Procesión de la Virgen de Tiscar |
A la generación de mis padres, porque muchos hemos perdido la fe
La Virgen de Tiscar, o
Nuestra Señora de Tiscar, es la patrona de Quesada y de todos los pueblos y
villas del que fuera Adelantamiento de Cazorla, según la tradición fue traída a
estas tierras en el año 35 de nuestra era por San Isicio (Hesequio), obispo de Cazorla, discípulo del apóstol
Santiago, uno de los varones apostólicos que vinieron a evangelizar España.
Copio este párrafo de la Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes: “El documental en blanco y negro para TVE tiene una
duración de 25 minutos: Quesada: el
museo, el folklore, los hijos, la romería, con dirección y guion de Antonio
Mercero para la Serie: Fiesta, 1968.
Es un testimonio de una gran calidad cinematográfica, arriesgado y comprometido
para el tiempo en que se rodó, al reflejar la vida en un pueblo de la España
profunda. La integridad humana de Mercero y sus convicciones se reflejan en
cada fotograma, en cada escena, en cada plano, es como un escenario del tiempo
pasado, de una pesadilla española, pero toda una realidad cruel ver a los
hombres desdentados y desnutridos, a los penitentes caminando de rodillas hasta
el Santuario de la Virgen de Tiscar, en una fe que hoy en día nos parece
equívoca... El documental fue censurado y no emitido por su tono reivindicativo”.
Antonio Mercero (1936-2018) fue director
y guionista, de cine y de televisión española, años después alcanzó la fama con
las series televisivas Crónicas de un
pueblo, Verano azul y Farmacia de guardia.
En honor a la Virgen de Tiscar, se celebra una multitudinaria romería el primer
domingo de septiembre. Comienza el documental (desde el minuto 13 al 20:53), con una voz en off: A catorce kilómetros de Quesada se halla el santuario
de la Virgen de Tíscar… Y en el siglo XIX, el papa Clemente VIII concedió una
bula a los romeros que acudían a Tiscar, con las mismas indulgencias que a los
peregrinos que iban a san Pedro de Roma. Pisan, se arrastran y besan
con devoción el suelo de estas tierras, cumpliendo promesas que hablan de sus
hijos en otros países, que sanen sus familiares enfermos o bien que se acaben
las epidemias en los caballos y ovejas, todo se le pide a la Virgen y todo lo
concede esta Virgen antigua y milagrera.
Una mujer con un pañuelo en la cabeza se arrastra por el suelo y
muchas hacen el camino descalzas (esto lo vi en la Romería de la Virgen de la Cabeza, de Zújar, en 2004). Centenares
de romeros llegan la víspera y pasan la noche bajo los tenderetes, echados de
cualquier forma entre los bultos y maletas, cubiertos con una manta, o bien, de
rodillas en los bancos y en el suelo de la ermita. Descansan en cualquier sitio
y también se ven a varios abuelos. Los que tienen suerte duermen en
habitaciones. El día de la romería, en el camino que sube al santuario, se ven
los peregrinos subiendo las penosas cuestas: montados en caballerías, andando
con una bolsa en la mano y un paquete a la espalda, mujeres protegiéndose del
sol con un paraguas, matrimonios con hijos pequeños, de manera que muchos van cargados
con bultos de comida… Las imágenes
muestran ahora la ermita abarrotada de fieles mientras el sacerdote oficia la
misa, y tras del altar destaca la bella imagen
de la Virgen de Tiscar.
Se oye el cántico religioso Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros...
En las siguientes escenas vemos a mujeres
jóvenes y ancianas andando descalzas por las losas, incluso algunos niños
también: van a recibir la comunión. Algunas mujeres van vestidas de negro y con
el pañuelo en la cabeza, mientras que otras se secan las lágrimas con pañuelos
blancos. Se ven muchas velas de cera encendidas, cada vela es una petición, una
promesa, un deseo, una esperanza de los penitentes: Que mi hijo se cure de la bronquitis, que mi marido sobreviva al cáncer,
que no se pierda la cosecha de este año… Ahora entonan otro canto de la
misa: Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad…
Santuario de la Virgen de Tiscar. Foto Rutas literarias |
En la calle llama la atención un hombre
sin piernas, está sentado sobre una manta, colocada en el suelo, levanta las
manos y pide limosna a los peregrinos; un niño se pasea vendiendo pitos, los lleva
en una caja colgada del cuello, mientras que los vendedores ambulantes tienen pelotas
para niños, collares y carteras para las mujeres, gorras y sombreros cordobeses
para los hombres. No falta de nada en el mercadillo, para los miles de
visitantes que suben al santuario. Los romeros pasean arriba y abajo, muchos matrimonios
van endomingados y algunos hombres llevan el cigarro en la boca. Seguidamente, se
escucha la voz superpuesta del
documental: ¿Es esto fe, Dios mío?¿Este
mordisco en los pies para que sangren los poros, este abrazo del aire con los
gritos enardecidos?¿Esta es la fe que tú quieres? Esta cosa tan simple y tan tempestuosa, tan pequeña y tan patética, tan
miserable y tan hermosa. ¿Qué es esto, Dios mío, la fe que tú quieres? En
esta frase, llena de contradicciones, el director de cine, Antonio Mercero, expone la opinión que le merece la romería. Se ve
que no era aficionado a los ritos religiosos, como también le ocurría al poeta Antonio Machado.
La cámara enfoca ahora la espadaña del
santuario y por la puerta principal sale el sencillo paso de la Virgen de Tiscar, mientras que la banda
de música toca solemnemente el himno nacional. Unos niños van subidos en el
paso y el manto de la Virgen lleva prendidos
algunos billetes de 5 y de 100 pesetas. En medio del estruendo de los cohetes,
una mujer grita: ¡Viva la Virgen de
Tiscar! Los romeros se agolpan en la plaza mientras se oye de nuevo la voz del
locutor: A la Virgen de Tiscar nunca le
han faltado su coro de poetas, gentes del pueblo, intelectuales quesadeños y
Antonio Machado, cuyo poema está grabado en las piedras de Tiscar:
hay un águila gigante,
verdosa, negra y dorada
siempre las alas abiertas.
Es de piedra y no se cansa (…).
Y allí donde nadie sube,
hay una virgen risueña
con un río azul en brazos.
Es la Virgen de la Sierra.
Actualmente vienen muchos romeros desde el Altiplano y el Levante, el domingo
se hacen varias misas en honor de Nuestra
Señora de Tiscar Coronada y al terminar, como manda la tradición, sale la
procesión y hace un recorrido por la sierra. Según Europa Press, en la romería de septiembre de 2023, acudieron entre
quince y veinte mil personas. Hay quien sostiene que es una religiosidad de tipo emotivo y sentimental, yo añadiría una religiosidad tradicional pues la
devoción ya viene en los genes y se transmite de padres a hijos, como ocurre en
las romerías de las Santas, en Huéscar y
en La Puebla, así como en las de la Virgen de la Cabeza: en Cazorla, Zújar,
Benamaurel y Cúllar. Y no digamos la Romería del Rocío, en Almonte. En
medio de la pobreza, en los años sesenta había mucha devoción y fe, favorecidas
por el nacionalcatolicismo. Sin
embargo, cada vez se asiste menos a los actos religiosos en estos tiempos de
incredulidad, relativismo y comodidad. Como es natural, tampoco tenemos el
espíritu de sacrificio de nuestros padres. Esos matrimonios jóvenes que salen
en el documental eran de la generación de mis padres, quizá por eso me ha
llamado tanto la atención.
IDEAL EN CLASE
El documental de Antonio Mercero es histórico, porque refleja cómo era la vida en Quesada así como la religiosidad y devoción de los romeros en el santuario de Tíscar, a finales de los años sesenta
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