El 10 de diciembre de 2016 hizo 150 años que se inauguró la Línea Granada-Loja (1866-2016). Con este motivo, el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada organizó el viaje de Granada a Guadix, en un tren chárter, que salió de la Estación de Andaluces, a las 9:30 horas, donde íbamos 180 personas: 50 socios eran del Centro Artístico y el resto lo componían miembros de la Asociación Granadina de Amigos del Ferrocarril y del Tranvía (Agraft), de la Sociedad Filatélica y Numismática de Granada y del Centro de Estudios Pedro Suárez de Guadix. Se puede decir que otros tantos se quedaron sin billete. El viaje fue un acto reivindicativo, debido al aislamiento ferroviario de Granada por parte del Gobierno de la nación, que sólo mantiene abierta la Línea Granada-Almería, debido a las obras del AVE en Loja. En el Centro Artístico estuvo expuesta una maqueta del antiguo tren y también se celebraron conferencias sobre el tren. En el trayecto pudimos apreciar unos vistosos paisajes verdes, debido a las últimas lluvias, y también hizo un día de sol radiante con una temperatura máxima de 19 grados. El tren paró en la Estación de Huélago, unos diez minutos, para dar paso al que venía de Almería a Granada. En broma se dice que esta es la línea de los doce pueblos, pues pasa por Huélago, Darro y “diez más”, en referencia a Diezma, según me cuenta José Mondéjar.
Poco antes de llegar a Guadix el paisaje
cambia completamente, hacen su aparición los montes con las cárcavas, en forma
de dientes de sierra que miran al cielo. Es un paisaje único. Sobre las 10:40
horas llegamos a la Estación, donde el concejal de Turismo, Iván López Ariza, recibió
a la comitiva y seguidamente fuimos dando un paseo hasta colocarnos al otro
lado de las vías, donde se encontraba fuera del hangar la histórica locomotora
de vapor Baldwil 140-2054 Guadix,
como así la denominó Renfe. Fue construida en 1928, en Sestao (Bilbao), por la Sociedad Española de Construcciones Babcock
& Wilcox, que era filial de la sociedad
británica del mismo nombre. El maquinista puso en marcha la locomotora, echando
nubes de vapor y pitando con frecuencia, lo que hizo las delicias del público. También
se permitió que la gente subiera a la locomotora, para hacerse fotos, y aquí
disfrutaron de lo lindo chicos y grandes. La mayoría de las locomotoras que se
vendieron en los diferentes países de Europa, durante el siglo XIX, se fabricaron
en Escocia y muchas de las vías férreas españolas fueron construidas con
capital británico, como la línea de Guadix-Baza-Almendricos, que fue cerrada en
1984.
La Balwild en la Estación de Guadix |
Junto a la locomotora se encontraban
también varios miembros de la Almería
Western Club, vestidos con trajes de época. En una entrevista que le hizo
la Agencia Europa Press a la
presidenta del Centro Artístico, Celia Correa, manifestó que “ha sido una
experiencia única donde todos han disfrutado en una máquina extraordinaria”. Sobre
las 13 horas, los autobuses nos recogieron en la Estación para llevarnos a
Guadix, donde se organizaron cuatro rutas, con 50 personas cada una, que
visitaron las cuevas de la Ermita Nueva, las iglesias de Santiago y de San
Gregorio, el Teatro Romano y el Museo del pintor Julio Visconti. Dos horas
después, comieron unas 160 personas en el Hotel Palacio de Oñate, el antiguo
Hotel Comercio.
Cándido Marín es un maquinista jubilado,
que no ha querido perderse este viaje conmemorativo, pero, cuando el autocar pasó
por la avenida de Buenos Aires, le asaltaron los recuerdos: “Esto estaba
sembrado de eucaliptos pero los quitaron todos en 1972. En la Estación y en
Guadix vivíamos unos ochocientos ferroviarios, más otros doscientos auxiliares
en la Espartera, en pisos de alquiler. Entonces Guadix tenía 25.000 habitantes
y nosotros solíamos comprar en las tiendas de tejidos Romero. Pero, cuando Renfe
sustituyó las locomotoras de vapor por las de diesel, en 1967, tuvimos que
ponernos al día. La mayoría de los ferroviarios tuvieron que marcharse a
Almería, Linares-Baeza, Espeluy, Jaén, aunque muchos se vinieron a Granada. Y ya
me dirás, cuando años más tarde cerraron la línea Guadix-Baza-Almendricos. En
1954 cobraba 17,50 pesetas al mes, mientras que en 1959 ya me pagaban 105,40
pesetas de maquinista. Yo nací y me crié apegado a las vías, y entonces te
acostumbras al tren. Entonces, no había tanta seguridad como hoy. Años más
tarde me casé en Espeluy”. Al pasar por la rotonda de la avenida de Buenos
Aires, Cándido señaló con el dedo a los bloques de pisos y dijo: “Aquí había un
mercadillo de animales. Yo he ido recorriendo Levante y Andalucía y me jubilé
en 1998, con sesenta y tres años. Antes los expresos paraban cinco minutos en
la Estación de Guadix, pero hoy sólo paran un minuto pues apenas hay pasajeros.
Ahora están intentando eliminar la línea Granada-Almería…”. Más claro no se
puede decir.
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