viernes, 28 de febrero de 2025

LA LECCIÓN DE JOSÉ SARAMAGO

José Saramago


Cuenta una antigua leyenda maronita que hace muchos siglos existió un beduino bastante rico, llamado Amaar, el cual tuvo muchas mujeres y numerosa descendencia. Y cuando sus hijos se hicieron mayores, muchos de ellos se dispersaron por los confines del mundo: Europa, África, América, Palestina, Arabia... Los que arribaron a Europa, con el tiempo hicieron una revolución, levantaron una fortaleza en sus costas y, en general, vivían bien. Lo mismo ocurría con los norteamericanos. En cambio los hijos de Amaar, que no emigraron, siguieron viviendo en las tierras cálidas de los desiertos: se alimentaban de dátiles y, como sus antepasados, se desplazaban en austeros camellos. A pesar de que oraban varias veces al día, vivían prácticamente en la Edad Media y bajo las arbitrarias órdenes de los califas. Peor aún les fue a los africanos: cuando dejaron de ser explotados por sus hermanos del Norte, los colonos europeos, se desangraron en continuas luchas tribales. Al final vivían poco menos que en la Prehistoria y siempre estaban gobernados por ‘tiranuelos’, como Mobutu Sese Seko o el sargento Idi Amín Dadá. Sin embargo, en Palestinala tierra prometida- dos pueblos convivieron pacíficamente durante siglos: los palestinos, que ocupaban la mayor parte del territorio, y los israelitas –ellos se consideran el pueblo elegido-, que eran una minoría. Pero con el tiempo, los israelitas, ayudados por sus poderosos amigos, los norteamericanos, fueron echando a los palestinos de sus tierras. Y hoy Palestina se ha convertido en un polvorín, donde las madres claman venganza por la muerte de sus hijos, porque dos personajes un tanto siniestros imponen su ley: Sharon y Arafat. Se da por hecho que la paz en Oriente Medio no vendrá de la mano de ellos.

Pasaron los años y Amaar, el Beduino, se quedó ciego. Cuentan quienes le conocieron que, al final de sus días, lloraba amargamente su desgracia: ¿Pero, cómo es posible que mis propios hijos no hagan otra cosa que hacerse la guerra, o que unos exploten a los otros? ¿Y cómo se explica que la mayoría de ellos esté pasando hambre, mientras que unos pocos tiran la comida y viven en la más desvergonzada opulencia? Y a los vecinos que le preguntaban les decía, como tratando de justificarse: Yo crié a mis hijos bajo este techo y siempre les di a todos por igual, y mis mujeres los amamantaron con sus pechos. En medio de la más absoluta desolación, razonaba así: No me importa que mis hijos no sean iguales, incluso que unos tengan más que otros, porque esto es ley de vida. Pero no les perdonaré jamás a estos bastardos que se maten entre ellos, o que no se ayuden ni se miren como hermanos. ¡Y yo, desdichado de mí, que creí haberles inculcado algunos sentimientos...! Al final -dice la leyenda maronita-, Amaar se vio abandonado de sus ingratos hijos y murió de tristeza, al comprobar que su vida había sido un completo fracaso, y que ya no tenía ningún sentido seguir viviendo: ¡Si yo no hubiera nacido, mis hijos no estarían matándose!, fueron las últimas palabras de Amaar, el Beduino.

Pero lo cierto es que una ola de egoísmo e incomprensión se extendió entonces por la Tierra: los orgullosos europeos eran incapaces de comprender las costumbres y el atraso de sus hermanos árabes. Y al revés. Éstos creían que todas sus desdichas se debían a sus hermanos más ricos y no a sus sistemas políticos caducos. Y el tan siempre perseguido pueblo de Israel, cuando se sintió fuerte, oprimió a sus hermanos más pobres, los palestinos, mientras ahora ‘orvalla’ (llueve) sobre Ramala. El caso es que los hijos de Amaar, el Beduino, siempre andaban enredando, enfrascados en guerras interminables, o robándose los unos a los otros. Pero está escrito en el libro del Génesis: Al principio creó Dios el cielo y la Tierra. Pero la Tierra era informe y vacía y las tinieblas cubrían la superficie del abismo. Y unos días más tarde, dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra. Y más adelante, dice lo siguiente: Dios había plantado al Este del Edén un jardín delicioso, en que colocó al hombre que había formado. Pero lo que no dice el libro del Génesis –ni siquiera llegó a sospecharlo el desventurado Amaar- es que Dios, el Misericordioso, el Todopoderoso y el Sembrador, al esparcir los granos en el Paraíso, algunos cayeron en  pedregales donde había poca tierra y se secaron porque no tenían raices. Y desde entonces, aquel Paraíso de delicias, en que el Señor Dios puso al hombre para que lo cultivase y guardase, se convirtió para siempre en la Tierra del Egoísmo. Este cuento lo escribí en 2002 y tanto Sharon como Arafat hace años que fallecieron.

Guerra en Gaza


Precisamente en el mes de marzo de 2002, José Saramago, Premio Nobel de Literatura (falleció en 2010), visitó Cisjordania e Israel y en todo momento mostró su solidaridad con el pueblo palestino y criticó la actitud las autoridades israelíes. En una de las televisiones israelíes llegó a decir que lo que se estaba haciendo con la población palestina era lo mismo que los nazis hicieron con la población judía, comparando a Ramala con Auschwitz. El escándalo que generó en medios israelíes fue mayúsculo y, en una larga entrevista publicada en abril de ese año en la Revista Diners, Saramago dejó clara cuál era su postura.

¿Qué quiso decir al recordar a Auschwitz?

Quise decir exactamente lo que dije: cercadas por el Ejército israelí, rodeadas por más de 200 asentamientos de colonos, las ciudades y las aldeas palestinas, incomunicadas por carretera, están transformadas en auténticos guetos, donde no se puede entrar y de donde no se puede salir sin la autorización de las fuerzas militares israelíes. El comportamiento de esas fuerzas y, sobre todo, el espíritu que las impulsa se parece perturbadoramente a la acción y al espíritu nazi. Simplemente, la palabra Auschwitz, en Israel, es una palabra ‘prohibida… Auschwitz es, para los judíos, al mismo tiempo, una herida que nunca cicatrizará y un muro que no les permite ver la realidad. Al decir Auschwitz pretendí sacudir a la sociedad de Israel, forzar un debate, y el debate está abierto. Llamarme antisemita no resuelve nada. Para los judíos todo el que no es prosemita es antisemita (...).

¿Pidió perdón por lo que dijo?

Al serme preguntado, en una entrevista de la televisión israelí, si sería capaz de pedir perdón a las personas que se sintieron heridas por la palabra Auschwitz, respondí que sí, pero solo por haberlas herido, no por haber pronunciado la palabra. Si la palabra maldita les ofende, que la sustituyan por éstas: ‘Israel comete todos los días contra los palestinos crímenes que entran en la definición de crímenes contra la humanidad’.

La pregunta es: ¿qué no diría hoy José Saramago con los cerca de cuarenta mil muertos civiles (ancianos, mujeres y niños) en la guerra de Gaza, llevada a cabo por el Ejército israelí, en medio de tanto silencio cómplice? Sin embargo, ningún intelectual alza la voz hoy día ante tanta carnicería. Y en este plan, ¿de qué ha servido que miles de ucranianos hayan muerto defendiendo a su patria ante la invasión del tirano ruso, para que hoy venga el presidente de los Estados Unidos, un patán sin escrúpulos, legitimando la invasión y las muertes y, no contento con esto, quiere quedarse con las tierras malas de Ucrania. También quiere expulsar a los dos millones de habitantes, que viven en la Franja de Gaza, a Jordania y Egipto, cuando la Corte Internacional de Justicia ha dictaminado que se está cometiendo un genocidio. Ante tanta vergüenza y silencio, alguien tendría que alzar la voz y decir: La derrota de Ucrania es también la derrota de Europa. ¿Cuál será el próximo país europeo que invada Putin? Se repite la historia del acuerdo firmado en la conferencia de Munich, en septiembre de 1938, entre Alemania, Italia, Gran Bretaña y Francia: se cedió a Alemania la región checoslovaca de los Sudetes, que Hitler había invadido previamente, para no desairarlo. Sin embargo, cuando Alemania invade Polonia, en septiembre de 1939, se vieron obligados a declararle la guerra y entonces comenzó la II Guerra Mundial.

 Una tarde, a comienzos de siglo, el escritor portugués dio una conferencia en la Facultad de Ciencias de Granada y recuerdo que le pedí al escritor y actual director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que me lo presentara, pero en un momento dado me indicó de lejos que me acercara a saludarlo. Y allí me presenté yo solo: Mire usted, que yo soy de un pueblo al lado de Castril… Recuerdo la mirada fría y distante de José Saramago, como el que se pregunta: ¿Y este, de dónde ha salido? Poco después dio la conferencia en la facultad, abarrotada de estudiantes, pero había dado una lección de solidaridad al mundo denunciando el gueto de Israel a los palestinos.

Artículo publicado en Ideal en Clase

https://en-clase.ideal.es/2025/02/26/leandro-garcia-casanova-la-leccion-de-jose-saramago/?fbclid=IwY2xjawIuOJBleHRuA2FlbQIxMAABHfx4xLkygdfdDb8EUZ7bivA_Qjr9LbxKnEiifkhGM90iCWRdT3ktOWXM6w_aem_6glxXPmwl9rwQG43WEkPTA


lunes, 17 de febrero de 2025

VIAJE CULTURAL A MADRID III

 

El Retiro, al fondo el Palacio Real y la Almudena 


El 15 de enero visitamos la basílica de Jesús de Medinaceli, donde destaca la impresionante imagen del Cristo de Medinaceli, y seguidamente fuimos a la iglesia de los Jerónimos, donde se casaron los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, en 1906. Después estuvimos en el Parque del Retiro, con más de 15.000 árboles, aquí solía venir a pasear el escritor vasco Pío Baroja, en sus últimos años. El Palacio de Cristal estaba de obras y nos echamos fotos con el lago al fondo. Nos advirtieron de varias jóvenes carteristas, que charlaban amigablemente sentadas en un banco, unos metros más allá. Una se acerca al incauto turista y le pide la firma para una obra social, mientras que otra le abre el bolso o hurta la cartera. De regreso pasamos por la puerta de la Real Academia de la Lengua, que tiene izada la bandera en el balcón. Aquí vienen los honorables académicos a sus reuniones, pero hoy más que nunca hay muchos analfabetos que están destrozando nuestra lengua (con los anglicismos en los medios, el lenguaje inclusivo, etc.), la que nos legaron nuestros padres. También pasamos de largo por el Museo del Prado (había un prado, de ahí el nombre), pero iré a visitarlo en otra ocasión. Madrid, Madrid, ¡qué bien tu nombre suena / rompeolas de todas las Españas!, escribió el poeta Antonio Machado en 1936. Pasamos por delante de la mítica plaza de toros de Las Ventas, donde había largas colas de aficionados para sacar el abono en las ventanillas. Por la tarde fuimos al Palacio Real de Aranjuez, de estilo renacentista, situado en el Real Sitio y Villa de Aranjuez. Es una de las residencias de los reyes, aunque está gestionado por el Patrimonio Nacional. Aquí se conservan los aposentos de la reina Isabel II, La de los tristes destinos, como la denominó Pérez Galdos en uno de sus Episodios Nacionales, después de entrevistarse con la exreina, exiliada en París. Él era republicano y la había criticado mucho. También había cuadros de Fernando VII y de otros reyes. En los Jardines del Príncipe visitamos el pequeño Museo de las Falúas, donde destacan unas seis lujosas embarcaciones de recreo que los reyes utilizaban para navegar por el río Henares.

Escolares juegan en el patio de El Escorial


El último día la visita fue al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se puede decir que entre estos muros (fue considerado como una de las maravillas del mundo) se encuentra la historia de España. Fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI  por el rey Felipe II  y su arquitecto, Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera y otros. Situado en la Sierra del Guadarrama, desde 1984 forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad. Incluye un palacio real, una basílica, un panteón, una biblioteca, un colegio y un monasterio. Sus pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos hacen que El Escorial sea también un museo. La biblioteca tiene libros incunables y frescos en los techos, mientras que en los panteones se encuentran depositados los restos de las familias reales, como el de la reina María de las Mercedes, que falleció a los pocos meses de casarse con el rey Alfonso XII. Su muerte prematura dio lugar a la famosa canción Romance de la Reina Mercedes. También me llamó la atención el sepulcro con la estatua yacente del valeroso Juan de Austria, hermano bastardo de Felipe II, que combatió en las batallas de Lepanto y contra los moriscos rebeldes de Galera (Granada), entre otras.

Aspecto de la biblioteca


En el Panteón Real se encuentran los restos de casi todos los reyes y reinas pero no permiten echar fotos. ¡Cuánta historia hay en esos ataúdes, cuando España dominaba en los cinco continentes del mundo! Recordar que, en el monasterio de Yuste (Cáceres), el emperador Carlos V, envejecido por la gota y por las guerras en Europa, abdicó en su hijo Felipe II aunque desconfiaba de su valía. Y Felipe II encerró en una celda a su hijo don Carlos porque conspiraba contra él. De joven le hicieron una trepanación que le causó daños en el cerebro y se mostraba muy agresivo. Sin embargo, la leyenda negra lo convirtió en mártir. Es conocida la anécdota de Felipe II que, cuando pasaba delante de un cuadro de los Reyes Católicos, solía decir: A ellos se lo debemos todo. En los muros de la Sala de Batallas, del monasterio, el citado rey encargó realizar un fresco representando la batalla de La Higueruela, que es seguramente la pintura histórica más extensa. Tuvo lugar el 1 de julio de 1431, en las inmediaciones de Medina Elvira, situada en la Sierra de Elvira, término municipal de Atarfe (Granada). Solo quedó en pie una pequeña higuera que dio nombre a la batalla. Copio este párrafo, del granadino Lafuente Alcántara: Juan II no sacó provecho de su victoria; mal aconsejado por algunos de sus nobles… decidió levantar el campo y replegarse hacia Córdoba, con el pretexto de que eran escasas las provisiones. Se contentó el rey con imponer un nuevo rey en el trono granadino, recibir su homenaje y tributos.

En esta casa nació Miguel de Cervantes


 Por la tarde visitamos Alcalá de Henares, patria del insigne Miguel de Cervantes y también de Manuel Azaña, que fue presidente de la II República y el más destacado intelectual. Paseamos por la Universidad de Alcalá, que fundó el cardenal Cisneros, y donde cada año tiene lugar la entrega del prestigioso Premio Cervantes. Y aquí finalizamos el viaje cultural. Debo añadir que escribí una reseña favorable del hotel de Aranjuez donde nos hospedamos, por el buen servicio que nos dispensaron; también envié una reclamación al Imserso, por el pésimo servicio de un restaurante de El Escorial. En el viaje de regreso a Granada, el viejo autocar (a la mitad de los viajeros no nos llegaba la calefacción) nos dejó tirados en la carretera, una vez pasado Despeñaperros, por lo que estuvimos una hora esperando a que viniera otro autocar. Una vez en marcha cogí el micrófono y elogié a Rafa, el guía del grupo, pues fue amable y servicial, así como el conductor. Un elogio seguido de aplausos nunca están de más. En conjunto, el viaje a Madrid nos encantó a la mayoría y también hubo buen ambiente entre todos, pero no se entiende que cada año el Imserso saque menos plazas de viajes culturales y que los hoteles y autocares sean de menor calidad.

 Publicado en Ideal en Clase

 https://en-clase.ideal.es/2025/02/20/leandro-garcia-casanova-viaje-cultural-a-madrid-y-iii/?fbclid=IwY2xjawIk865leHRuA2FlbQIxMAABHZZCWfoBM2xE2S7SAE85Z7DO7JZTPDE42Ub29zGEWk3dqXdoLeJlxJUQzQ_aem_5znfY_eNYdk7kaVtJ020cg

          

viernes, 14 de febrero de 2025

VIAJE CULTURAL A MADRID II

 

La devoción por la Almudena


El 14 de enero visitamos la Catedral de Santa María Real de la Almudena, de estilo neoclásico. En la cripta se encuentran los restos de personajes madrileños y de políticos importantes, está considerada como una de las mayores de toda España. La Catedral tiene cinco naves y, a sus lados, veinte capillas. En ellas han intervenido artistas como Mariano Benlliure (autor del monumento de Isabel la Católica y de Colón, en Granada) en los relieves, o Maumejean, con sus magníficas vidrieras que iluminan las capillas. Una de las capillas está dedicada a San Pedro Poveda, sacerdote, pedagogo y escritor que fundó la Institución Teresiana, y fue fusilado durante la Guerra Civil. El padre Poveda estuvo en el Seminario de Guadix y dio clase a los niños gitanos de las cuevas, los turistas suelen visitar la antigua escuela en el barrio de la Ermita Nueva. También es de admirar el desfile de  visitantes que suben y bajan las escaleras para contemplar la imagen de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid. Al lado de la catedral se encuentra el Palacio Real, que mandó edificar Felipe V, el primer rey Borbón; según la guía, el monarca estuvo detrás del incendio del anterior palacio real (había manifestado que no era de su gusto), aunque nunca se pudo demostrar. En octubre de 1975, Franco, bastante enfermo y deteriorado, dirigió unas palabras desde el balcón del Palacio Real a los miles de madrileños, que se congregaron en la Plaza de Oriente para manifestarle su adhesión. Como es sabido, falleció al mes siguiente. Ahora todo me parece más pequeño y menos mítico que cuando veía las imágenes en aquella televisión en blanco y negro.

Plaza de Oriente y el Palacio Real


Por la tarde el paseo fue por el Barrio de los Austrias, también por calles céntricas de Madrid. En la Calle Mayor se produjo el atentado contra el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia (sobrina de la reina Victoria de Inglaterra), en mayo de 1906. Se casaron en la iglesia de los Jerónimos y, al pasar la carroza real por la Calle Mayor, un anarquista lanzó una bomba, camuflada en un ramo de flores, desde la cuarta planta de una vivienda, pero golpeó en los cables de la catenaria del tranvía y desvió su dirección. La explosión produjo 28 muertos y un centenar de heridos, pero los reyes lograron salvarse. Un monolito con la estatua de un ángel recuerda el suceso: En memoria de las víctimas del atentado... La reina Victoria Eugenia, que transmitió la hemofilia a su hijo heredero, recordaba así sus años en España: Me recibieron con una bomba y me despidieron con la proclamación de la República.

La Puerta del Sol


La joven guía (no es la del día anterior) nos lleva por calles y placetas con tiendas antiguas, algunas del siglo XIX, y nos detenemos ante un restaurante, con una placa escrita en la fachada: Galdós recordó este restaurante en Fortunata y Jacinta. En la Calle de Cuchilleros (en Granada también están las calles de Cuchilleros, Almireceros…, que vienen de los antiguos gremios) vimos tiendas de cordelería-alpargatería, espartería, zapaterías, peluquerías, una antigua relojería… Copio los nombres de algunas calles: Calle de la Pasa, Pasadizo del Panecillo, Calle de la Sal. Después echamos fotos en la Plaza Mayor y en la Puerta del Sol

La Plaza Mayor, la guía está a la izquierda

La primera vez que estuve aquí fue en noviembre de 1977 (tras la muerte de Franco, las primeras elecciones generales fueron en junio de ese año) y recuerdo que me quedé paralizado cuando observé aquel espectáculo: un grupo de unos veinte jóvenes pasó por delante de la Dirección General de Seguridad (entonces estaban los famosos calabozos de la Policía Nacional y hoy se encuentra la Presidencia de la Comunidad de Madrid, con la torre del reloj que da las famosas campanadas de fin de año), mientras iban destrozando papeleras y lo que encontraban a su paso, a la vez que gritaban consignas. Unos instantes después salieron corriendo varios policías (les llamaban los grises) con las porras en las manos y un land rover gris persiguiendo a los jóvenes. Serían de las Juventudes Comunistas, bastante activas por aquellos años. El caso es que nunca había visto nada parecido y me temblaban las piernas. En aquella época, una noche vi a los actores Fernando Fernán-Gómez y  a José Luis López Vázquez que iban hablando por una bocacalle, cerca de la Puerta del Sol. Después del paseo por el Barrio de los Austrias, una mujer del grupo se dio cuenta por la noche que le habían robado la cartera del bolso, con toda la documentación y las llaves. Puso la denuncia en comisaría al día siguiente y le proporcionaron en el acto un carné de identidad nuevo. Barcelona y Madrid son las ciudades donde más carteristas hay y más robos se producen.

Capilla dedicada a san Pedro Poveda


Artículo publicado en Ideal en Clase

viernes, 7 de febrero de 2025

VIAJE CULTURAL A MADRID I

 

El Casino, al fondo la Academia de San Fernando 



A mediados de enero, mi mujer Antonia y yo hicimos un viaje cultural por el Imserso, a Madrid, Aranjuez, El Escorial…, con un grupo de unos 50 granadinos. El primer día, por la tarde, el autocar nos deja en la calle Sevilla de Madrid, una bocacalle de la calle de Alcalá (desde aquí se ve al fondo la Puerta del Sol). Rafa, el guía del grupo, señala la puerta del Real Casino de Madrid y nos dice: Si quieres ser socio tienes que pagar 1.500 euros al mes. En la misma acera y dos edificios más allá está la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ubicada en un palacio del siglo XVIII con un museo de arte. Minutos después llega la guía de Madrid, una mujer rubia, simpática, con gafas de sol y de unos cincuenta años, que nos va a enseñar el Barrio de las Letras.

Al comienzo de la Calle Sevilla, a la izquierda y en la parte alta de un edificio histórico, pueden admirarse sobre unas torretas dos esculturas, denominadas las Cuadrigas: dos jinetes, cada uno sobre un carro tirado por cuatro caballos. Los generales romanos entraban triunfalmente en las ciudades montados en una cuadriga. La Calle Sevilla, de unos quinientos metros, tiene unas galerías comerciales que quitan el hipo, y termina en la Plaza de Canalejas (dedicada al famoso político José Canalejas, que fue presidente del Consejo de Ministros y asesinado en la Puerta del Sol por un anarquista, en 1912, al lado de la desaparecida Librería San Martín). En realidad es una placeta, donde se encuentra la tienda Violeta (de violetera), que vende caramelos en unas cajas de ensueño junto a otros comercios. Poco después llegamos a la Calle de las Huertas (antiguamente, aquí se encontraban las huertas) y ya estamos en el Barrio de las Letras, llamado así por los escritores que vivieron aquí. Hay que decir que Madrid, a mediados del siglo XIX, tenía unos 50.000 habitantes. Al comienzo de la citada calle, a mano derecha, se encuentra la iglesia de San Sebastián pero en el siglo XIX los cementerios se encontraban junto a las iglesias, como ocurre actualmente con las iglesias protestantes en Suiza y en otros países del norte de Europa. Por cuestiones sanitarias, en España se dictó una orden a finales del siglo XIX para que los camposantos estuvieran ubicados fuera de la población. De manera que donde estaba el cementerio antiguo hoy se encuentra un bar con terraza y, según la guía, se cree que debajo de la terraza se encuentran los restos del escritor y dramaturgo, Pedro Calderón de la Barca. La Calle de las Huertas está llena de comercios y librerías, con frases grabadas con letras doradas sobre el asfalto: de la poetisa Rosalía de Castro, de Gustavo Adolfo Bécquer (volverán las oscuras golondrinas... La guía aclara que, como el poeta romántico no se aseaba, provocaba rechazo en las mujeres) y de la novela Misericordia (un desfile de pordioseros, tullidos y menesterosos de los bajos fondos de Madrid), de Pérez Galdós. Avanzamos unos cientos de metros y a la izquierda se encuentra el Palacio del Príncipe Negro, un musulmán que adoptó el rey Felipe II y años después cursó estudios. También pasamos por la calle del escritor José Echegaray, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1904, sin merecerlo, según la guía.

 

El Callejón del Gato

Pasamos por la Calle Álvarez Gato, o Callejón del Gato, donde a comienzos del siglo XX un comerciante, para atraer a la clientela, instaló en la fachada de la tienda dos espejos deformantes. Así los describía Ramón Gómez de la Serna: Calzados en la pared y del tamaño del transeúnte de estatura regular, [los] dos espejos, uno cóncavo y otro convexo, deformaban en don Quijote y Sancho a todo el que se miraba en ellos. El protagonista de Luces de Bohemia (obra famosa de teatro, de Ramón M. del Valle-Inclán), Max Estrella, un poeta ciego y acabado que pasa sus últimas horas peregrinando por el Madrid más turbio, le dice a don Latino haciendo una metáfora sobre el Callejón del Gato: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada… España es una deformación grotesca de la civilización europea. Más adelante contemplamos la fachada del Ateneo, después admiramos el Congreso de los Diputados, en la Carrera de San Jerónimo (¡cuántas veces lo habremos visto en la televisión!), donde nos hacemos fotos, mientras que enfrente y un poco más abajo hay una estatua del insigne  Miguel de Cervantes, en la que nadie presta atención. También contemplamos las fachadas del famoso Teatro de la Zarzuela y del Círculo de Bellas Artes.

 

La Zarzuela. La guía lleva gafas de sol

A mitad del paseo, la guía hizo una parada y comenzó a hablarnos del fusilamiento del poeta Federico García Lorca, que la familia desenterró el cadáver y se lo llevaron… Cuando pude, le di mi opinión mientras caminábamos por las céntricas calles: Cada granadino tiene una teoría sobre el poeta, en el Barranco de Viznar fusilaban a los prisioneros al amanecer y seguidamente los enterraban en las fosas comunes. Con Federico no hicieron ninguna excepción y fue enterrado como uno más entre los centenares de granadinos, en aquellos días sangrientos de agosto de 1936. Con el tiempo surgieron toda clase de leyendas que contribuyeron a darle más fama al poeta granadino.  También le mencioné a la guía que, por la mañana, cuando el autocar iba por la calle de Alcalá, a medio kilómetro de la Puerta del Sol, me fijé en una lápida que hay en la segunda planta, de la fachada un edificio alto y moderno, con esta leyenda: Aquí vivió Federico García Lorca desde 1933 a 1936... El poeta partió para Granada en julio, cuando estalló la Guerra Civil,  pensando que con la familia estaría más seguro pero lo fusilaron poco después, en agosto de 1936. Cuando me despedí de la guía, parecíamos dos viejos conocidos y se puede decir que todo el grupo disfrutó de una tarde agradable paseando por el Barrio de las Letras y escuchando las anécdotas de los escritores, viendo los edificios históricos y las antiguas tiendas. Esto es lo que diferencia a los buenos guías de los mediocres.

Artículo publicado en Ideal en Clase

https://en-clase.ideal.es/2025/02/06/leandro-garcia-casanova-viaje-cultural-a-madrid/?fbclid=IwY2xjawISpKpleHRuA2FlbQIxMAABHVnNABUMe6A0sW_wQ-_vKAyAGloa44PDxYp6pl4N3OBwpZMZ4uWDVPWb_A_aem_EBbSJ1Y52Y8LpC4XKg4dSw