viernes, 17 de octubre de 2025

COLONOS, ENTRE LA VERDAD Y EL RECUERDO

 


El programa Informe Semanal, que emite TV1, del pasado 6 de septiembre, trataba sobre los pueblos de colonización y el locutor comenzaba así:

Este otoño van a hacer cincuenta años de la muerte de Franco, 55.000 familias que fueron desplazadas, entre los años cuarenta y setenta, por el Instituto Nacional de Colonización, a municipios levantados de la nada, en tierras baldías. Unos trescientos pueblos en veintisiete provincias, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Sus habitantes se sienten los grandes olvidados y sobre ellos perdura el estigma por una vida llena de sacrificios, sus hijos y nietos nos lo cuentan en primera persona.

A continuación se escucha la voz en off, o superpuesta, del programa ‘España se prepara’, de 1949 (en tiempos de Franco), con la imagen de un pueblo:

Llevar a esos campos el agua, construir caminos y viviendas, escuelas e iglesias y preparar buenos cultivadores porque el problema de producción agrícola afecta a los españoles del campo y de la ciudad. Pero el factor primordial de toda colonización es el hombre, para el que se construyen a ritmo creciente pueblos alegres, donde su vida y el de su familia alcancen el nivel que impone el movimiento salvador de España.

Antiguos colonos con sus hijos, junto a un pantano



Sin embargo, el historiador Antonio Cazorla no opina igual: “Los pueblos de colonización son un proyecto de la dictadura para dos cosas: fijar población a la tierra y dar un mensaje a la población de que Franco está haciendo la justicia social”. Una mujer mayor recuerda muy bien el sorteo: “A cada colono le dieron una yunta de vacas para el arado, una yegua y una vaca suiza. Los primeros años, como los pobres no tenían nada, fueron muy difíciles…”. A continuación, en la pantalla de la televisión sale sobreimpresionado el título del programa: ‘Colonos, entre el mito y el olvido’. Aparece una anciana leyendo un folio: “Cuando nuestros padres salieron emigrando hasta aquí, eran tiempos difíciles, buscaban un porvenir. Ellos dejaron atrás sus casas, amigos, familiares y recuerdos de la infancia, así emprendieron el rumbo a tierras extrañas”. Oyendo esto da la impresión que emigraron a Cataluña, a Alemania o la Argentina. Pero una voz sobrepuesta desmiente el infundio: “Juana es hija de colonos, con 19 años llegó a estas tierras del noroeste de Extremadura, con sus padres y cinco hermanos. Junto a 54 familias de otros puntos de la región, fueron los primeros colonos en Begaviana”. Quiero añadir que mi esposa es hija de colonos, que vivían en la comarca de Jerez de los Caballeros, y se trasladaron a la casa con la parcela que les tocó (centenares de vecinos no tuvieron esa suerte), en Brovales, a unos nueve quilómetros. Lo normal es que los colonos se quedaran dentro de la comarca o de la provincia (se construían los poblados para los vecinos de los pueblos colindantes) y entre ellos conozco a varios que malvivían en chozos, tal era la pobreza en algunos lugares de la provincia de Badajoz, en los años sesenta. Hay que señalar que en la ‘década del desarrollismo’, de 1960 a 1970, emigraron unos dos millones de españoles a Europa y regiones del norte de España.

Acudiendo a la misa del domingo


El locutor de Informe Semanal explica el proceso: “En septiembre de 1939 se crea el Instituto Nacional de Colonización, que se convertirá en el instrumento de la política agraria franquista, planificó la construcción de infraestructuras hidráulicas y más de trescientos nuevos pueblos. Había que convertir secanos en regadíos y retener población en el campo. Cada colono recibía una casa y un lote de tierra, pero quedaba vinculado al Estado, que les tutelaba durante cinco años, pero tenían que devolver lo recibido en dinero y cosechas. Las familias numerosas tenían prioridad y había que demostrar un pasado limpio (…). Miles de hectáreas se expropiaron a grandes latifundistas, en Andalucía y Extremadura. Un proceso que resultó beneficioso para algunos latifundistas…”. Acto seguido aparecen en la pantalla unas imágenes del NO-DO (el Noticiario Cinematográfico Español), ‘La nueva Andalucía, 1961’: se concentran los colonos de las localidades de la zona para ver a Franco, que pronuncia unas palabras sobre la reforma agraria y entrega los nuevos títulos, mientras recibe los aplausos… Laureano Carbonell es miembro de la Asociación Patrimonial de Esquivel (Sevilla): “El arquitecto Alejandro de la Sota construyó Esquivel en forma de abanico y lo hizo a escala humana, con su arquitectura propició el encuentro y acercamiento de todas esas familias que venían de diferentes puntos de España, pudieron conocerse y vivir bien. Cambiaron el paisaje agrícola y son un referente esencial de nuestra historia”. Comparto completamente su opinión. Ana Amado, fotógrafa y arquitecta, lo observa desde su profesión:Ver cómo habían evolucionado estos pueblos, setenta años después. Nos interesaba mucho esta arquitectura y este urbanismo experimentales que se habían desarrollado durante el franquismo”. Mientras que el arquitecto Andrés Patiño expresa su admiración: “El arquitecto Fernández del Amo construyó Sierra de Gata en Cáceres, es un pueblo con una asombrosa naturalidad en la dehesa extremeña, sin alterarlo en lo más sustancial. El paisaje agrícola está en el interior del pueblo para que gozase de estas plazas y lugares”.

Los árboles, integrados con las casas


En Lacanau, Departamento de la Gironda en el suroeste de Francia, yo he visto chalés integrados en medio del bosque. Sin embargo, en España lo que se suele hacer es talar los árboles del bosque para construir chalés o viviendas, por no hablar de los grandes destrozos en edificios históricos que hicieron en Granada, entre los años 1965 al 1975. Y ahora quieren instalar un enorme parque de placas solares en el Fargue y el entorno de la Alhambra, talando los árboles y destruyendo la vegetación. Volviendo al citado Informe Semanal, una anciana (la mayoría han fallecido) de un pueblo de colonización recuerda que “en la Sección Femenina nos enseñaban a leer y muchísimas cosas, a que fuéramos buenas personas y buenas madres…”. Sin embargo, el historiador Antonio Cazorla reconoce que, “era una sociedad basada en las redes de la solidaridad, que eran esenciales”. En Brovales, con unos doscientos habitantes, los vecinos se ayudan los unos a los otros en las matanzas y en otras tareas, mientras que a los niños los ves en las casas de los amigos, celebrando un cumpleaños, de manera que en el invierno se contagian y se resfrían con frecuencia, por lo que hay unos lazos fuertes de solidaridad. En las casas suele haber un trasiego continuo de vecinos y familiares.

Las casas de colonos, en la actualidad


Andrés Patiño también lo ve así: “Construir un pueblo no es elevar unos muros ni poner unas cubiertas, sino que es generar unos vínculos entre personas, que llegaron y no se conocían, pero tuvieron que apoyarse mutuamente en una situación histórica”. Por su parte, Ana Amado opina que “a través de las fotos, fueron llamados injustamente los colonos de Franco durante toda su vida, y esto ha hecho que sus vidas hayan permanecido invisibles de una forma totalmente injusta…”. Y concluye: “Nosotros buscamos la arquitectura y nos encontramos con la gente.” Por lo que se ve, cometieron una enorme injusticia con los colonos, según la fotógrafa. No hace falta decir que muchos españoles vivían en la extrema pobreza, España era un país atrasado en los años cincuenta: las cartillas de racionamiento las retiraron en 1953 y en la escuela nos daban leche en polvo. Al menos les proporcionaron a los colonos una casa, con su parcela y unos animales (que tuvieron que pagar al Instituto durante treinta o más años), pero esto les salvó de tener que emigrar al extranjero. La misión de los medios de comunicación es informar, educar y entretener, pero resulta que la televisión pública, financiada con los impuestos de los ciudadanos, mezcla información con opinión y en Informe Semanal se vierten afirmaciones sin fundamento y cuando no sesgadas: “55.000 familias que fueron desplazadas, entre los años cuarenta y setenta, por el Instituto Nacional de Colonización, a municipios levantados de la nada, en tierras baldías (…). Sus habitantes se sienten los grandes olvidados y sobre ellos perdura el estigma por una vida llena de sacrificios…”. En Brovales, las casas de los colonos tenían tres dormitorios, un cuarto de aseo –en los años sesenta la mayoría de las casas rurales no tenían aseo– salón, cocina y un patio con trescientos metros cuadrados, dos cuadras para los animales, una dependencia y el pajar arriba. Hoy la mayoría están restauradas y las poseen los hijos y nietos de los antiguos colonos, porque ya no vive ninguno.

Según Informe Semanal, la construcción de más de trescientos nuevos pueblos de colonización, durante la Dictadura de Franco, desplazó a miles de colonos a tierras extrañas. Sin embargo, hay que señalar que la actual Ley de Vivienda del Gobierno ha sido un fracaso, sobre todo en la limitación de precios, de forma que los jóvenes tienen que vivir más años en casa de los padres. Copio estos titulares del El Debate, del 4 de octubre de 2024:De las 184.000 viviendas prometidas por Sánchez solo se ha entregado el 5,5%. Únicamente se han puesto a disposición de las familias 10.206 viviendas en un año y medio, y la gran mayoría proceden de la Sareb. España necesita 700.000 casas de alquiler asequible para atajar la crisis de vivienda.” Hacen falta más viviendas sociales, porque el alquiler se ha encarecido con precios prohibitivos y los jóvenes no tienen futuro.

Aspecto de Brovales



Recuerdo un programa de televisión española, hace más de veinte años, que trataba sobre los emigrantes españoles en Alemania, en Düsseldorf, en los años sesenta. Un emigrante denunciaba que los alemanes no los dejaban entrar en los bares y otro decía que, si los veían en la plaza, les pegaban. Los españoles que iban a la vendimia de Burdeos, en Francia, dormían en barracones o en antiguas cuadras de caballos… Al menos los colonos permanecieron en su tierra y pudieron tener una casa y parcelas en propiedad. Hace unos quince años entrevisté a varios colonos de Brovales, donde contaban sus vivencias y recuerdos cuando llegaron al poblado, y salió publicado un reportaje de una página en el diario Hoy de Badajoz. Entablé amistad con varios de ellos y hoy me emociono al recordarlos, incluso pedí en un artículo que colocaran una placa en la plaza, con los nombres de aquellos ‘colonizadores’. Pero no sirvió de nada.

Publicado en Ideal en Clase

https://en-clase.ideal.es/2025/10/16/leandro-garcia-casanova-colonos-entre-la-verdad-y-el-recuerdo/?fbclid=IwY2xjawNeBqNleHRuA2FlbQIxMAABHnJj-PXitJ4-SPcfRqAs3TiGNWpFPkOX7ctg2ltm33JN2F5hL0cl2XWx6TA-_aem_5cMMXrZgFEBhHmOiRSxNoA

 Los pueblos de colonización
https://www.eldebate.com/historia/20251014/pueblos-colonizacion-proyecto-rural-republica-acabo-construyendo-franquismo_344095.html

viernes, 3 de octubre de 2025

LOS PEREGRINOS DE LA VIRGEN

 

Los peregrinos, en medio de la Vega. Rafa Bertos



A las 6:45 horas del día 28, último domingo de septiembre, quedamos un grupo de veinticinco vecinos (más mujeres que hombres, entre mayores y jóvenes) de Las Gabias, en un punto de la calle Real de Málaga, para salir en peregrinación a Granada, a la Basílica de la Virgen de las Angustias. La han organizado Rafa Bertos y Belén, a través del boca a boca. No era el clásico sendero, que discurre entre montes y veredas, sino que tenía el aliciente de ser un peregrino durante una mañana, atravesando la Vega de Granada. A la salida de Gabia nos incorporamos al carril bici que discurre paralelo a la Base Aérea de Armilla. Es de noche y el espectáculo es impresionante: a lo lejos titilan las luces de los pueblos que cuelgan en las faldas de Sierra Nevada, desde Cumbres Verdes, en La Zubia, pasando por Cájar y Monachil, hasta Huétor Vega. A esta panorámica hay que añadirle el resplandor que despide al fondo la iluminación de Armilla, que estos días celebra las fiestas de su Patrón, el arcángel San Miguel. Más adelante entramos en Churriana de la Vega y, por las naves del polígono industrial, nos desviamos hasta el vial. Aquí nos adentramos por un camino de tierra de la Vega y poco después salimos a la carretera de Armilla (la del Supermercado Dani); desembocamos en la carretera comarcal GR-3303 (caminando por un arcén estrecho), que discurre paralela al río Genil, y dejamos a la derecha el Parque de Tico Medina. Por la calle de los Juncos (el río Genil tiene aquí unas vistas preciosas), cruzamos el Camino de Ronda y subimos por el Paseo del Violón. Poco después llegamos, sobre las nueve de la mañana, a la Carrera de la Virgen, donde se encuentra la Basílica de las Angustias. Calculo que habremos caminado unos nueve quilómetros y medio.

Amanece por la Vega


Por el camino he ido preguntando a algunas mujeres del grupo. Manoli es una modista jubilada y recuerda que en los años setenta fue varias veces a la Romería del Cristo del Paño, en Moclín, que se celebra el 5 de octubre, y a la festividad de Santa Rita, en Monachil, donde asistió a la procesión. Entonces fuimos andando por la Vega, me dice. A Belén la conozco desde hace años, es funcionaria del Ayuntamiento de Las Gabias y hasta hace poco nos enviaba por el wasap toda la información cultural de la localidad: Vengo a la peregrinación por una promesa que le hice a la Virgen, porque mi hijo ha tenido meningitis y estuvo a punto de morir. La vida golpea fuerte y hay que dar las gracias por ir saliendo adelante. Nieves es una gabirra octogenaria: Varias veces he venido andando a la Basílica de la Virgen de las Angustias y también he subido a Dílar, hace ya muchos años. Recuerdo que atravesamos el río montados en un camión, con motivo de las fiestas de la Virgen de las Nieves. Señalar que es también la Patrona de Sierra Nevada y de Las Gabias. A la peregrinación han venido también los hijos de Nieves, José Antonio y Goyo (encargado de los deportes en el ayuntamiento), mientras que a su marido Pepe (con 93 años) lo han traído en un coche.

Caminando por Ribera del Violón


A las nueve de la mañana la basílica estaba casi llena, los peregrinos llegaban en oleadas de los pueblos y en el portón de la entrada había un continuo trasiego. Varias mujeres de una hermandad de Churriana de la Vega llevaban pañuelos blancos anudados en el cuello. Una mujer mayor se movía entre las puertas de la entrada, se acercaba a los que pasaban y les repetía siempre la misma cantinela: Un padrenuestro y un avemaría por el alma de Juan Manuel. A mí también me lo dijo, pues se acercaba como si te conociera. Entonces le pregunté: ¿Quién es Juan Manuel?, mi marido que falleció, ¿cuándo?, hace un tiempo, ¿hace un año?, mira, tengo que atender a la gente. Y entonces la mujer dio la espantada. Los devotos de la Virgen le piden la curación de enfermedades, que los libre de penalidades y también vienen a darle las gracias. Hoy no existe el fervor religioso de antaño, del tiempo de nuestros padres, sino que cada vez hay menos fieles en las iglesias, a mayor progreso menor religión, pero en nuestros genes persiste la tradición. Con los años y con los bandazos de la vida, sin darte cuenta, uno va regresando al pasado y al tiempo olvidado de nuestros padres, hasta que compruebas que es el mismo que el de tu infancia.

Misa del peregrino, a las nueve horas


Es tradición que el último domingo de septiembre se abren las puertas de la Basílica de la Virgen de las Angustias, Patrona de Granada y de su Archidiócesis, para acoger a todos los peregrinos que llegan de madrugada, desde la provincia y la ciudad de Granada. A las seis de la mañana se celebra la primera de las misas y se van sucediendo cada hora para los fieles y devotos, hasta las diez de la mañana. Al final de cada misa se canta el tradicional Himno a la Virgen de las Angustias. Recojo estos renglones de Granada Hoy, del 28 de septiembre: En la tarde del sábado, día 27, llegaron más de cien peregrinos de Albuñol, mientras que durante la madrugada del domingo vinieron del Valle de Lecrín y de Escúzar. A las seis de la madrugada asistieron a misa grupos de peregrinos de Albolote, Arenas del Rey (dicen que salieron a las cinco de la tarde anterior), la Malahá, Güejar Sierra, Cozvijar y Dúrcal. A las 13 horas la misa será presidida por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. Y a las 16:30 horas se abrirán de nuevo las puertas de la basílica para solemne procesión de la Virgen.

Los peregrinos, delante de la Basílica. R.B.


Copio este párrafo de Ideal, del 28 de septiembre, de la crónica de María Dolores Martínez: La madrugada de adorno al paso de la Patrona, con nardos, granadas y flores: A las cinco de la madrugada de este domingo los floristas Javier Guerrero y Jesús Lizana, de Las Gabias, finalizaban todo el arreglo floral del paso de la Virgen tras una intensa noche de trabajo que comenzaba sobre las nueve y media (…).En el pebetero y en las cuatro esquinas, como es tradición, un total de 2.000 varas de nardos y en el Calvario, una alfombra de claveles blancos. Otro detalle significativo son las granadas que salpican el paso para representar a todos los granadinos a los pies de la Virgen.

Le pregunto a Rafa Bertos y me dice: He venido a la basílica los últimos seis años, siempre andando por la Vega, y algunas veces lo he hecho yo solo por la devoción que le tengo a la Virgen de las Angustias. Hoy es cuando más gente ha venido de Las Gabias, incluso de Cúllar Vega. Y es que ha funcionado el boca a boca. En cambio, yo no llevaba nada en las alforjas, quiero decir que no vine por devoción ni promesa sino que participé para intentar plasmar en un artículo la peregrinación. Para mí ha tenido el aliciente de caminar durante dos horas (atravesando Las Gabias y Churriana de noche y contemplando el amanecer por los caminos de la Vega), para asistir a una misa de peregrino y, lo que es más importante, contemplar el fervor que sienten los granadinos, de los pueblos de la provincia, por su Patrona. Realmente me cautivó el paisaje otoñal y romántico de la Carrera de la Virgen, parecida a unas ramblas granadinas, con multitud de paseantes por estas fechas. Uno se queda prendado en la Fuente de las Granadas (un homenaje a la ciudad), un poco más adelante contemplas la portada y las esbeltas torres de la Basílica de la Virgen de las Angustias y terminas en la Fuente de  las Batallas, oyendo los surtidores del agua, y este recorrido lo haces en cuestión de varios minutos. No sé si en otoño habrá un lugar más bello y concurrido en Granada, y ahora con el decorado verde de las hojas de los árboles. Los granadinos tenemos fama de ser poco emprendedores, de negativos y de estar desunidos, por no hablar de la malafollá. Pero si algo nos une es la tradición de cada año: la devoción y el amor a la Virgen de las Angustias, porque son ya quinientos años como Patrona y madre de los granadinos. Cuando finalizó la misa, nos desperdigamos por el centro para desayunar churros y, más tarde, unos regresaron andando y otros en el autobús. Pero estoy seguro que el año próximo vendremos más peregrinos.

El paso de la Virgen de las Angustias. R.B

https://en-clase.ideal.es/2025/10/02/leandro-garcia-casanova-los-peregrinos-de-la-virgen/?fbclid=IwY2xjawNMMplleHRuA2FlbQIxMAABHjkNRl-lyz9uNc7VkEHwf89yISuxicwaSQzdfy_bt-HujWMxKyd0xOqpeWS-_aem_rS9JQ00PtPjn-SOtxDbUgQ

martes, 30 de septiembre de 2025

LIMPIEZA EN LAS GABIAS


 





Esta reclamación fue registrada en el Ayuntamiento de Las Gabias, el 15 de mayo pasado, como indica el sello del registro. Al no recibir contestación, una firmante se pasó por Medio Ambiente el 10 de junio y la encargada le contestó que si lo habían limpiado el año anterior, lo harían este año y que el escrito lo pasaría a Limpieza. Lo cierto es que en todos estos meses no han hecho nada, ni siquiera se han pasado ni han contestado al escrito, sin embargo se molestan cuando se les critica por ello. En días posteriores a la reclamación, varios operarios del ayuntamiento limpiaron con desbrozadoras el pasto que hay junto al arcén derecho del Camino de los Cosarios, cuando por allí no pasa nadie ni era un peligro para los olivos cercanos. También limpiaron las hierbas que había junto a unos cuantos arboles en Los Barrancones, a unos cuatrocientos metros de un chalé aislado. Allí solo van parejas de jóvenes en sus vehículos, por las noches, y dejan toda clase de basuras, plásticos y latas. Era una empresa contratada por el ayuntamiento y limpiaban los alrededores de Las Gabias. Estos días de septiembre no podemos abrir las ventanas por los mosquitos y cucarachas americanas, en los patios y en las viviendas, que vienen de la balsa de agua y de la tubería que hay en la rambla de Contreras, por detrás de nuestras viviendas. Enfrente se encuentra el Residencial Cuesta Blanquilla, donde viven numerosos vecinos. Y es que hay mucha propaganda para no hacer nada. En las fotos de junio y septiembre puede verse la balsa, la basura que hay en el canal para el agua y el pasto.

Posdata: En Facebook ha tenido 1.362 visualizaciones y ha sido compartido nueve veces. Tapias de los patios de la calle Murillo, junto a la Rambla de Contreras.





domingo, 21 de septiembre de 2025

EL PRIMER ENCUENTRO DE ESCRITORES

Primer Encuentro de Escritores, en 2002



 Hace unos días tuvo lugar en Castilléjar el ‘Primer Encuentro de Escritores del Altiplano’. En la organización del evento cultural se ha notado la mano del presidente de la Mancomunidad de Municipios y alcalde de Huéscar, Agustín Gallego, de la animadora sociocultural, Teresa Molina, del concejal de Cultura de Castilléjar, Andrés Jiménez, y de la bibliotecaria Maria del Carmen Martínez. También estuvo en el acto el diputado de Obras Públicas, Jesús Raya. Hay que destacar la presencia del público, que vino de todos los pueblos de la comarca, llenó el local y nos aplaudió más de lo que nosotros podíamos esperar. Pero ya era hora que hubiera algún evento cultural en esta comarca, y de que por fin saliéramos de nuestros atavismos y del ensimismamiento en que nos hallábamos sumidos. Al organizar este encuentro, al menos fuimos conscientes de que mientras permanezcamos unidos podremos hacernos oír, y solamente juntos saldremos de nuestro secular atraso. Pero mientras que cada pueblo vaya por su lado, no llegaremos ni a la panadería de enfrente. Por primera vez en nuestra Historia los seis pueblos de la comarca nos sentimos hermanos, y no se puede entender la ausencia de cuatro alcaldes en este acto habiendo representantes de sus pueblos.

Me gustó la humildad de Bonifacio Sola, que ha escrito ‘El Portacho’ y fue premiado en Barcelona: una crónica sobre la vida en Galera en los años cincuenta. La sencillez de la castrileña, Josefa Ortiz, que nos dio una lección de poesía. La Escuela de Adultos de Puebla de Don Fadrique presentó su libro ‘Huellas de nuestra Historia’: una recopilación de canciones antiguas, nanas, trabalenguas, etc. El orcense, Amador Cañabate, contó las briegas y algún que otro juicio que ha tenido para que la revista mensual ‘Alcazaba’ saliera adelante. ¡Vítor, ya no vas a estar solo en el adarve, defendiendo el castillo del Altiplano! Rafa Cuevas es un ‘guesquerino’ que cada final de mes también se las ve y se las desea para sacar su revista ‘Cuadernillos de la Sagra’. Si tienes algún artículo por ahí, mándamelo, me dice de vez en cuando. El corresponsal de Ideal, Jesús María García, lo mismo te escribe una crónica que da una conferencia en cualquier pueblo. Y la castillejarana, Petra Masegosa, tiene el mérito de dirigir la revista de la APA, ‘Cuchaquetedigo’. También fue invitada la bastetana, Emilia Ruiz: escribe poesías y le gustaría que la comarca hermana de Baza organizara un encuentro cultural parecido. Unas cuantas sillas de mimbre y aunque sea nos metemos en una cueva.

Pepe Domingo declamando


Al final del acto dos mujeres, por separado, casi me dijeron lo mismo: Oye, ¿sabes que me has hecho llorar? A mí esto me cogió de improviso, porque lo que leí sobre los emigrantes lo había escrito casi de prisa y corriendo, y no fue mi intención caer en el sentimentalismo. Pero yo mencionaba a dos emigrantes que habían querido que los enterraran en su pueblo natal, y además eran bastante apreciados. Desde que escribo mira que me han hecho feos, pero que alguien te diga que le has hecho llorar, es el mayor premio que uno puede recibir en su vida: significa que la escritura –y tu misma existencia tiene un sentido–, que hay personas que creen en lo que les dices o que, sin caer a veces en la cuenta, expresas aquello que toca los sentimientos. Pero si supierais que yo he llorado más de cuatro veces mientras escribía, porque en ocasiones se me ha ocurrido abrir la vieja cancela de la ‘casa de los recuerdos’. Y entonces estás perdido: ¿Es que ya no te acuerdas de mí...? Uno va acariciando la palabra y mimando la frase, o recogiendo este recuerdo del camino, porque escribir es como bordar una bandera liberal a la luz de un quinqué. Los libros me enseñaron a pensar, y el pensamiento me hizo libre, escribe Ricardo León. Pero yo diría más: a ellos les debo lo que soy. Y uno maneja ideas o vende humo, o quizá intenta transformar inútilmente la realidad; pero el mundo es como un río sin cerebro, que por instinto sigue su viejo cauce y parece no detenerse ante nada.

En el Encuentro de Escritores, propuse que en la Mancomunidad de Municipios haría falta crear unos premios anuales que abarcaran tanto la cultura, como el deporte, el mundo de la empresa o las asociaciones. Estos tres o cuatro premios serían una forma de rendir un homenaje a las instituciones o las personas que destaquen por la labor realizada. En el mismo sentido, también dije que haría falta organizar un certamen de novela y poesía, pues cualquier pueblo del cinturón de Granada convoca estos premios desde hace años. Todo ello elevaría el nivel cultural y daría cierto prestigio a la comarca del Altiplano. Finalmente, el presidente de la Mancomunidad entregó una placa a Esteban de las Heras, el subdirector de IDEAL, por el cariño que había demostrado para con esta tierra. Esteban entonces leyó un par de páginas de las suyas: es prosa pero parece poesía. Y más tarde, en la calle, te dicen: Yo soy la hermana de Eugenio, o bien, me gustó aquello que escribiste de don..., su hermana todavía vive en Castril. Y entonces descubres que este mundo es un pañuelo, y que uno se siente pagado con el afecto de la gente sencilla. Todo lo demás son añadiduras. Por eso, tengo la esperanza de que siempre habrá algún chaval que piense: Me gusta lo que escribe este tío. Lo voy a recortar (así empecé yo). Entonces la semilla estará echada. También quiero ir a algún colegio a recordar a Cervantessalpicón las más noches–,  a reencontrarme con mi pasado y echar un rato con los zagales.

 Publicado en Ideal, el 4 de mayo de 2002

Posdata. El encuentro tuvo lugar el 24 de abril. Asistieron como invitados el profesor de la Universidad de Granada, Juan Francisco García Casanova, y el poeta y columnista de Ideal, José García Ladrón de Guevara, que leyeron sendos escritos. También asistió el galerino Pepe Domingo Leonés, que recitó unos romances de ciego suyos y deleitó al público. Este agosto pasado, durante la feria de Castilléjar, tuvo lugar la exposición de fotos sobre los Encuentros de Escritores del Altiplano, organizada por Miriam Teruel. Este artículo lo envié a última hora a Jesús Soler, pero no se publicó. Con esta publicación, que también salió en Ideal, creo que se hace justicia a quienes organizaron y participaron en el Primer Encuentro de Escritores del Altiplano, con muchas ilusiones. 

Redactado por el entonces corresponsal, Jesús María García,
de Galera







viernes, 19 de septiembre de 2025

ANGUSTIAS, LA DEL HORNO DEL PASEO

 

Angustias Balboa



Hace unos meses, mi amigo José María Laguna, maestro logopeda, me propuso entrevistar a Angustias Balboa Sánchez, la dueña del Horno del Paseo, de Guadix, que el 2 de octubre va a cumplir 93 años, pues nació en 1932. Nos sentamos en el comedor, que está al lado del mostrador de la panadería, y Angustias empieza a desgranar sus recuerdos con naturalidad.

En 1957 me casé con José Membrilla y en los años sesenta mi marido trabajó en la Panadería el Chinas, pero pasado un tiempo se quedó parado y entonces trabajó en varias panaderías de Guadix. Más tarde se fue a trabajar a la panadería de Lanteira y los fines de semana se venía a Guadix, pero consiguió que el dueño le alquilara el horno y le diera la harina fiada. Al final compramos el horno de Lanteira, entonces yo amasaba el pan en una artesa y horneábamos por la tarde. Aparte de los vecinos del pueblo, nos compraban mucho los pastores y los mineros, y así estuvimos allí siete años. Un día, Paco el Talabartero le dice a José que compre el Horno del Paseo. El caso es que nos dieron facilidades para pagarlo pero esta era una casa muy vieja y estaba hecha una pena. No tenía agua potable y teníamos que traerla del Caño de san Miguel, mientras que para amasar el pan utilizábamos el agua del pozo y del depósito que tenía la casa. Teníamos ya cuatro hijos pequeños y el último nació en Guadix, de mayor a menor se llaman: Juan José, Enrique, Antonio, Juan y Miguel. Mi marido solía acostarse después de comer al mediodía y amasaba durante la noche, mientras que yo me levantaba por la mañana, arreglaba a los niños para la escuela y después despachaba en el mostrador. También hacía magdalenas y tortas de bizcocho, que se vendían bastante bien. Cuando venían mis cuatro hijos del colegio, al mediodía, cogían la bicicleta que tenía un cajón atrás y repartían el pan a los vecinos, mientras que al más chico lo tenía en el horno conmigo. Me ayudaban mi hermana Carmela, que hacía las compras, mientras que mi madre y mi tía me echaban una mano con los niños.

Recuerdo que en la década de los ochenta un anciano octogenario me decía que, después de la guerra, las panaderías olían a pan desde lejos pero hoy ya no echan ese olor. Sin embargo, hoy, víspera de la Fiesta del Cascamorras, sobre las 18 horas, cuando iba por el Palacio Episcopal he olido el intenso olor a pan que venía del Horno del Paseo. Y al día siguiente, a las 8 de la mañana, una joven ya venía del horno con una barra de pan. El economista y político Ramón Tamames (falleció hace varios años) decía que el agua que le echaban a un quilo de harina, esa diferencia de peso, era la ganancia que obtenían los panaderos en los tiempos de la II República. Le comento esto a Angustias y me dice:

El horno de mampostería


–De un quilo de harina sale quilo y medio de masa, pero en conjunto de 100 quilos de harina salen unos 110 de pan. Al principio los labradores nos traían cien quilos de harina y les entregábamos una cartulina de cien tiques, esto es, recibían cien panes de a quilo, porque antes solamente se hacían de ese peso y el mostrador lo tenía abierto durante todo el día. Un día, José fue a la Fábrica de Harinas La Purísima, de don Germán, para pedirle que le fiara mil kilos de harina: Si quiere usted, le traigo las escrituras de mi casa en la Rambla de Pina, que compré por diez mil pesetas. Pero el dueño le contestó: Lo que necesites de harina, con dinero o sin dinero. Ocurrió también que varios empleados de la fábrica de harinas, de la estación, nos compraban pan y le hablaron bien al propietario, don Eduardo Gómez Mateos. El caso es que este nos buscó clientela. Y otra anécdota fue que mis hijos hicieron con la masa como una bola por el centro y el concejal, Pepe Cambil (en los años ochenta), al ver la barra de pan inflada, dijo: Se parece a un morruo. De manera que se quedó con ese nombre y es una especialidad de la casa.

          Morruo es un vulgarismo de morrudo, que tiene el morro grande. El Horno del Paseo, en la Calle Atahona, tiene además tres panaderías que están ubicadas en las Avenidas de Buenos Aires y de Medina Olmos, y en la Calle san Miguel. En ellas trabajan dieciocho empleados, mis cinco hijos también han trabajado en el horno, pero el mayor ya está jubilado, y a cada uno les fuimos regalando un piso. Pero cuando compramos el horno estábamos mi marido y yo solos, con un muchacho que trabajó aquí durante cuarenta años.


Angustias y su hijo Miguel
En fin, hoy ya tengo trece nietos y siete bisnietos, dice Angustias con satisfacción. Pero se ha emocionado al recordar lo que don Germán le dijo a su marido José: Lo que necesites de harina... Porque no había encontrado a  nadie que le prestara dinero para comprar harina. Yo apenas intervengo, porque Angustias está en la edad en que todo son recuerdos: Ahora me siento más débil porque la Nochebuena pasada me puse malísima, me llevaron al hospital y estuve un mes ingresada por una infección de orina. En esto su hijo Miguel se acerca y nos lleva a la habitación grande, que hay detrás del mostrador, y dice con satisfacción: Este es el horno giratorio de leña, tiene ya cuarenta años y fue fabricado en Barcelona. Fue entonces cuando le pregunté a Angustias por el año que falleció José: En 1999, con 67 años, era diabético, tenía que tomar oxígeno… Esa noche íbamos subiendo las escaleras al dormitorio pero, a la segunda vez que me dijo que se sentía muy mal, cayó desmayado en las escaleras. Llamé al médico pero murió poco después. A Angustias se le saltan las lágrimas al recordarlo.

Antes de despedirnos le digo a Miguel, por propia experiencia: Cuando faltan los padres, se les echa de menos. Pero es su madre la que responde: Sí, pero mientras tanto discutimos. Mi Pepe viene todas las noches y no quiere que yo esté en el mostrador. El caso es que no paro, pero tengo la silla y me siento. Ahora me cuesta trabajo subir las escaleras...

Angustias, la del Horno, es una mujer sencilla y de trato agradable, lleva toda la vida trabajando pero ahora siente que las fuerzas menguan. Sin embargo la tahona es su vida, allí junto a sus hijos, como cuando mecía al más chico, metido en una caja de fruta y envuelto en un paño, para que no llorara.

El Horno del Paseo y el Torreón del Ferro


José María Laguna la conoce desde hace muchos años, la convenció para que yo la entrevistara y le ha dedicado este párrafo: Angustias, mujer trabajadora desde la infancia hasta nuestros días. A lo largo de sus muchos años, atiende las labores domésticas, la crianza de cinco hijos y en su mente un objetivo que ayude a sacar a su familia adelante partiendo de cero. UNA PANADERÍA con el apoyo de su marido José, el cual muere siendo los hijos pequeños, asume la responsabilidad de llevar la empresa adelante, teniendo en cuenta el contexto histórico, sociocultural y económico posterior a la guerra civil. Hoy puede estar satisfecha, ya que deja un rico legado a sus hijos, nietos y bisnietos. Gracias, Angustias, por ser ejemplo para esta ciudad de Guadix, como mujer luchadora.

Publicado en Ideal en Clase

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sábado, 6 de septiembre de 2025

RECUERDOS DEL VERANO

 

Monumento a la Constitución, en el Paseo del Violón


Aquella mañana de junio de hace dos años tuve que coger el autobús del pueblo a Granada y, una vez aquí, coger otro autobús que iba al otro extremo de la ciudad para recoger mi coche en el servicio oficial, pues le habían estado revisando los frenos del pie durante dos interminables días, ya que habían fallado últimamente. Cuando fui a coger el segundo autobús, crucé una avenida en medio de la circulación, le silbé al conductor de lejos haciéndole señas con las manos, pero cuando llegué a la puerta de entrada no la abrió, me hizo un gesto con la mano y se marchó. Lo comprendí poco después, cuando una revisora me dijo que tenía que sacar previamente el billete de la máquina. El siguiente autobús vino unos minutos más tarde, de manera que me entretuve viendo los comercios de la calle Reyes Católicos y de la Gran Vía de Granada, por donde no pasaba desde hacía casi dos años. Ya no estaban la farmacia Zambrano, quizá la más antigua de Granada (está expuesta de forma permanente en el Hospital Real), ni el Banco Santander, de la Plaza Isabel la Católica. En los años noventa era el Banesto y recuerdo que el cajero apuntaba los movimientos de la cartilla con una máquina de escribir. ¿Cómo pasa el tiempo?, pensé.

Al día siguiente, por la tarde, tuve que ir a la Alhambra donde había quedado con unos compañeros, de manera que dejé el coche en las afueras, más abajo del Hospital de la Inmaculada, subí andando por la calle Ribera del Genil  y luego me desvié por el Paseo del Violón, donde montaban el ferial en los años setenta, con el atronador  ruido de los coches eléctricos. Al paseo también le llamaban el Tontódromo porque los jóvenes solíamos ligar por aquí. En los años cincuenta y sesenta celebraban aquí el mercado del ganado. Cerca del Puente Romano, me detuve unos momentos delante del monumento al cante flamenco, que el alcalde Torres Hurtado inauguró en 2013. Sin embargo, en los primeros años de la democracia, en la década de los ochenta, en este mismo lugar se inauguró el monumento a la Constitución de 1978. Se asemejaba a un templete con columnas, sobre un pedestal, estaba construido con mármol gris y con esta frase: Granada a la Constitución Española, 1812-1978. En el lateral venía reproducido el Preámbulo de la Carta Magna: La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía…  En los otros laterales se reproducían frases de algunos artículos de la Constitución. El monumento estaba coronado por una granada y a veces me paraba nada más que para contemplarlo. Sin embargo, resulta incomprensible que quitaran el monumento a la Constitución, con motivo de las obras del metro, y con posterioridad en su lugar colocaran el monumento dedicado al cante flamenco. Con los sitios que hay en Granada para colocar uno y otro, pero más sorprende que no se alzaran voces protestando cuando en la inauguración del monumento a la Constitución, asistieron cientos de personas acompañando al alcalde de entonces, Antonio Jara.

Biblioteca Municipal del Salón


Seguidamente, pasé por los jardines y por la Biblioteca del Salóntengo el carné de lector desde los años setenta y mi padre también solía utilizarlo para sacar algún libro–, la visité hace unos meses después de muchos años. Esta biblioteca era un salón de baile, a comienzos del siglo XX, pero el ayuntamiento lo embargó al propietario y más tarde lo convirtió en biblioteca municipal. Sería en los años cincuenta, cuando el portero de la biblioteca tenía unas gallinas y durante el día las dejaba en la ribera del rio para que picotearan, y las recogía al atardecer. Desde el muro, el portero bajaba las gallinas metidas en un cesto y luego las subía.

Iglesia de santo Domingo


Crucé el Paseo del Salón (un bulevar como los del París, que fue diseñado por el general napoleónico Sebastiani, a comienzos del siglo XIX) y me metí por la calle de Enriqueta Lozano (una escritora granadina casi desconocida, del siglo XIX), seguí por la Cuesta de Aixa (la madre de Boabdil el Chico), crucé por la plaza de la iglesia de Santo Domingo, donde impresionan sus columnas y espadaña, así como la estatua de fray Luis de Granada, que preside el recinto. Seguidamente, crucé por el antiguo bar El Sota y subí por la Cuesta del Realejo (el barrio judío, que es el más antiguo de Granada) con 38 grados de temperatura a las 19 horas. En los años sesenta, al comienzo de la cuesta, montaban un pintoresco mercadillo de frutas, y cuando subes las escaleras te encuentras el pilar del convento de las monjas, donde el agua sale muy fresca por sus dos caños. Se me hicieron interminables las escaleras con el calor sofocante, pero al final divisé el histórico Hotel Alhambra Palace (construido en 1910 e inaugurado por el rey Alfonso XIII), por donde han pasado toda clase de celebridades mundiales. Contemplar la puesta de sol en Granada o las luces del anochecer, desde sus balcones, es todo un espectáculo, lo mismo que oír el tañido de las campanas desde el Carmen Blanco, a la hora del angelus. Pocos minutos después, llegué la Alhambra.

PosdataGranada está a años luz del Monumento a la Constitución de 1812, de Cádiz

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