miércoles, 3 de septiembre de 2014

LOS OLVIDADOS QUE LIBERARON PARÍS








·        EVA DÍAZ PÉREZ,  redactora del El Mundo. 28 de agosto. 
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París había dejado de ser la ciudad sonámbula, suspendida en el silencio y el miedo. Las radios clandestinas lo habían anunciado: se acercaban los carros de combate del general Leclerc. En las afueras ya se escuchaba el engranaje de metales de los blindados, el avance de las tropas, el murmullo que anticipa la victoria. París estaba a punto de ser liberada de la ocupación nazi.
Hace setenta años de aquella epopeya, uno de los episodios extrañamente felices de la Segunda Guerra Mundial, el comienzo del fin: la retirada de Hitler de la Francia ocupada. Esta semana se ha conmemorado esa fiesta de la liberación con varios homenajes. Los franceses saben celebrar las páginas ilustres de su Historia, aunque en realidad en buena parte las protagonizaran otros. Por ejemplo, los españoles republicanos que lucharon para expulsar al ejército alemán de París. Esos mismos que han permanecido en el olvido durante décadas, arrojados del tiempo y de la Historia. Durante años la historiografía francesa se ha ocupado de restar importancia a los extranjeros que lideraron su gesta, entre otras cosas porque había que maquillar el dudoso papel que Francia había hecho durante la Segunda Guerra Mundial al ser ocupada y admitir la farsa de la Francia libre de Pétain en Vichy.


Un andaluz lo narró en un libro valiente y estremecedor que permaneció durante décadas sin editarse. Se trata de La agonía de Francia, del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales. Tras huir de España durante la guerra, consciente de que -como él mismo escribió- había contraído méritos suficientes para ser fusilado por un bando y por otro, Chaves Nogales se instala en París. Allí asiste a la caída de Francia, que era para los refugiados el último baluarte de la democracia ante la barbarie del totalitarismo. "Se encontraban con un nazismo vergonzante, larvado, con el cadáver maquillado de una República Democrática en cuyas entrañas podridas germinaba la gusanera del totalitarismo". Y aclara que para los españoles la decepción era doblemente trágica. "Era la segunda patria que perdíamos".


Decía Chaves Nogales que el París de los nazis era una ciudad que "había tomado un aire siniestro": "Tenía una luz cernida de apocalipsis, una atmósfera cargada y espesa en la que las gentes se movían como espectros".
Otra andaluza también fue testigo de aquella ciudad siniestra. Se trata de la jurista y parlamentaria malagueña Victoria Kent, quien protagonizó una curiosa historia ya que estuvo oculta en un pequeño apartamento cerca del Bois de Boulogne durante los cuatro años que duró la ocupación de París. Kent se escondía de la Gestapo ya que temía que la denunciaran a la policía franquista. Por eso mantuvo una identidad falsa: Victoria Kent era madame Duval.


Para consolarse en esos larguísimos y tenebrosos años, Kent escribió un libro a modo de diario encubierto: Cuatro años en París. Y anota comentarios sobre aquella ciudad en la encrucijada de la Historia: "Se diría que la ciudad había sido sorprendida en un momento de escalofrío". Victoria Kent, cuya misión era alojar a niños sin familia en colonias infantiles, se refugia en los años felices de la infancia perdida en Málaga, recuerda el sol tibio ahora en esta fría ciudad silenciosa, el sabor de las naranjas, la dulzura de las pasas, la cal blanquísima de las paredes. Y también se refugia en el humor. Kent observa los camiones y vehículos alemanes pintarrajeados que circulan sin tregua por París: "A veces, tengo que hacer un esfuerzo para no determe y reír de buena gana, francamente, creo estar contemplando los preparativos para la romería del Rocío".


Los días se suceden y parecen los mismos, escucha en la radio las pesimistas noticias sobre España, observa hasta el hastío los objetos del pequeño piso, las voces de la vida tras las paredes, los pasos que suben por las escaleras, se obsesiona con el reloj y teme los sueños intranquilos.
Y por fin llega el gran día de la liberación con los tanques de Leclerc llenos de exiliados republicanos que habían luchado contra los nazis como la última salvación para liberar a España. Esta es la entrada que la malagueña Victoria Kent escribe en su libro: "¿Y esos tanques? ¿Veo claro? ¿Son ellos? Sí, son ellos. Son los españoles. Veo la bandera tricolor; son los que atravesando el África, llegan hasta los Campos Elíseos. Los tanques llevan nombres que son una evocación 'Guadalajara', 'Teruel', y son los primeros desfilando por la gran avenida. París aplaude. París aplaude a los españoles curtidos en una lucha de nueve años, que sonríen hoy al pueblo liberado. París aplaude a la España heroica de ayer, a la España libre, democrática y fuerte de mañana. Parece un sueño... Parece un sueño".

Con estos españoles ocurrió lo mismo que con los que sufrieron en los campos de exterminio, aquellos que llevaban un triángulo azul con un S de spanier, de rotspanier (rojos españoles). Los supervivientes regresaron a sus países porque había un país que los reclamababa, pero España era de Franco y los republicanos vencidos no tenían más opción que el exilio. Fueron los apátridas, los sin tierra, los más derrotados de todos los derrotados.
Pero regresemos a esa mañana de agosto en la que el general Leclerc entra con la Nueve -9º Compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre- llena de republicanos españoles para liberar París. Son muchos los que protagonizan este episodio como el valenciano Amado Granell o los quellegan hasta el cuartel general de Von Choltitz, encargado de la defensa de París. Son el extremeño Antonio Gutiérrez, el aragonés Antonio Navarro y otro andaluz, el sevillano Francisco Sánchez quienes lo detienen. Choltitz creyó que eran franceses, pero se dio cuenta de que lo habían derrotado unos españoles. Aunque eso aparezca en pocas historias.
Hace unos días la web www.todoslosnombres.org, que se ocupa de rescatar las historias de olvidados y desaparecidos del franquismo, la Guerra Civil y el exilio, recuperó la extraordinaria historia de otro andaluz que participó en la epopeya de la Nueve: Manuel Pinto Queiroz-Ruiz, más conocido por su seudónimo Manuel Lozano. Era hijo de un barbero anarquista y trabajó como obrero en las viñas jerezanas. Su vida -que relató Laurent Giménez en 1985 en Agosto 1944. Los españoles en la Liberación de ParísTestimonio de un anarquista español- sigue el manual para el asombro de tantos personajes que protagonizaron estos tiempos salvajes.

Manuel Lozano se exilió en Orán en 1939 pero es arrestado e internado en varios campos de concentración de Argelia y Marruecos. Finalmente es liberado cuando las tropas angloamericanas ocupan el Norte de África y se incorpora a los Cuerpos Francos de África. Así llega a Francia con la División Leclerc en la Novena. El 24 de agosto de 1944 es el primero en entrar en París, ciudad donde muere en el año 2000. Pero ¿quién ha recordado su historia?
En el cementerio de Père Lachaise de París hay un monumento dedicado a los españoles que lucharon por la liberación de Europa y a los que sufrieron en los campos de exterminio. El memorial se realizó en 1969. En París el Memorial Leclerc en el barrio de Montparnasse recuerda el heroico episodio de la liberación, pero las referencias a los españoles son mínimas y eclipsadas por el papel de los franceses que con la victoriosa liberación y el papel de la resistencia intentaron borrar la vergüenza de la Francia de Pétain.
Republicanos españoles en Le Perthus.
Esa Francia que recibió a los republicanos españoles en campos de concentración. Así fue la respuesta que el país que había sido ejemplo y símbolo de la democracia ofreció a la moribunda República española: los campos de Saint Cyprien, Argèles-sur-Mer, Gurs, Le Perthus, Septfrand o Bacarés.

Otro andaluz, Manuel Andújar, que padeció el infierno francés de Saint Cyprien y lo narró en Saint Cyprien, plage, campo de concentración(1942), comprendió que la única forma de que no se olvidara su historia colectiva era escribirla. En el libro El exilio español de 1939 recordaba con pasión y rabia el papel de los desterrados españoles en la Historia: "Las legendarias hazañas bélicas, la convulsa geografía de los combates -Narvik, Tobruk, estepas y ciudades rusas, Indochina, resistencia francesa, los primeros tanques de Leclerc, tripulados por españoles en la liberación de París- unidas están para siempre en la Historia al denodado esfuerzo de los hombres de la España liberal, la expatriada. Su aportación también a raudales -cenizas, cadáveres, indelebles torturas- en los campos de concentración y exterminio nazi". No es demasiado tarde para contarlas ¿no?

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2 » Comentarios
1.     http://estaticos03.elmundo.es/social/img/avatars/medium-comments_default.pngCecilio Gordillo GiraldoCecilioGordillo01.sep.2014 | 08:33
#1
Cuanto trabajo "nos" queda aún por hacer Eva. Aunque algunos dicen que esto debería ser, también, un trabajo del Estado. jajajaja
2.     http://estaticos04.elmundo.es/social/img/avatars/medium-comments_default.pngboreas02.sep.2014 | 11:08
#2

Si el partido Popular tuviera de verdad respeto a la democracia, se tomaría más en serio el valor de estas personas, que ellas si que dieron un ejemplo de patriotismo y de coraje, luchando y muriendo defendiendo muchas de las cosas de que gozamos ahora, incluso que el PP sea un partido demócrata y pueda participar en unas elecciones, a ver si se aclaran, si eran rojos pero españoles de verdad.


casano03.sep.2014 | 12:20

#3

Miles de exiliados españoles vivieron después en Francia, los imagino en París y en otras ciudades pasando muchas faltas. Hoy, sus hijos son franceses. En el cementerio de Père-Lachaise están enterrados el expresidente de la República, Juan Negrín, Largo Caballero y la fotógrafa Gerda Taro, que fue la pareja de Robert Capa, a quien España le debe tantas fotografías de la Guerra Civil que dieron la vuelta al mundo. En el cementerio de Montparnasse estuvo enterrado el pintor Manuel Ángeles Ortiz. Después de todo, Francia ha sido nuestra segunda patria, cuando las cosas iban mal en España.






1 comentario:

  1. Jolin Leandro que blog mas completo, es cuestión de ir poco a poco mirándolo , creo que vale la pena mirarlo tiene que ser muy interesante, con tanto recuerdo que plasmas en el, una pregunta, el blog lo haces y luego ledas paso , o pones cada día algo, es mi duda , gracias Leandro,saludos ,Antonio

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