La Transición española |
Hace dos meses, un compañero colgó en el wasap de los amigos, el artículo de Alfonso Ussía, La gran mentira, del 6 de noviembre de 2021, donde cita la huelga general revolucionaria que triunfa en la cuenca minera de Asturias, en 1934, y la califica como golpe de Estado, protagonizado por el PSOE de Largo Caballero e Indalecio Prieto. Seguidamente, enumera una larga lista de personajes asesinados por el Frente Popular, en 1936. Y concluye con este párrafo: La verdad, la puta verdad, es que la guerra civil solo la deseaba un bando: la izquierda. Los “golpistas” fueron aquellos convidados que no se resignaron a ser de piedra. Y es lo que hay. Se ganó la guerra y además se ganó la paz. Y eso es exactamente lo que os quieren ocultar. Si en verdad eres un demócrata full equipe, déjanos contarlo tal cual pasó, machote. ¿Quién tiene miedo a la verdad?
Mi comentario
al artículo más o menos fue así: Creo que
Alfonso Ussía
comete el mismo error que la izquierda actual, al echarle la culpa a los otros,
y los otros la echan a los unos, como diría Miguel de Unamuno. Y así no salimos
de ese círculo vicioso. Se puede decir que la Guerra Civil fue como una culpa
colectiva de los españoles, de izquierdas, de derechas y de centro. El Gobierno
actual se dedica a azuzar a unos españoles contra otros, a las mujeres contra
los hombres, a unos partidos contra otros, a favorecer a unas regiones en
detrimento de otras y en este plan, en vez de dedicarse a gobernar para todos.
Sin embargo, los españoles necesitamos reconciliarnos con el pasado y con
nosotros mismos, y esto es lo que se intentó hacer en la Transición, con políticos de la talla de Adolfo Suárez, Santiago
Carrillo, Manuel Fraga, Felipe González… Fruto de ese consenso fue la Constitución de 1978, la más duradera de la democracia, que ha
permitido las mayores libertades y el progreso económico en España durante más
de cuarenta años.
Sin embargo, el compañero José Antonio R. me contestaba en el wasap:
Para eso está la memoria, histórica,
democrática, y creo que ahora se le ha añadido la palabra de moda, “de género”. Coincido
plenamente en la narración de Ussia. Hombre que a mi modo de ver honra la
memoria de su abuelo, Pedro Muñoz Seca, asesinado vilmente por las hordas
marxistas, dueñas de la situación en gran parte del país. Yo, haciendo honor a
mi padre, que las pasó “canutas” durante el tiempo que estuvo padeciendo en los
campos y montañas, a veces durmiendo bajo la nieve, soportando hambre y
calamidades de todo tipo. Él lo tuvo claro desde el principio: “Trabajo, orden
y justicia”, contra desorden, anarquista y latrocinio. En cuanto tuvo ocasión
se pasó de bando…
Cuando la II República
fracasó, tuvieron la culpa tanto las izquierdas como las
derechas, de los golpes de Estado de 1934 y de 1936, respectivamente, se
sabe quiénes fueron los responsables y en la Guerra Civil
mataron tanto los unos como los otros. Nada
puede justificar aquellos golpes de Estado, aunque eran
ya una tradición en España. Menos
aún se puede justificar las matanzas de españoles, durante la guerra, con medio
millón de muertos y otro medio millón de exiliados. Por eso, lo mejor que
podemos hacer es
pedir paz, piedad y perdón, como suplicó el presidente Manuel Azaña en el mitin
de 1938, en Barcelona. No podemos seguir echándonos la culpa los unos
a los otros, pues bastante ya penaron nuestros padres y abuelos, a causa de la Guerra
Civil y de la posguerra, aunque mejor sería llamarla Nuestra Guerra
Incivil.
Duelo a garrotazos, de Francisco de Goya |
No puedo estar de acuerdo
en que “Se ganó la guerra y además se ganó la paz”. No se puede ganar la paz de los cementerios, por eso digo que
los españoles necesitamos pedir perdón y dejar de echarnos en cara los muertos
de hace más de ochenta años, mientras el
Gobierno intenta ahora hacernos olvidar a las víctimas de ETA, con la Ley de
Memoria Democrática, mientras reivindica a los fusilados por los franquistas
durante la la Guerra Civil.
No podemos seguir dándonos garrotazos, como
en la pintura negra de Francisco de Goya, o escupiéndonos en
la cara, porque de alguna manera los españoles fuimos culpables de aquella
tragedia y después padecimos los desastres que trajo, aunque las
guerras civiles ya venían del siglo XIX. Nuestros muertos ya descansan en paz y
es mejor honrarlos y rezarles una oración unidos, porque, como decía Manuel Azaña, todos somos hijos del mismo
sol y tributarios del mismo rio. Yo añadiría, que somos ciudadanos de esta gran
nación que es España, donde hemos demostrado que podemos convivir en paz, en los cuarenta y cinco años que llevamos de
democracia. En
julio de 2036 se cumplirán cien años del inicio de la Guerra Civil y, para
entonces, serán nuestros nietos los que cicatricen
definitivamente la herida de la peor tragedia de nuestra historia, en la que casi todos los muertos fueron españoles. Por eso mismo, debemos perdonar para reconciliarnos con el pasado y proclamar nunca
más, en memoria de nuestros padres y abuelos.
Comentarios en Facebook, en Ideal en Clase y en mi página:
ResponderEliminarDaniel Morales Escobar: Estimado Leandro, quizás no lo haya entendido bien. Realmente ha querido decir que "la Guerra Civil fue como una culpa colectiva de los españoles, de izquierdas, de derechas y de centro"?
Leandro. la república trajo la mayor tragedia de España, mientras que la Transición trajo la conciliación y prosperidad. Por eso los gobernantes y los españoles somos también responsables y a la vez víctimas de los acontecimientos
Daniel Morales Escobar: Con todo respeto, la mayor tragedia de España no la trajo la república, sino quienes atentaron contra ella mediante un golpe de estado y una guerra. Los errores de la república —que los hubo— no justifican ese golpe ni esa guerra. En cuanto a La Transición, quizás coincidamos más. Un saludo.
Leandro. Hubo varios golpes de Estado, entre ellos la Revolución de Asturias en 1934, que fue el preludio de la Guerra Civil, según los historiadores. La República fracasó, lo reconoce hasta Azaña, Indalecio Prieto se lamentaba en Méjico de lo que hizo. No supo aunar a unos y a otros como la Transición y, por no señalar con el dedo a tanto personaje siniestro y a tanto malo gobernante, digo que fue una culpa colectiva de los españoles
José Vaquero Sánchez. La recuperación de la memoria histórica debe ser un ejercicio colectivo en el que todos participen, buscando la verdad y la justicia con un objetivo común: convivir en paz y libertad. Y para ello es necesario el perdón y no la confrontación. La unión y no la división.
Leandro. tenemos un gobierno sectario y populista y ya estamos viendo como han acabado Trump y Boris j. El pueblo vota la moderación
Juan Bautista Martínez Martínez. respeto sus ideas pero no creo que este sea el foro apropiado donde manifestarlas, tampoco su manera de expresarlas denota intención de buscar conciliación sino todo lo contrario.
Leandro. Yo también respeto su comentario, que entra en el terreno de la intención
Yogui Monge. El que perdona, sale ganando: se libera !!
Leandro. fue lo que trataron de hacer en la Transición