Nos encontramos
en los últimos años del siglo XIX cuando el matrimonio formado por Juan
Zambudio Blázquez y la Maria Cánovas
Sola tienen fijada su residencia, como la mayoría de los vecinos del pueblo
granadino de Castilléjar, en una sencilla cueva, en este caso situada en el
núcleo agregado de Los Olivos. De hecho, en aquella época la gran mayoría de
los habitantes de Castilléjar vivían en cuevas y muchos de los habitantes
actuales todavía hacen servir este antiguo sistema de viviendas ya remodeladas
como una residencia normal.
Este pueblo,
conocido durante mucho tiempo por Castilléjar de los Ríos, se encuentra situado
a unos 28 km
de la población de Baza, y en medio de los términos de Huéscar, Benamaurel,
Galera y Castril, todos ellos formando parte de la provincia de Granada y
cercanos tanto al norte de la provincia de Almería como del sur de Jaén. Como
en muchos otros pueblos granadinos, donde los moros estuvieron establecidos
unos 800 años, a finales del siglo XVI la mayoría de los habitantes de
Castilléjar eran moriscos, con costumbres que perdurarían durante muchos años.
Durante los siglos XVII-XVIII diversas migraciones españolas procedentes de
tierras del norte llegarían a esta zona i así todavía podemos encontrar apellidos
como Iriarte, Vergara, Usaola, Zambudio i otros.
Por debajo del
conocido Puente de las Juntas, cercano al centro de la población, se unen dos
ríos, el Guardal y el Galera, los cuales ofrecen agua y un paisaje diferente a
la zona esteparia que envuelve el pueblo, donde en otras épocas el esparto era
el producto local más apreciado. Aparte del núcleo principal, Castilléjar tiene
anexionados diversos pequeños núcleos poblacionales i algunos de ellos, como
Los Olivos y Los Carriones, con su propia identidad. Otros como la Dehesa , La Dolosa , Los Isidros, Cerro
del Cubo, La Sacristía ,
Los Evangelistas, El Barrio Nuevo, Las Anegas, La Balunca , Los Chorrillos,
Santa Catalina, etc, conforman el término de Castilléjar, el cual durante la década de los años trenta del
pasado siglo, tenía una población cercana a los 3000 habitantes y durante el
año 2010 mantenía un censo de poco más de 1600 habitantes.
El apellido
Zambudio parece ser que procede del pueblo vasco conocido por Zamudio, una
población cercana a la ciudad de Bilbao y que una parte de sus habitantes desde
mucho tiempo atrás llegaron a las tierras de Murcia y Granada. Consultados
diversos archivos y antigua documentación, he podido comprobar que en
diferentes pueblos de la zona, como Orce, Huéscar y el propio Castilléjar, el
apellido Zambudio aparece en muchos documentos del censo poblacional de los
últimos doscientos años.
No obstante, me
ha resultado muy difícil conocer la linea familiar de Juan Zambudio Blázquez,
por la inexistencia de documentación, tanto de caràcter civil como religiosa,
en el pueblo de Castilléjar. De hecho, uno de los efectos de la guerra civil
española fue la quema y destrucción de documentos de diversa clase, hecho que
también ponen de manifiesto algunos escritores locales como Leandro García
Casanova, en su libro “Diálogos en la tierra de los Rios”, publicado el año
2003. Tampoco José Zambudio Martínez hace
referencia alguna a la procedencia del
apellido Zambudio en las dos obras de memorias que ha escrito, quizás por falta
de documentación escrita existente en los archivos locales. Sólo por la memoria
familiar, sabemos que el padre de Juan Zambudio Blázquez se llamaba Roso
Zambudio y que sería conocido con el mote de “el tío culón”.
Parece ser que
Juan Zambudio (mi bisabuelo) cuando se casó con la María
Cánovas , ya tenía una hija de su primera esposa o pareja. La
hija era conocida por Bernardina Zambudio y por tanto sería hermana de padre de
la única hija que después tendría el matrimonio y a la que pondrían el nombre
de Hermenegilda. Pero por razones que desconocemos, esta última sería conocida
siempre, incluso documentalmente, con el nombre de Encarnación y ya después de
más mayor, como la “tía Encarna la culona” o la “madre Encarnación”. Tanto es
así que los hijos que más adelante tendría Hermenegilda (a partir de ahora la
nombraré como Encarnación) Zambudio, todos los que tendrán hijas, les pondrán
el nombre de Encarnación a cada una de ellas, con un total de tres: Encarnación
Bautista, Encarnación Zambudio y Encarnación Segura, y todas ellas conocidas
familiarmente con el nombre abreviado de Encarna, como la misma abuela. Ésta
sería tratada por la familia más cercana con el nombre de “madre Encarnación” o
simplemente “la madre”, cuando ya sería más mayor y de forma especial durante
los últimos años de su vida.
A finales del
siglo XIX, las mujeres se casan muy jóvenes, y al poco tiempo de unirse en
matrimonio Juan Zambudio y María Cánovas, la hija del primero, Bernardina, se
casa y formará también su propia familia. Este segundo matrimonio que tendrá un
gran número de hijos (11), pasará fuertes dificultades económicas (hecho
bastante generalizado en aquella época y lugar) y ayudados por alguna persona
cercana venden todos sus bienes y dejarán Castilléjar haciendo ruta hacia el
Brasil. Parece ser que pasado algún tiempo y debido a las dificultades para
sobrevivir en aquella tierra bien distinta en lengua y cultura, deciden viajar
de nuevo, ahora a Argentina, donde ya habían recabado también algunos
habitantes de Castilléjar y donde todavía hoy siguen residiendo muchos
descendientes de diversas familias de Castilléjar.
Todas estas
informaciones las iba ofreciendo el matrimonio emigrante a tierras americanas
en las cartas que enviaban a los padres y que se irían reduciendo con el paso
del tiempo, perdiéndose el contacto con la familia que se iría creando en las
tierras argentinas. La guerra civil sería un nuevo motivo para perderse totalmente la relación epistolar y ya la
nueva familia española descendiente de Juan Zambudio no tendrá información
alguna sobre la familia argentina, como ha ocurrido con tantas familias
emigradas a tierras americanas. La bisabuela María Cánovas, conocida con el
nombre de la “tia Maria la culona”, enviudaría en los primeros años del nuevo
siglo XX y siguió viviendo en la “cueva de los culones”, una cueva existente en
el núcleo de Los Olivos y que actualmente tienen en propiedad unos
descendientes de la familia conocida por “los Matas”y que ha sido remodelada
con los nuevos y modernos sistemas de habitabilidad.
Por nuestra
biografiada (datos que expondremos más adelante) sabemos que ella recuerda
todavía diversos nombres de algunas familias que vivían en aquella época, como
son: Antonia la Mariabuela
(tienda única entonces en Los Olivos), Josefa la Cantarera , la Franciscona , los Cepas
(el viejo Cepa tenía bueyes para labrar en lugar de mulas como era corriente
entonces), el tio Navarrete, Juana la
Triste , los Pelaios, Encarnación la Chirivilera , el tio
Chete (los Chetes), los Nofres, Angel Navarrete, la María del tio Tomás, el Norberto, el Juan Damián,
José el Feliciano, Josefa la
Manca , el tio Franciscón, etc...
Este es el primer capítulo del libro “La Paca-Retrat d’una dona emigrant” (“La Paca - Retrato de una mujer emigrante”), escrito en catalán por Miquel Zambudio i Díaz y publicado el año 2012. El capítulo ha sido traducido por el autor.
Gracias, paisano Miquel, por este "sencillo libro biográfico" que es un pequeño homenaje a la persona de tu madre, Paca Zambudio, y donde cuentas las andanzas de tu familia y las tuyas. Como miles de familias andaluzas, tus padres tuvieron que emigrar a Cataluña, recorriendo o peregrinando por Balaguer, Sabadell, Castellar del Vallés y Gerb. La vida del emigrante es dura y por aquellos pagos hay centenares de 'castillejanos'. Lo que he leído me ha encantado y tu madre -hay una foto de ella, de 2010- estará orgullosa de ti. Gracias por haber tenido el detalle de enviarme un ejemplar. La escritura nos redime un poco de la cruda realidad de la vida.
Un abrazo
Leandro
Gracias, paisano Miquel, por este "sencillo libro biográfico" que es un pequeño homenaje a la persona de tu madre, Paca Zambudio, y donde cuentas las andanzas de tu familia y las tuyas. Como miles de familias andaluzas, tus padres tuvieron que emigrar a Cataluña, recorriendo o peregrinando por Balaguer, Sabadell, Castellar del Vallés y Gerb. La vida del emigrante es dura y por aquellos pagos hay centenares de 'castillejanos'. Lo que he leído me ha encantado y tu madre -hay una foto de ella, de 2010- estará orgullosa de ti. Gracias por haber tenido el detalle de enviarme un ejemplar. La escritura nos redime un poco de la cruda realidad de la vida.
Un abrazo
Leandro
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