El día 8 de octubre salió en Ideal una crónica (en Ideal Digital venía un vídeo), donde el delegado de Salud de Granada, Higinio Almagro, se manifestó por las calles, utilizando al colectivo de dependientes, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebró dos días después. En el vídeo también se veía al concejal de Familia, Bienestar e Igualdad, del Ayuntamiento de Granada, Fernando Egea. “Por la dignidad de los enfermos y dependientes”, rezaba la pancarta. A muchos de los enfermos mentales los sacaron de las residencias sin saber adónde iban. AGRAFEM (Asociación Granadina de Familiares de Enfermos Mentales) no quiso participar en esta farsa, lo que es de agradecer.
Hace unos años, los familiares de los enfermos mentales nos manifestábamos
en la calle, en Puerta Real y en la Delegación de Salud, para protestar por los
escasos recursos y plazas de residencia para los enfermos, que son los grandes olvidados del Servicio Andaluz de Salud. Pero ahora ocurre lo nunca visto: el delegado de Salud
organizando una manifestación en la calle, cuando más recortes ha hecho la
Junta de Andalucía en la Dependencia. El pasado año fallecieron 2.000 personas
esperando a que les concedieran la dependencia y, en Granada, no habrán creado
ni una plaza de residencia y puede que ni en toda Andalucía.
La ceremonia de la confusión
El
pasado día 10 se celebró el Día Mundial
de la Salud Mental, claro equívoco, porque los que la poseen, no necesitan
ningún día especial que los evoque. El día en cuestión, auspiciado por la OMS,
va dirigido a los enfermos mentales para recabar atención sobre sus
desventuras.
En
el escenario de la Enfermedad Mental, concurren varios actores:
Primero: los profesionales, que
con diversas formaciones, tenemos como misión su tratamiento y rehabilitación.
En términos generales, atendemos a los pacientes más graves desde el sector público, y a los más ajustados a
la realidad y con mejor nivel de adaptación social, desde el privado. Cada nivel profesional,
interviene con mayor o menos acierto. La Psiquiatría, ha sido objeto de nuestra
atención en un reciente artículo de prensa, considerando la profunda crisis de
identidad y liderazgo que atravesamos, nosotros, los psiquiatras. Cada uno que
haga sus propias reflexiones.
En segundo lugar: los familiares, en
ocasiones participes involuntarios de la génesis de algunos trastornos; pero
casi siempre, victimas por sus complicadas tutelas y las graves situaciones de
desamparo, que atraviesan frente a la
Administración responsabilizada de la Salud y los Servicios Sociales. Ésta,
se ocupa más de dar respuestas a las patologías que tienen superiores capacidades
de reivindicar derechos de atención.
En tercer lugar: FAISEM. Bajo
cuyas siglas, está el organismo, que canaliza todos los fondos sociales
destinados a los enfermos mentales en Andalucía. Desde su configuración de
“Fundación Pública”, ha sido numerosas veces objeto de atención: por el
oscurantismo de su gestión; la discrecionalidad de sus iniciativas, y su escaso
control público. Para ser contratado por ellos, no hace falta titulación ni
oposición alguna. En Granada, en el día de la fecha, son prácticamente
inaccesibles sus recursos asistenciales.
En último lugar: los pacientes más
graves. Ellos son ajenos a su propia patología, a sus derechos y
a su destino. Por sus propias limitaciones, sufren todas nuestras
inadecuaciones: porque siempre están a merced de otros.
El
pasado día 8, como preludio del Día de la
Salud Mental, bajo una misma pancarta, el
Delegado de Salud y Servicios Sociales y FAISEM, se manifestaban “contra sí
mismos” por la situación de estos pacientes. Los acompañaban: la Asociación de Familiares de Enfermos
Mentales y algunos pacientes de
centros residenciales llevados en autobús, sin saber a donde iban, ni de qué
procesión formaban parte. Toda una lamentable farsa en la Ciudad y Comunidad
que nos merecemos.
Posdata: Este artículo fue leído en ONDA CERO, de Granada, el 16 de octubre,
en el programa de Juan Andrés Rejón
El artículo ‘Psiquiatría Crítica’ es muy bueno y hace honor a su título, fue publicado en Ideal de Granada, el pasado 9 de octubre.
En poco espacio, Antonio Higueras resume la pésima situación actual. Es de escándalo
cómo está la psiquiatría en Andalucía, el abandono de los enfermos mentales es total. Este es el mérito
del articulista. Aparte de que falta el sentido común, yo creo que lo que falta
es conciencia. No hay conciencia ni sensibilidad en el colectivo de psiquiatras (no todos), nadie se atreve a denunciar la situación por
miedo a las represalias y se vive mejor en la sumisión. A los enfermos mentales el psiquiatra los ve cada seis meses, durante cinco o diez minutos. Eso sin contar los enfermos que andan deambulando por la calle y sin control de nadie.
No hay conciencia de que les están recortando y hurtando los recursos a los
sectores más débiles de la población –y encima los utilizan en manifestaciones cuyo objeto es la propaganda de la Junta–, mientras el Parlamento andaluz paga dietas por alojamiento y
manutención a los diputados, durante los meses de verano –cuando el Parlamento
está cerrado–, el alojamiento a consejeros y diputados que tienen piso en
Sevilla y, ahora, quieren aumentar las indemnizaciones a los altos cargos. Recortes
para unos y manga ancha para los políticos. Mayor desidia y cinismo no se puede
pedir.
Son unos artículos muy acertados de un grandísimo profesional como es el Dr d. Antonio higueras aranda
ResponderEliminarAsí es, mientras muchos callan él defiende a los más débiles, a los que no tienen voz ni voto
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