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Robo en una vivienda |
La sociedad tiene los delincuentes que se merece, Alexandre Lacassagne
Leo
en Ideal, del 16 de marzo pasado, que en Granada se ha dado esta sentencia novedosa:
los miembros de una banda que se dedicaba al hurto en los comercios, del centro
de la capital, había sido condenada mediante 244 sentencias firmes. La investigación
de dos años ha sido llevada por la Unidad de Policía Judicial, de la Policía Local.
Ésta descubrió que la banda la componían 56 personas, pero tres de ellas (dos
mujeres y un hombre, nada se dice de su nacionalidad) habían sido condenadas en
el 78% de las sentencias. Los comerciantes del centro se quejaban de que
“siempre eran los mismos” y, tras analizar las imágenes de las cámaras, la
policía descubrió que los delincuentes vivían en el mismo barrio, tenían edades
similares y empleaban la misma forma de actuar. El juez del Juzgado de lo
Penal, Número 1, de Granada, acusó a estos tres reincidentes de pertenencia a
"grupo criminal dedicado al hurto en comercios”, con las agravantes de
reiteración de delitos leves, por los numerosos miembros de la banda y por el uso de medios tecnológicos y
transporte, de manera que la condena ha sido de un año de cárcel, algo mayor de
lo habitual. Hay que felicitar a la Unidad de Policía Judicial y al juez, por
la sentencia.
Pero
uno se pregunta: ¿han sido necesarias 244
sentencias firmes para que sólo tres ladrones cumplan un año en el talego y que,
seguramente, se quedarán en poco más de seis meses? ¿Y las horas que han tenido
que dedicar la Policía y los funcionarios del juzgado para esto? Pero, ¿y las
veces que habrán robado a las víctimas en un comercio y no los han detenido, ni
se ha podido probar nada a esta tropa de 56 elementos?... Recuerdo que, hace
dos años, me llamó un familiar diciendo que le habían robado la cartera, cuando
se encontraba haciendo cola en la caja de un comercio, de la calle
Puentezuelas. Como en la cartera llevaba el carné, la tarjeta sanitaria y
varias tarjetas, tuve que ir corriendo al banco para anularlas. Luego hablé con
el guarda jurado del comercio, y me dijo: “A veces se llevan el dinero y tiran
la cartera en una papelera”. Comiéndome la vergüenza, miré en todas las
papeleras de la calle Recogidas, en ambas aceras. Seguidamente, hurgué en las
papeleras de las calles cercanas, hasta que encontré una cartera en la calle de
la iglesia de la Magdalena, pero sólo tenía la documentación de una mujer. Me
fui a la Policía Local a entregarla y aquí me encontré al familiar denunciando
el hurto de su cartera.
Con
el paso de los meses, me pasé varias veces por ‘Objetos Perdidos’ del
Ayuntamiento, pero nunca apareció la documentación. En fin, hay que perder
varios días para que te hagan de nuevo el carné, la tarjeta sanitaria, las del
banco… El daño tan grande que hacen estos delincuentes a las víctimas y la
ridícula condena que les cae. En los comercios tienen muchas cámaras, donde
queda grabado el hurto, por lo que sería fácil trincar a los delincuentes. Y
tendría que trabajar menos la Policía y el juez, pero no quieren saber nada (fuera
del robo de sus prendas) para que no los acusen de delatores y no tener que ir
al juzgado. Lo cierto es que los comercios serían los más beneficiados, pues
los delincuentes ya no volverían más por allí. Un juez de Madrid prohibió a las
famosas ‘bosnias’ que entraran en el Metro, cuando sus numerosos robos eran ya un
escándalo. Poco tiempo después, un joven atrevido logró grabarlas mientras le
robaban a un turista, en el centro de Granada, de manera que las imágenes de
las delincuentes se vieron en toda España y fueron detenidas.
Hace
varios años, vi a un tipo intentando cortar con una cizalla de casi un metro la
pitón de una bicicleta, al lado de un centro público. Le llamé la atención,
pero el tipo me respondió con toda naturalidad que la bici era suya. Como yo
hablaba alto, la gente se congregó por allí y entonces emprendió la retirada.
Llamamos a la policía y fue fácil atraparlo por la calle de San Juan de Dios:
era un tipo bastante alto, con una gabardina oscura y la cizalla escondida.
Tuve que identificarlo desde lejos, ir a Comisaría por la tarde y, dos días
después, asistir al juicio para declarar. Fue condenado a pagar unos doscientos
euros, que era el valor que le dieron a la bici –había robado varias en otras
ocasiones–, pero ya no volvió más por el lugar. La bici era de un joven, casi
paisano mío, que vino a darme las gracias, aunque la gente no está por la labor
de ayudar y menos para ir al juzgado.
El pasado día 16
venía la noticia en Ideal de que la Guardia Civil había detenido a tres
rumanos, a los que acusan de haber robado en doce cortijos, en el término de La Peza, aunque los agentes sospechan
que pueden ser también los autores de los robos ocurridos últimamente en Prado Negro. Su modo de proceder:
revientan una ventana de la vivienda, con la palanqueta, roban toda clase de
electrodomésticos y usan guantes para no dejar huellas. El 18 de marzo
detuvieron a tres ciudadanos marroquíes: vivían en Murcia pero se desplazaban a
Puebla de don Fadrique, donde robaron
en tres cortijos. El dueño de una metalistería me dijo, hace una semana, que
están robando mucho por la zona de Guadix
por lo que está colocando ventanas a mogollón. Hace unos días robaron en una casa de la Urbanización el
Cristo de los Favores (los propietarios vieron a los delincuentes pero lograron
huir), también robaron en una vivienda que se encuentra cerca de la calle de
San Miguel y en otra, por el barrio de la ermita de San Antón.
Una
vecina de Guadix escribe esto en la
Red: “A mi padre han intentado robarle, los ha visto porque
estaba dentro de la casa y salieron corriendo. Menos mal que puse una alarma,
hasta le sacaron una navaja. Eran dos niños, entre 8 y 14 años, si les das una
hostia, como son menores, te buscas la ruina”. Como a los menores los robos les
salen casi gratis, pues los mandan a hacer las prácticas. Otro internauta avisa:
“Pues en Monteverde ya van 3 casas. El mismo sistema. Revientan rejas y entran
por la ventana. En Darro y en Fiñana también. En dos semanas (una
compañía de seguridad) ha instalado en la zona 39 alarmas, entre ellos yo”. Un
vecino se queja: “Yo vivo en la barriada de Fátima, y también lo intentaron
hace dos semanas. Y esta es la cuarta vez”. También robaron en el bar del paseo,
comenta otro. En la Estación de Guadix se produjo un
intento de robo, a primeros de marzo pero, lo
peor de todo, es que no ha trascendido
nada de
esta oleada de asaltos. Del 7 al 12 de
febrero, la policía estableció controles por el barrio de Fátima y otros
barrios de las cuevas. El 9 de febrero, los vecinos de Beas de Granada se manifestaron delante
del ayuntamiento por los numerosos robos en las viviendas que estaban
padeciendo. Hace unos días fueron detenidos unos jóvenes, acusados de estos
robos. En cambio, en Guadix nadie se manifiesta ni se mueve por lo que, como es
natural, los delitos aumentan.
Sin
embargo, los datos que ha ofrecido el Ministerio
del Interior, en febrero pasado, sobre la provincia de Granada, son bastante optimistas pues “arrojan la
mejor tasa de delitos y faltas desde 2004”, a pesar de que los sindicatos
policiales y asociaciones de la Guardia Civil vienen denunciando que se
encuentran bajo mínimos y que hay un déficit importante de personal. Los datos
de la provincia son: el pasado año fueron registrados 32.320 faltas y delitos, con una media de 88,5 denuncias por día (sobre todo en las localidades más pobladas
y en el cinturón metropolitano), por lo que las infracciones penales bajan un 5,2% respecto a 2014. El informe
dice que el pasado año se denunciaron 1.986
robos en viviendas, con una media de 5,4
por día, lo que supone un 7% menos
que en 2014. Los atracos y el resto de robos con violencia también han bajado un 20% en la provincia. Hay
que decir que las cifras del Ministerio del Interior no siempre coinciden con la
Memoria de la Fiscalía General del
Estado, que son más fiables. España se ha
convertido en un paraíso abierto para muchos delincuentes y, al mismo tiempo, un
paraíso cerrado para miles de jóvenes españoles que tienen que ganarse la vida
fuera del país. Los delincuentes saben que hasta cierta cantidad sustraída es
falta, y la condena es mínima, aunque las faltas se van acumulando hasta el
juicio. Y la Policía está aburrida de detenerlos, un agente decía que un
conocido delincuente en Guadix había
sido detenido más de doscientas veces. Por esta serie de circunstancias
favorables, se les costea robar en España.
Posdata: está relacionado con el artículo 'Delitos contra la propiedad', publicado el 16 de febrero de 2016
Estos frecuentes asaltos de viviendas es para que causaran estupor y se produjera alguna reacción o movimiento. De cualquier forma, Guadix no se merece esta lacra.
ResponderEliminarLa palanqueta es el mismo sistema que utilizaron para robar en dos cuevas, en los Cerros de Medina, a principios de enero de 2016. Aunque aquí parece ser que sólo buscaban joyas y dinero, o también puede que salieran huyendo cuando salió un vecino. De los citados hurtos nada ha trascendido, los ladrones de viviendas no descansan y más en esta época en que muchos salen de vacaciones.
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