sábado, 17 de abril de 2021

LOS TRES AMIGOS

 

En el CEIP Los Ríos, de Castilléjar




Muchas veces los encontré juntos por el Camino de Ronda, o cerca de la Plaza Einstein, eran amigos desde pequeños, de cuando vivían en Castilléjar, y siguieron siéndolo cuando los tres se trasladaron a Granada, por motivos de trabajo o de jubilación. El mayor se llamaba Antonio Sánchez Guijarro, en el pueblo lo conocíamos como el Quito, un maestro jubilado de 81 años. Luego estaban Antonio Vico (lo llamaban Antoñico), también maestro jubilado, y Pepe Martínez, un farmacéutico que regenta una ortopedia en Granada. Antonio falleció en Granada el pasado 9 de abril y al día siguiente fue enterrado en Castilléjar, fue entonces cuando me di cuenta de su valía. Me avisaron de su fallecimiento tres paisanos por wasap (lo que da idea de la repercusión que tuvo entre quienes lo conocíamos) y a los tres les escribí lo mismo: Antonio Sánchez era de lo mejor que teníamos en el pueblo. Cirilo Vico, hermano de Antoñico, define así a Antonio Sánchez: Era serio, fiable, atento, prudente, respetuoso, leal con los amigos y siempre te saludaba con una sonrisa. Era muy completo.

 Casi siempre me encontraba a los tres inseparables amigos sobre el mediodía, venían del bar Los Alpes donde ponen buenas tapas de pescado. Cruzaba con ellos unas palabras, a veces comentábamos algunos sucesos del pueblo o bien nos reíamos con alguna gracia que yo les decía. El más cercano es Pepe, mientras que Antonio Sánchez apenas abría la boca, pero daba gusto cruzarse con ellos por la amabilidad que derrochaban. Un día no recuerdo bien qué les dije, alguna tontería, pero al cabo de los meses cuando me encontré de nuevo con ellos, traté de rectificar: Disculpadme por aquello que os dije, porque vosotros sois de los más cultos del pueblo. Ellos ni siquiera lo habían tomado a mal. Era un espectáculo ver a los tres amigos juntos, a cual en peor estado de salud, pero unos minutos de conversación con ellos te animaba el día. Se notaba que disfrutaban de aquella amistad que venía de la infancia y parecían unos niños con zapatos nuevos.

 Otras veces me crucé con Antonio Sánchez por el Camino de Ronda y nos decíamos un simple adiós. Iba en dirección a su piso, cerca de la calle Recogidas, su esposa Aurorita había fallecido varios años antes y tenía dos hijas. Antonio era de estatura pequeña y regordete, y muy discreto hablando. Antonio Vico tiene 78 años, lleva gafas y fue un ligón en sus años jóvenes, la última vez que me crucé con ellos no dijo nada, luego me enteré que tenía un poco de alzheimer y sus amigos tuvieron que salir a buscarlo a la calle porque se había perdido. Por eso, Antonio Sánchez solía acompañarlo y lo dejaba en su piso, que se encontraba unas calles antes de Recogidas. Su hermano Cirilo me cuenta que un día salió a buscarlo por el Camino de Ronda y lo encontró en la placeta que hay al lado de la gasolinera de Méndez Núñez: “No te muevas de ahí, Antonio”, le dijo cuando lo vio.

Antonio Sánchez. Foto de Carmela Zambudio




 Pepe Martínez me contó que había tenido un ictus como el del alcalde Torres Hurtado, pero me voy recuperando. Salúdame si me ves por la calle y no pienses que he pasado de largo, pues por un ojo no veo y por el otro apenas. Hace dos años lo encontré en una céntrica sucursal bancaria, tenía que hablar con él pero cuando me di cuenta se había marchado. Buscándolo, logré alcanzarlo cerca de la calle Recogidas: Pepe, ¿tienes el móvil de Antonio Sánchez?, le pregunté. Recuerdo que la Navidad estaba cerca y el bueno de Pepe se despidió dándome un abrazo. Así de familiar es. Días después llamé a Antonio Sánchez y lo invité al Encuentro de Escritores de Castilléjar, que se celebra cada año el 23 de abril, para que hablara de lo que él quisiera ya que por su escuela han pasado centenares de niños del pueblo, y hoy son padres de familia. Rehusó cortésmente, yo esperaba que aceptara pero posiblemente no se vería con ánimos. Juan Ramón Martínez (hermano de Pepe) recuerda a Antonio Sánchez: Era prudente, amable y servicial. En los años sesenta, junto con los maestros don Miguel Lozano y don Emilio Carmona, fundaron una academia en Castilléjar  donde preparaban a los niños para el examen de ingreso, que tenía lugar en la Sección Delegada del Instituto Padre Suárez de Huéscar. En su juventud, los tres amigos fueron miembros de la Peña Grande junto a otros jóvenes de su edad.



 Resulta que Pepe Martínez era el que peor se encontraba de salud pero se va bandeando, dentro de sus limitaciones. Antonio Vico se encuentra internado en una residencia en Granada y tiene una discapacidad del 75%. Y de Antonio Sánchez Guijarro nos ha quedado su discreción y amabilidad, por lo que en Castilléjar lo van a echar de menos. Descanse en paz.

 Posdata: En la fotografía de la plaza de toros, que hizo mi padre a comienzos de los años sesenta, Antonio Vico se encuentra en el centro, con gafas, tapándole la mitad de la cara a Antonio Sánchez, que está detrás. A Don Miguel Lozano se le ve a la izquierda, sentado sobre un palo, junto a la juventud de entonces. Copio este párrafo de mi último libro Leandro, Castilleja de los Ríos en blanco y negro (2020): “Antonio Sánchez Guijarro ejerció bastantes años de maestro en Castilléjar y, hace dos años (después del funeral de María Gea, la mujer de mi tío Bonifacio), me contó esta anécdota: Un día les pregunté a los niños de mi clase qué querían ser de mayores y cada uno me iba diciendo una profesión, pero Evaristo, un niño que andaba con muletas, me contestó, “Yo quiero ser Leandro”, como diciendo que quería ser fotógrafo.


4 comentarios:

  1. Querido amigo Leandro:
    Qué suerte tuvimos la gente de nuestra generación que con un puñado de amigos y un poco de campo por delante éramos los más felices del mundo.
    Y lo mejor, amistades verdaderas que nos han durado toda la vida.
    Hoy, las cosas son de otra manera...
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Te envié el artículo por wasap porque tú también has sido maestro, es un canto a la amistad, a la lealtad, a la amabilidad... Esas cualidades que nunca debemos perder

    ResponderEliminar
  3. Comentarios en Facebook Carmelo Zambudio. Bonito relato Leandro. Gracias por recopilar datos y hechos de personas que han dejado huella en la pequeña historia de Castillejar. Un abrazo

    Leandro. En el pueblo hay buena gente y por lo menos dedicarle un recuerdo
    Maruja Martínez. yo era amiga de su mujer Aurora,y lo poco que lo traté cuando estuve en su casa era una persona educada, así lo recordaréis
    Leandro. en eso coincidimos todos, se hacía de querer

    José Pinteño Gea. Antonio fue una persona excelente. De él sólo se pueden decir cosas buenas. Está bien, Leandro, recordar a los que se nos adelantan. Mi madre me lo ponía como ejemplo dónde debía mirar.
    Leandro. Era prudente, amable y no llamaba la atención. Ayer me decía Juan Ramón Martinez que Antonio Sánchez también acompañaba a su casa a Pepe Martinez, ya que este ve poco. Van 455 lecturas
    Conchi Román. Leandro muy bonito y con mucho sentimiento, yo me entere por mi tío y me dio mucha pena, tu me pasaste su teléfono y había hablado con el la última vez a finales de enero, era una persona excelente y un buen profesor, yo lo tuve tres años y siempre lo recordaré con mucho cariño,
    Leandro. me hubiera gustado tratarlo más, transmitía confianza. otro paisano que desaparece del camino de ronda, como doña petra hace unos años
    Dorita Carasa, por wasap: Muy bueno, Leandro. Me ha encantado, tienes una gran sensibilidad cuando hablas de nuestro pueblo y sus personajes. Antonio era una excelente persona y muy querido por todos. DEP.
    Van 655 lecturas

    ResponderEliminar
  4. Se me pasó responderte, Dorita. Gracias, porque siempre estás ahí

    ResponderEliminar