miércoles, 28 de octubre de 2020

EL DERRIBO DE LA CRUZ DE JÉREZ

 


Derribo de la Cruz Blanca, en mayo. Foto de ABC


Un pueblo con una gran devoción a la Virgen de la Tizná, no puede consentir el derribo de la Cruz Blanca



El 27 de octubre, el alcalde de Jérez del Marquesado, José Ángel Pereda (Psoe), publicó un artículo en el Granada Hoy, lleno de falsedades hasta en el antetítulo del mismo: “El alcalde responde al grupo de vecinos  que han denunciado que se haya retirado una cruz en conmemoración de los Reyes Católicos”. Como puede observarse en la fotografía de mayo pasado, la Cruz Blanca fue arrancada por una retroexcavadora, partiéndola por la base y por uno de los brazos. Si se quiere retirar, mandas a unos albañiles para que la extraigan de los cimientos, pero la intención fue clara. No contento con trocearla, en su lugar colocó los contenedores de basura y tampoco la ha reparado ni puesto en el lugar indicado. El cambio de ubicación fue aprobado por la mayoría del pleno actual del Ayuntamiento, por razones de necesidad (la necesidad hay que justificarla), cuando la ley exige que sea por razones de utilidad pública o interés general. Pero, en vez de cumplir lo acordado en el pleno, la cruz fue derribada y rota, no ha sido reparada ni cambiada de ubicación, por lo que estamos ante un presunto delito de prevaricación.

 El alcalde principia así, su extenso artículo de exculpación para blanquear su imagen, cuando tendría que ser de expiación: “En primer lugar, nunca se decidió, ni romper ni echar abajo ninguna pieza que haya sido reconstruida y mucho menos como reconocimiento del paso de los Reyes Católicos, ya que no existen documentos fehacientes que acrediten la visita, ni dicha Cruz”. No sabe ni explicarse y mezcla unas cosas con otras. Lo cierto, como demuestra la fotografía, es que derribó la cruz. Seguidamente, el edil le dedica dos columnas para negar la visita de los ínclitos Reyes Católicos. “Hasta que en 2017, un concejal del Partido Popular, decide hacer una cruz intentando suplantar o anular la que ya existe. Dicha cruz se construye solamente con acuerdo plenario, sin clamor popular, ni tampoco reconocida por la Iglesia como símbolo religioso”. Habría que preguntarle a este fenómeno, ¿qué significa sin clamor popular?, sacar a los vecinos a la calle como en la película ¡Bienvenido Mr. Marshall! y cantar aquello de Americanos… Delirante. El edil prosigue en su crítica a la oposición, para justificar lo injustificable, cuando fue aprobado por mayoría: Que “con los votos en contra de la oposición (Psoe), debido a que ni era el sitio apropiado ni los vecinos lo habían solicitado porque ya teníamos la Cruz…”.

 

Antes del derribo




Seguidamente, habla del otro pleno: “Un acuerdo plenario en el que por mayoría se decidió quitar la cruz y estudiar una posible ubicación”, pero no dice si ahora hubo clamor popular. “Esta actuación se preveía para principios de este año…, pero nunca por esperar al estado de alarma, como acusa el señor Jesús Alcalá, con el único fin de hacer daño al municipio”. Pero, si aquí el único que ha causado daño al municipio ha sido el alcalde. “Estas reuniones se desarrollan por buen camino y amistosamente, aun habiendo sido cuestionado e insultado este alcalde que se pronuncia”. Dice una cosa y la contraria, y no aclara qué insulto. “Después de la segunda reunión se llega a un acuerdo, el que nunca ha sido respetado por don Jesús haciendo publicaciones ofensivas e incluso rozando la amenaza en redes sociales”. El susodicho sigue sin precisar las ofensas y las amenazas que recibe. Prosigue: “Publicaciones que sin ningún pudor publica aún saliendo trabajadores que deberían permanecer en el anonimato por no haber autorizado su foto y protegiéndoles la Ley de protección de datos e imagen”. Quien ha causado el destrozo y el atentado a la cruz invoca ahora la ley, se refiere a la imagen del derribo de la cruz que salió en el Granada Hoy y el ABC de Sevilla, el 23 de octubre. “En este texto aclarativo presentamos fotos de la Cruz Blanca reconocida unánimemente por el municipio en su lugar de origen y en la nueva ubicación”. En otra imagen, aparecen “los once contenedores que había antes de que se pusiera la cruz en 2017”. Las comas no se han hecho para el edil.

 En su extenso escrito, cuenta ahora “el acoso que continuamente viene sufriendo tanto el municipio, como el equipo de gobierno no ha hecho más que generar las opiniones de los vecinos en desacuerdo con la cruz… Poco le importa a don Jesús si pasaron o no los Reyes Católicos, que lo único que le importa es una cruz que nadie reconoce y que la quiere como símbolo de victoria personal”. No dice nada más que tonterías, con tal de enredar. La Cruz Blanca se colocó por mayoría del pleno en 2017 y no es victoria personal de Jesús Alcalá ni de nadie, es patrimonio de Jérez. Y el alguacil finaliza su larga perorata con una solemne exculpación/acusación: “Quiero constatar que en ningún momento este equipo de gobierno se había negado a la restitución de esa cruz…, pero poco ayudan las formas, las actitudes de un señor que toma la bandera en una lucha que lo único que ha generado es dolor y división en un municipio…”. La versión de este saltabalates es yo derribo la cruz pero le echo la culpa a otro. Hace unos días, denunció a un vecino en el Cuartel de la Guardia Civil porque lo acusó de ponerse un sueldo de no sé cuánto. Hasta su nombramiento, ningún alcalde había cobrado nada del ayuntamiento.


Los contenedores ocupan el lugar donde estaba la cruz

 

Estamos ante un presunto atentado contra la libertad religiosa y de culto de los ciudadanos españoles, por lo que viola el artículo 16 de la Constitución. También es un presunto atentado contra el patrimonio de Jérez, por lo que debe de reparar el daño causado, aparte de la presunta prevaricación. En España hay cientos de mezquitas donde rezan los creyentes, a los niños árabes se les dan clases de islam y comida halal, los españoles respetamos los símbolos, las creencias y la religión de los cuatro millones de inmigrantes y extranjeros que hay, mientras que en la mayoría de los países islámicos se respetan los símbolos y la religión cristianos. Pero el alcalde, José Ángel Pereda, no los respeta y se permite el lujo de derribar la Cruz Blanca en Jérez con una retroexcavadora. 

Estamos ante un edil sin principios y sin escrúpulos, llega a tanto cinismo que le echa la culpa a Jesús Alcalá, con el fin de ponerle a los vecinos en contra. Este acto vandálico no debe ni puede quedar impune, porque es una ofensa a todos los españoles y porque es de juzgado de guardia. En 1936 se derribaban cruces, por lo que este tipo nos ha devuelto a las cavernas, un alcalde que derriba una cruz a conciencia, no puede seguir ejerciendo, de hecho ha perdido toda la autoridad. Si no está a gusto en España y sus ideas son contrarias a la religión cristiana, siempre podrá marcharse a otro lugar pero en ningún país le van a tolerar que destruya sus símbolos religiosos. Hay muchos cristianos que se sienten afectados por este hecho pero están callados y no dicen nada, mientras que yo hace más de un cuarto de siglo que no asisto a un acto litúrgico completo. Para mí es un problema de conciencia y me resulta peor estar callado. 

Artículo del alcalde en Granada Hoy

Crónica del ABC de Sevilla

La versión del Partido Popular

https://okdiario.com/espana/alcalde-socialista-pueblo-granada-cambia-cruz-blanca-contenedores-6366275


Conclusiones

En el artículo del alcalde, no aparece la fotografía del derribo de la cruz blanca y el edil no lo menciona como si no hubiera existido, pero intencionadamente centra el tema en una lucha política, en que los malos son Jesús Alcalá y el PP, con tal de evadir su responsabilidad y echarles el pueblo en contra. Como ha politizado el tema, los jerezanos están divididos, que si este alcalde es del PSOE y el otro era del PP. Aquí de lo que se trata es que la retroexcavadora ha roto la cruz y el alcalde ni la repara ni la coloca en el lugar indicado, contraviniendo el mandato del pleno del Ayuntamiento, al que está obligado. La destrucción de este símbolo religioso es presuntamente un delito y es indiferente que el alcalde sea de un partido o de otro.

El pueblo de Jérez tiene una gran devoción por la Virgen de la Tizná, por lo que no se entiende que permanezca indiferente, o dividido como pretende el alcalde, ante la destrucción de la cruz. El PP debe denunciarlo en el juzgado y la Iglesia debe hacer una nota de protesta y entre todos se conseguirá restaurar el símbolo religioso. Copio esto de los Abogados Cristianos: “En los últimos años nos hemos encontrado con que, utilizando como excusa la Ley de Memoria Histórica, ayuntamientos laicistas han destruído cruces y otros símbolos cristianos. Actualmente tenemos batallas judiciales por derribos como el de la Cruz de Vall De Uxó en Castellón, donde hemos denunciado a su alcaldesa Tania Baños, o el de Cuevas del Becerro en Málaga. También hemos acudido a la justicia recientemente por la destrucción de la Cruz de Ondarroa en Vizkaya y para tratar de frenar los planes del Ayuntamiento de Castellón de acabar con la Cruz del Parque Ribalta…”. 

Antiguamente, en las entradas y salidas de los pueblos, o junto a los caminos, se encontraban los humilladeros, tenían una cruz o imagen y eran lugares para la devoción. En el siglo XVIII, el camino del Sacromonte tenía numerosas cruces de mármol y al final del Paseo de las Angustias se encuentra El humilladero.


Esto ha escrito el 19 octubre el historiador Miguel ángel Rivas Hernández, de Huéneja, en La Voz del Pueblo de Jerez del Marquesado, porque le pedí que interviniera: Estoy de acuerdo. Una decisión de este tipo debe ser aprobada en pleno del Ayuntamiento. Lo que me sorprende es que la oposición no haya intervenido con contundencia, presentando incluso denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil o en el juzgado de Paz correspondiente. Los símbolos religiosos e históricos, como en este caso deben de respetarse. Ante el argumento de que pensaba trasladarse junto a la antigua balsa en el centro del pueblo no se entiende la celeridad en su derribo, y además de mala manera, para colocar en su lugar un contender de basura. Esto me parece indecente e inmoral que muestra la catadura de los actuales ediles de Jérez que han permitido este despropósito. Como miembro fundador del Centro de EStudios Pedro Suárez de Guadix, entre cuyas funciones está la de velar por el patrimonio de las tres comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, considero un desacierto esta medida y conmino a la alcaldia a reponer en su lugar esta cruz, conmemorativa de la venida a esta localidad de los Reyes Católicos, de la misma forma que pasaron por Huéneja a su vuelta de Almería. Hay que dejar a las cruces en paz pues eso es lo que significan. Ya se han perdido demasiados símbolos de este tipo en la comarca como es el caso de las ermitas de ánimas o los Calvarios con su cruz. Tales símbolos forman parte de una tradición histórica de la religiosidad de la comarca que insto a respetar.

Y esto el maestro Roberto Balboa: Hay un dicho que reza “por sus hechos les conoceréis”, y aquí, en nuestro bonito pueblo de Jérez del Marquesado ya vamos conociendo a quienes en un momento dicen una cosa y luego hacen lo contrario. Digo yo, que tal vez esté copiando lo que hacen sus jefes a nivel nacional; puede que esa sea la manera de aspirar a puestos de más importancia en su supuesta carrera política, y engañar a sus paisanos y matar en parte la Historia de su pueblo no son más que daños colaterales, necesarios para su futura carrera. Jérez del Marquesado y sus vecinos son, si acaso, secundarios, y si no a las pruebas nos remitimos. ¡Qué buenas son las hemerotecas! En ellas se puede ver qué decía, y ahora se puede ver qué ha hecho. Lo que me extraña y me duele es que apenas ha habido noticias de lo ocurrido fuera del pueblo y los vecinos apenas se han quejado. No me asustan las voces de los malos, me asusta el silencio de los buenos.

Posdata: las dos últimas fotos las he cogido de Foto denuncia de Jérez del Marquesado y La Voz del Pueblo de Jérez del Marquesado





 



martes, 20 de octubre de 2020

LOS HOSPITALES TAMBIÉN MUEREN

 




 

El Hospital Clínico de San Cecilio






El conocido locutor empieza diciendo, con un lenguaje entre pomposo y militar: “En la torre de la Alcazaba de la Alhambra se conmemora la gloriosa conquista de Granada, por los ínclitos Reyes Católicos, en la evocación del centenario de su reinado las autoridades marchan en procesión cívica  por la Alhambra, mientras el pendón real ondea y tremola sobre la población”. Se ven muchos figurantes, vestidos de soldados de época, que más bien parecen cruzados, haciendo guardia en las almenas de la Alhambra mientras otros tocan las trompetas. Es un antiguo NO-DO, de aquellos noticiarios y documentales cinematográficos que obligatoriamente tenían que exhibir en todos los cines de España, antes de la proyección de las películas. Eran pura propaganda, donde normalmente salía Francisco Franco en un acto oficial, o alguno de sus ministros, inaugurando cualquier obra pública o visitando una fábrica, para que los españoles vieran que el régimen se preocupaba por ellos.

En el siguiente acto, el locutor continúa hablando con aire marcial: “La ciudad de Granada recibe entre colgaduras y celebraciones al excelentísimo jefe del Estado, Francisco Franco, en la fecha imborrable del 12 de octubre de 1952”. El Caudillo aparece, subido en coche descubierto y saludando al público, con una hilera interminable de vehículos detrás. Y añade el locutor: “Franco llega a la Casa Consistorial, entre vítores y aplausos incesantes, donde es recibido por el cabildo y demás autoridades”. Va con gorra de plato y el traje de capitán general, le sigue su esposa, doña Carmen Polo de Franco, tocada con gorro y con un vestido negro, seguida de una dama también vestida de negro. Seguidamente, Franco sale al balcón del ayuntamiento moviendo los brazos al aire, como si fuera el director de la banda de música, mientras que en la plaza del Carmen la policía ha establecido un cordón de seguridad para que el público se mantenga alejado del dictador. Esto solían hacerlo en previsión de algún atentado. La voz prosigue con las alabanzas: “El público, que llenaba la plaza del Carmen, reclama la presencia de Franco, que se ve obligado a salir al balcón principal donde pronuncia una breve alocución”. Qué menos que un breve saludo a los granadinos.

A continuación, el noticiario recoge otro acto oficial: “Franco inaugura tres pabellones del Hospital Clínico, que tiene una extensión de 49.000 metros cuadrados con la Facultad de Medicina, en una obra complejísima donde se han invertido más de 40 millones de pesetas. Además de los pabellones quirúrgicos, tiene el policlínico con los consultorios y los servicios generales hospitalarios”. Vemos al dictador seguido por las autoridades y el ministro de Educación, que entonces era Joaquín Ruiz-Giménez (lo apodaban “sor Metralla”). Este ministro fue el que implantó en España el Plan de 1953, por el que se rigió la Enseñanza durante muchos años. En la democracia, durante los años noventa, Joaquín Ruiz-Giménez ejerció como Defensor del Pueblo. En el reportaje se ven imágenes de los pabellones, de los patios y pasillos, de una sala de operaciones alumbrada por unos focos y de un dormitorio con bastantes camas. Aunque la inauguración fue un acto de propaganda del franquismo, las imágenes dan una idea de los escasos medios de la Sanidad de entonces en comparación a los grandes equipos de los hospitales y de la atención a los pacientes en la actualidad.


Es ya el antiguo Hospital Clínico. Foto Ideal 





Al vivir en la zona sur de Granada, me correspondió el Hospital Clínico adonde acudía con cierta frecuencia para las citas de diversas especialidades. Siempre recordaré que hace unos años me hicieron una colonoscopia, sin anestesia de ninguna clase. Yo les dije que no quería hacérmela, pero mis gritos se oirían por los patios. Sin embargo, el Hospital Clínico tuvo los mejores especialistas médicos de Granada hasta que en los últimos años le fueron quitando recursos, en favor del nuevo Hospital Virgen de las Nieves. Tenía tres pabellones, el quirúrgico con cirugía, otorrino y urología, así como los servicios de ginecología, radiología y oftalmología. En el Clínico operaron a mi padre del estómago, y también me acuerdo de aquel especialista, todo un profesional, que me decía sobre la operación de mi madre: “A ver si mañana consigo quitarle la ventilación mecánica”. Por entonces, ambos salieron bien. Años más tarde, en la Navidad de 1977, mi familia me avisó que mi padre estaba ingresado en el hospital; a la mañana siguiente regresé a Granada en el tren de Madrid, pero, cuando llegué a la habitación, vi que estaba vacía y entonces me lo imaginé todo. En ocasiones tuve que venir a aquellas Urgencias, que últimamente estaban atestadas de enfermos, acompañando a algún familiar. Pero, después de sesenta y cinco años funcionando, el Clínico fue cerrado en 2016 y sus especialidades pasaron a tres hospitales. Atrás han quedado las vivencias en aquellos pasillos y consultas, pero ya casi nadie se acuerda de su cierre.

El video finaliza enfocando una placa que colocaron en el hospital: “Los Ilustres Colegios Oficiales de Médicos de Granada, Almería y Jaén al Hospital Clínico de San Cecilio y a todos sus trabajadores, que de una u otra forma han contribuido al desarrollo de la sanidad granadina y al cuidado y bienestar de sus pacientes. 1952 - julio de 1916. Granada, 27 de noviembre de 2017”. Mi amigo Pepe Huertas, ya jubilado, estuvo de celador en Urgencias y algunas veces me echó una mano, lo mismo que mi paisano Virginio Pinteño. Mi agradecimiento también a aquellos especialistas, médicos, enfermeros y celadores que atendieron a mi familia y a mí, y al compañero Joaquín Ochoa porque colgó el video del NO-DO en el wasap de los Seminaristas, de manera que me ha servido para hilvanar este artículo. El Hospital Clínico Universitario de San Cecilio (se llamaba así porque fue fundado por la Universidad de Granada) ya forma parte de la historia y de la memoria de los granadinos porque los hospitales también nacen y mueren. Por eso, cada vez que paso por la avenida del Doctor Olóriz, me acuerdo de aquella pequeña habitación donde mi padre vivió sus últimos momentos.

Posdata: este artículo viene publicado en el Boletín del Centro del Artístico, número 10, marzo de 2020

https://en-clase.ideal.es/2020/10/18/leandro-garcia-casanova-los-hospitales-tambien- mueren/?fbclid=IwAR3NHXWz12T0e7fxHuwnbL10FvArweRl9fCw7klBrYfScKTu0wdEQ5OGTtg