viernes, 21 de noviembre de 2025

LOS QUINTOS

          




Los quintos, en las Cuatro Esquinas. Entonces tenían la costumbre de que, cuando los mocicos eran llamados a filas, compraban un pollino y se lo zampaban. Estos son de la quinta de finales de los sesenta. De izquierda a derecha: Antonio Martínez Lorente, los hermanos Antonio y Bernardo Sotero, Agapito y Manolo el de Catalina. Abajo se encuentran: José Carrasco, Andrés Román, Pedro ‘el Huesquerino’ y Abdón”.

         Los jóvenes de la imagen son de la quinta del cincuenta, por lo que irían al servicio militar en 1970, con veinte años. Para celebrarlo, la costumbre entonces era comprar un pollino y comérselo. Hoy tienen setenta y cinco años, pero hace un año falleció Antonio Sotero (segundo por la izquierda, en la fila de en medio) mientras que su hermano Luis murió hace unos meses. En los años sesenta y en décadas anteriores, la única vez que se salía del pueblo era para servir en el ejército y entonces muchos padres solían decir a los hijos: “En la mili te vas a hacer un hombre”. Sin embargo en el cuartel pronto aprendías a obedecer la rígida disciplina militar y a veces se pasaban con los castigos, por lo que poco tenía que ver con hacerte un hombre. También circulaban entonces muchos chistes, como aquel sargento que intentaba en vano enseñar al recluta, “se dice cartucho y no 'carchuto'. O el del zangolotino, con poca sal en la mollera, que después de hacer el servicio militar, decía: “¡Padre, tíreme usted la maza y verá como esta vez no me da!”. Ante la insistencia, se la tiró y por poco lo descalabra.

           El texto que sigue, con los comentarios, los he copiado del perfil de Facebook, de Antonio Ruz García. Álbum Granada. 15 de noviembre.

“Castilléjar (Granada); 1970; Fotógrafo desconocido; “Los “quintos” para celebrarlo tenían la costumbre de comerse el pollino”.

Comentarios.

El fotógrafo no es desconocido, se llamaba Leandro García, de Castilléjar

Leandro. Gracias, amigo Manolo Martínez Puerta, por acordarte de mi padre. No se entiende que pongan el título de la foto, del año y de la localidad, pero que no citen el nombre del fotógrafo

El único que me gusta, el de las orejas largas

 Y el más inteligente

 Un amigo gitano vendió un pollinillo y se lo comieron, aún sigue emocionándose cada vez que recuerda su preciado pollino . Pero eran años muy difíciles y tenía muchas bocas que alimentar

Yo te comprendo bien, mi vecino los llamaba los 'matagorricos' pues más o menos la misma historia

Que cara de Felicidad de todos.

Mis tíos eran de la época del pollino y los de mi quinta éramos del lechones del 78

Lo importante es que en la foto hay verdad...y gente buena....

Lo que le hacen al pollito no es de gente muy buena

No sé por qué...

Por toda España se celebraban los quintos con una gran inquina

Nadie es imprescindible en la selección. Se fue Ramallet, Amancio, Casillas, Iniesta, Villa, Iribar, llegó Del bosque y campeones del mundo. Un cocido por un garbanzo no se estropea.

En mi vida he oído de comerse un pollino,  en Granada un animal de trabajo

Nunca se comía, si fuese un cordero, un chivo, un ternero, un cerdo pero un pollino no sé, pero es antinatural, pero si es así decírmelo para no pasar ni por la carretera, cuando yo era quinto un chivo los quintos

 Yo no me lo creo

Qué cara de felicidad de todos

¿Cuál es el pollino?

Qué bestias…

QUÉ BURRADA!!

 Y nunca mejor dicho.

No creo”.

          Uno afirma que es antinatural comerse un pollino y otro tacha de bestias a los quintos. En España se pasó hambre y muchas privaciones durante la guerra y en la posguerra, de manera que se comía de todo. Yo recuerdo que mi padre decía que le gustaba la carne de pollino en una orza, pero en mi mente de niño aquella comida me resultó extraña. En Guadix tengo un vecino que se crió en las cuevas y de vez en cuando recuerda, “anda que no he comido yo gatos, de chico”. En las cuevas entonces no tenían agua sino un pozo ciego en la cuadra para las necesidades o se iban al campo.



           Quintos del año 1972. Agachados: ¿?; José “el Pesca”; José Hernández; Quico el del tío “Churro”; Julián el de Luis; Ezequiel, el ciego de Los Olivos; Antonio el Alejo. De pie el Senso; Julián; ¿?; Manolo García de la Serrana; ¿?; José el hijo del tío José el pastor. Esta quinta es de mi edad”. Entonces yo me encontraba en Sabadell. Arriba uno sostiene el pollino y Manolo Martínez Puerta está a la derecha, con la máquina de fotos. Manolo García de la Serrana falleció hace unos diez años, mientras que José Hernández murió hace unos meses.

            Yo hice el servicio militar en un cuartel que estaba a la entrada de Sevilla, pero hoy hay edificios. Algunos fines de semana me venía a Granada, salía el sábado después de comer, me ponía a hacer autostop en la gasolinera de enfrente del cuartel y solía llegar a Granada sobre las diecinueve o veinte horas. Y el domingo vuelta para Sevilla, de manera que estaba en Granada menos de un día y doce horas tirado en la carretera. Una noche un camionero me recogió en la antigua azucarera de Antequera (la carretera entonces pasaba por allí), pero pronto me di cuenta de que iba haciendo eses en la carretera porque estaba borracho. Yo ponía la ventanilla del cristal para que le diera el aire a aquel malvado, pero nunca recé tanto como esa noche hasta que me dejó en Sevilla. Como trabajaba en las oficinas, algunas veces salía por el cuerpo de guardia vestido de uniforme a la hora de comer (muchos salían a esa hora por lo que había cierto descontrol). Caminaba cerca de tres kilómetros por Sevilla hasta que llegaba a la Cruz Roja (en el barrio de la Macarena), donde estaba destinada mi tía sor Carmen. Me ponía de comer, charlábamos un rato y vuelta al cuartel por la tarde. Incluso una vez intercedió por mí para que me sacaran del calabozo, porque había hecho una chiquillada a mis veinte años.

            Los quintos eran los jóvenes que cumplían la mayoría de edad y se incorporaban al servicio militar obligatorio. Este fue suprimido durante el Gobierno de Aznar, en 2001, pero en algunas localidades siguen manteniendo la tradición de medir y pesar a los quintos. El nombre proviene de las quintas, el sistema discriminatorio de reclutamiento que estuvo vigente en España entre 1730 y 1912, lo estableció Juan II de Castilla (1406-1454) disponiendo que uno de cada cinco varones debía servir en el ejército. Esta disposición la retomó Felipe V  en 1705.

Las dos fotografías con los pies de foto han sido copiadas de mi libro Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro. 2020. La de arriba la hizo mi padre y de la otra ignoro el autor.

¿Te acuerdas? Los quintos

https://www.rtve.es/play/videos/te-acuerdas/acuerdas-quintos/336622/

Artículo publicado en Ideal en Clase

https://en-clase.ideal.es/2025/11/20/leandro-garcia-casanova-los-quintos/


1 comentario:

  1. Francisco García. Una foto de 10, Enhorabuena
    Leandro. Gracias, la hizo mi padre
    Pilar Martinez Lozar. Y conozco a todos de cuando estaba yo en el pueblo y eran jóvenes como yo ahora por serán mayores como yo pero bueno más jóvenes me creo no lo sé así que espero que estén todos bien venga un saludo
    Leandro. El tiempo ha corrido para todos, falta Antonio Sotero
    Josefina Contreras Contreras. Buenos días
    Leandro. Buenas tardes
    Luis Diaz Gonzalez. ¡Qué cosas! A mí me destinaron como maestro en Castilléjar y me midieron allí por aquellos entonces. Calculo que en el 1973 o 1974. Deambulé por los bares con mis quintos y comí pollino.
    Leandro. Alguno de aquella época te tiene que conocer, no hay mejor forma de integrarse que "donde fueres, haz lo que vieres"
    Luis Diaz Gonzalez Claro que sí. He estado últimamente en Castilléjar haciendo senderismo, y me encontré con algún conocido. También tuve el gusto de ser invitado al cincuentenario de la creación del colegio, algo que fue bastante emotivo, ya que encontrarse con antiguos alumnos siempre lo es. Tengo muchos y buenos recuerdos de Castilléjar y de sus gentes.
    Leandro. me alegro de que hayas encontrado a algún conocido y que te invitaran al cincuentenario del colegio. Recuerdo que Yo trabaje una semana durante el verano en la construcción
    Inma Vicens. Muy curioso el artículo, historias extrañas y ciertas de aquellos años. Un reflejo de aquellos tiempos. Me ha gustado
    Manel. Recuerdo perfectamente cuando yo era chico, ver los quintos que se "aislaban" durante unos días en una cueva, mataban el pollino, se lo comían y disfrutaban de la borrachera. Sobre todo me acuerdo de la "Quinta" de mi tío Manolo " el perla" que EPD. Gracias, Leandro.

    ResponderEliminar