aislamiento y de soledad entonces pones en
duda todo lo que ocurre a tu alrededor. Varios meses después, el compañero se
marchó a otro destino, con su depresión a cuestas. Yo también he pasado por
esta dramática situación de acoso laboral y, en una ocasión, un compañero se sinceró
conmigo: “Me ha dicho… que no quiere verme hablando contigo”.
Trasladen este acoso a un niño o a un adolescente –tan
inseguros y indefensos a esas edades, que hasta piensan que sus padres no los
van a creer–, por lo que nada de extraño tienen los suicidios y las
depresiones. Demasiadas muertes, demasiadas víctimas y demasiado daño en las
familias ha producido ya el acoso escolar, para venir ahora a negar lo que es evidente
a todas luces. En Francia tienen unos protocolos más seguros y eficientes, y el
problema del acoso escolar se controla. Eso sí, gasta mucho más en Educación
que en España, mientras que la Comunidad de Andalucía es de las que menos gasta
por alumno. Es cuestión de mentalidad y de voluntad, esto es, de querer
solucionar el problema.
Comentarios de Facebook:
ResponderEliminarSagrario Pimienta Buitrago Como puede estar pasando esto , en el siglo XXI..
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 19:29
Leandro Garcia Casanova El Defensor habla bastante claro y los deja en evidencia. Es vergonzoso que, en vez de solucionar el problema, vayan a taparlo. El resultado: los culpables quedan impunes y vuelven a las andados con otros...
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 19:40
Sagrario Pimienta Buitrago Pena , mucha pena y rabia porque , se fomenta más la violencia...por lo que tanto Lucho mi generación.
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 20:01
Leandro Garcia Casanova Es valiente la actitud del Defensor, que le ha valido las críticas de la Junta. Lo que llama la atención es el silencio de los partidos políticos ante el acoso escolar que denuncia
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 20:17
Emilia Lopez Monjon Inaceptable. Tanto los profesores como la familia tienen que tomar medidas si la dirección se niega. Los padres deben inculcar al niño valores de empatía y comunicación no de intolerancia ni discriminación. Los profesores deben estimular positivamente para que no haya complejos ni inseguridad entre alumnos
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 20:44
Leandro Garcia Casanova Lo que no pueden hacer es el avestruz, y dejar a los padres y a los niños abandonados a su suerte. Yo pensaba que el acoso estaba superado, tenía sus protocolos y el Defensor denuncia que no es así. Lo terrible es la respuesta y la soberbia de la consejera
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 20:48
Emilia Lopez Monjon ¿No tendrá hijos o sobrinos?
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 20:49
Sagrario Pimienta Buitrago Aunque los tenga , Emilia seguro que están bien protegidos
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 22:33
Emilia Lopez Monjon Ya. Si esa no era la idea. Sino la lástima, aunque este mal el pensamiento, es que no le pase a alguno de los suyos
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 22:36
Sagrario Pimienta Buitrago Es cierto amiga , tienes buen corazón !!
Me gusta • Responder • 4 de septiembre a las 23:05
Leandro Garcia Casanova No creo que le pase a la consejera, en Educación cogen el teléfono y le dicen al director del centro lo que tiene que hacer...
Me gusta • Responder • 5 de septiembre a las 6:20
Leandro Garcia Casanova Tengo amigos que son profesores y mi hijo también lo es, pero es un contrasentido que, cuando un profesor sufre una agresión, le dan la máxima difusión. Pero, cuando un alumno sufre acoso, intentan taparlo y, cuando no, negarlo
Me gusta • Responder • 5 de septiembre a las 6:22
Emilia Lopez Monjon Es verdad. Yo no quiero que se atosigue al profesorado porque algunos padres se quejan por las malas notas de sus hijos cuando ellos no se ponen a ver lo que su hijo estudia y como lo hace. Pero este descontrol de acoso y derribo debería ser tratado en...Ver más
Me gusta • Responder • 5 de septiembre a las 9:06
Leandro Garcia Casanova Hay unos protocolos para el acoso, pero no se aplican. También ocurre que de Educación se llama al director del centro para que le suban la nota a un niño, para que no repita y, de paso, se maquillan las cifras del fracaso escolar en Andalucía, que es de los peores. Y el profesor se ve obligado a subir la nota o a enfrentarse a Educación...
Me gusta • Responder • 5 de septiembre a las 9:32
Emilia Lopez Monjon Demoledor
Ya no me gusta • Responder • 1 • 5 de septiembre
Esto del "acoso", en estos asuntos, lo hemos empezado a oir hace poco... debe venir con tantos avances... ¿verdad?
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