“La única patria que tiene el hombre es la infancia”, Rainer María Rilke.
En una encuesta realizada el pasado año, los abuelos
tenían la moral por las nubes: de los casi 7,3 millones de mayores de 65 años,
más del 90% confesaban estar alegres y felices; y más del 80% se sentían útiles
e ilusionados. Pero la realidad va por otro lado: “Alrededor de 400.000
personas mayores sufren algún tipo de maltrato en España”, asegura la Unión
Democrática de Pensionistas y Jubilados. Su presidente, Martín Pindado, destaca
que “es muy frecuente el maltrato químico, que consiste en medicar al abuelo
para que se tranquilice un poco y no dé la lata”. Y el doctor Rafael Rodríguez
opina que, de cada diez casos de maltrato a ancianos, sólo trasciende uno, y la
mayoría no llega a ser denunciado. Asimismo, el maltrato psicológico –con
amenazas y humillaciones– está bastante extendido.
El Teléfono de Atención a Situaciones de Maltrato de
Personas Mayores (900 858 381), que depende de la Junta de Andalucía, recibió
el pasado año 290 llamadas, de las que 163 denunciaban presuntas agresiones.
Esto supone un incremento del 39% con respecto al año anterior. Los motivos de
las quejas fueron el abandono por parte de la familia (55), el maltrato
familiar (49) y los malos tratos en residencias privadas (31). Veintiuna de
estas denuncias procedían de Granada. En cuanto a las pensiones, en mayo pasado
se abonaron 1.293.652 en Andalucía –un 15% del total nacional–, cifra sólo
superada por Cataluña. En cambio, la cuantía de la pensión de los andaluces
esta casi ocho puntos por debajo de la media nacional, cifrada en unos 640
euros. Y como siempre andamos en los puestos de cola, las pensiones de los
granadinos no llegan a la media andaluza. En Granada nunca llegamos: nunca
llega el AVE, nunca acaba de llegar la autovía a la Costa, nunca llega el
Metro, nunca llegará el museo... Aunque es sabido que el granadino protesta
mucho, pero se mueve poco.
Según el Instituto Nacional de Estadística, casi un
millón de andaluces –unos 474.000 menores de 16 años, y 490.000 mayores de
sesenta y cinco años– se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. De
manera que, la Andalucía de la ‘Segunda Modernización del Arado Romano’, se
sitúa entre las comunidades autónomas con mayor tasa de pobreza –un 31,1%–; sólo por delante de Ceuta, Melilla y
Extremadura. En un informe anual de la Fundación Encuentro, se critica que no
sólo somos el país de la Unión Europea que dedica menos recursos en
prestaciones sociales a la familia, sino que en el cuidado de los ancianos los
asigna de manera injusta e ineficaz: “En España, 2,6 millones de mayores de 65
años viven con sus hijos; mientras que 1,4 millones viven solos. Y sin embargo,
más de la mitad de los servicios sociales se centran en los hogares
solitarios”. Además, muchos ancianos no hablan con nadie durante semanas y
otros no pueden salir a la calle por falta de movilidad.
Según una tesis doctoral del gerontólogo David
Sánchez, “Granada es la capital andaluza con el censo más envejecido y donde
más de 13.000 ancianos necesitan ayuda. De ellos, unos 1.300 no reciben ayuda
de ninguna entidad”. Y en un estudio de la Red de Mujeres del Zaidín se indica
que, al menos, 3.500 pisos del Zaidín están habitados por una sola persona, en
su mayoría mujeres viudas con necesidades sociales y sanitarias. Ya lo advertía
Ramón y Cajal: “Lo más triste de envejecer es carecer de mañana”. El pasado
año, en la provincia de Granada había 33
residencias para mayores, con 1.620 plazas, la mayoría de ellas concertadas.
Eso sí, la Junta de Andalucía prometió duplicarlas en un par de años; aunque no
sé de dónde va a sacar el dinero para que se produzca el milagro.
El demógrafo Julio Pérez ha destacado la importancia
de los abuelos: “Nunca como ahora han recibido los españoles tantos recursos y
atenciones por parte de sus mayores”. Tampoco debemos olvidar la ayuda que
prestan, a la hora de criar y educar a los nietos, cuando los padres trabajan o
están enfermos; incluso, cuando se hacen cargo de los nietos toxicómanos, a
consecuencia del abandono y negligencia de los padres. El abuelo ha pasado de
ser el patriarca de la casa, con su garrota, sus achaques y su silla al lado de
la lumbre, a ser tratado poco menos que como un estorbo: lo que ha ganado en la
paga, lo ha perdido en reconocimiento y afecto. Hace unos años conseguí una
foto de mi padre, de cuando hizo la mili en Larache, en 1941. Allí está junto a
otros reclutas, con el cigarro entre los dedos, con su correaje y su gorro de
serón. La historia de ellos será también la nuestra. Termino con esta cita del general Charles de Gaulle: "La vejez es un naufragio".
Nota. Este artículo lo escribí en 2006, con motivo el
Día del Abuelo, que se celebra el 26 de julio. En 2007 empezó la crisis
económica, por lo que la situación empeoró mucho para los españoles. Pero hay
que destacar que la paga de los abuelos fue providencial para miles de familias
de parados, en esos años de recesión.
Por si fuera interesante o de utilidad para usted o o para los lectores de su web, tengo publicado el blog http://plantararboles.blogspot.com
ResponderEliminarUn manual sencillo para que los amantes de la naturaleza podamos reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud, José Luis Sáez Sáez. lopezmanero@hotmail.com
Hola, José Luis. Gracias por tu ofrecimiento, estoy de vacaciones y en unos días te doy mi respuesta
ResponderEliminarJosé Luis, ya he colgado su blog en el mío. Espero que usted haga lo mismo y cuelgue el mío.
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