domingo, 23 de junio de 2024

CALLE DEL ROSARIO


 



Simpática foto de los niños jugando a la pelota en las Casas Baratas, no me ex­plico cómo no rompíamos algún cristal. Los vecinos normalmente no se queja­ban, salvo doña Virginia, la comadrona, que se asomaba a la ventana con cara contrariada. Vivía en la primera casa entrando en la calle, a la derecha. Y mira que había eras para jugar, pero los zagales, ya se sabe, con tal de dar por saco. En esto, Leandro salió y les endiñó una foto. El pueblo estaba lleno de chiquillos y todavía no habían construido la Cruz de los Caídos.

Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro (1920), edición de autor. Se vende en el Ecomuseo y en el Estanco de Castilléjar, a 10 euros.

lunes, 10 de junio de 2024

Ruta de Castilléjar, El Cura, Galera y La Alquería

Castilléjar al atardecer



El 24 de mayo pasado, salimos de Castilléjar poco después de las diez horas y, en el Cortijo del Cura, abandonamos la carretera y nos desviamos en dirección al Cortijo de San José, al que se le han derrumbado las paredes laterales de los dormitorios. Amenaza ruina y es una pena que se pierda este histórico cortijo de más de dos siglos, construido por el párroco de Galera, José Sánchez del Barco y Barnés en el siglo XVIII. Años después, en 1795, mandó excavar algunas cuevas al lado de la carretera de Huéscar y de ahí viene el topónimo el Cortijo del Cura. En el Cortijo de San José vivió parte de mi familia paterna durante más de un siglo y es propiedad de la familia Crisnejas, de Huéscar. El camino que lleva a Galera se llama Río de Castilléjar, porque discurre paralelo al río. Un par de kilómetros más arriba nos paramos debajo de la Cueva Alta, que perteneció a mi abuela; fue construida entre el hueco de la roca y su estado es ruinoso, pero el morro del monte se asemeja a un animal mitológico. Un cortijeño me decía hace unos veinte años: En esa cueva puede que haya estado yo dando clase. Lo cierto es que hace años encontré en una habitación un tintero antiguo, encajado en un soporte de hojalata y clavado en la pared. Lo tengo como recuerdo en mi escritorio. Unos trescientos metros a la izquierda se encuentra la Cueva de las Paleras (debido a las palas de las chumberas), donde se casaron mis padres en 1946. Aquí encontró Jesús Martínez Lorente (hace bastantes años, cuando pintaba la cueva) una cartera de madera hecha a mano, con el nombre y apellidos de mi padre, donde guardaba la libreta de los deberes. Unos centenares de metros, a la derecha de la Cueva Alta, se encuentra la cueva donde nació mi abuela, hoy es propiedad de un inglés, pues mi tío Bonifacio se la vendió hace unos quince años. Estos parajes me traen muchos recuerdos, pues cuando éramos niños mi padre nos traía en su moto Bultaco a la cueva de los abuelos y, ya de jóvenes, a estas Cuevas del Mosco para echar la mañana en unos bancales que él cultivaba en sus ratos libres, por debajo de la Cueva Alta

El cortijo de San José, en ruinas

Custo y mi mujer Toñi, debajo de la Cueva Alta

La cueva de Las Paleras

Unos kilómetros más adelante contemplamos el histórico manantial de La Hedionda, porque hiede a huevos podridos, sus aguas sulfurosas son medicinales y están junto a la acequia del Botero, en recuerdo de un artesano que hacía botas. En la parte baja de la vega se pueden contemplar los meandros del rio Galera mientras que en la otra orilla está el Llano de Gálvez. Lo curioso es que el río va cambiando de nombre dependiendo del lugar: en Castilléjar lo llaman rio Galera, y en Galera, rio Castilléjar. Y en Orce, rio Orce. El camino discurre por debajo de los montes blancuzcos y moteados, con unos acantilados espectaculares, pero el terreno es flojo y hay desprendimientos. Lo asfaltaron hace unos veinte años y por aquí venían los campesinos de el Cortijo del Cura a vender las frutas y verduras a los mercados de Huéscar, de Galera y de Orce

Unos acantilados de película

Manantial La Hedionda y la acequia del Botero

Antes de llegar a Galera, desde lejos destaca la impresionante mole de El Castellón Alto, con el poblado argárico donde aparecieron hace unos años las momias de Galera.  Entrando a la villa se encuentra la Cruz de los Caídos (la antigua cruz, con los nombres de los caídos, fue sustituida por esta, pero la han conservado). De aquí tengo una entrañable foto con mis padres y con mi hermana, cuando yo tenía dos años. Cerca se encuentra el antiguo pilar con sus caños para las caballerías, que data de 1928, mientras que en Castilléjar les faltó tiempo para quitarlo de en medio.

La Cruz de los Caídos


El pilar de las caballerías

El retablo de la iglesia, con el artesonado mudéjar
Atravesamos las calles de Galera, trazadas a cordel, visitamos la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, compramos vino en una bodega y entramos en el viejo cementerio. Cerca de la puerta de entrada, a mano derecha, se encuentra el nicho de mi bisabuela. Sorprende ver que la lápida parece reciente, como si no hubiera pasado el tiempo: “Mercedes García Gómez, viuda de Leandro García Rayón, falleció el 3 de marzo de 1948, a los 83 años de edad…”. Tuvo cuatro hijos y muchos nietos, sin embargo su  primera bisnieta nació nueve meses después de su muerte. Unos metros más abajo está el nicho de Jesús Fernández de la Rosa, que murió en 1920: laborioso comerciante, reza en la lápida. El nieto, Jesús Fernández Fernández –falleció en el verano de 2005–, fue alcalde y escribió el libro Galera: treinta siglos de Historia, junto al historiador Jesús María García Rodríguez. El bueno de Jesús me contaba en su escritorio: Después de la Guerra Civil, tu bisabuela vino al pueblo montada en una burra, con un fajo de billetes de la República, y mi padre se los fue cambiando por los billetes nuevos de la Dictadura. Otro día tuvo el detalle de entregarme una octavilla, escrita a máquina por él, con la fecha de la llegada de mi bisabuelo a Galera. Dice así: “En el Libro Capitular de Actas del Ayuntamiento de Galera del año 1.902, en la del día 30 de Diciembre del mismo año aparece, entre otros asuntos, que: Desde Huéscar, se viene de vecino a Galera, Leandro García-Fresneda Rallón (sic)”. Don Andrés Fernández (falleció unos años después que su hermano Jesús) fue mi primer maestro en Castilléjar. Venía en la moto desde Galera a dar las clases.
Arriba, el nicho de mi bisabuela Mercedes

Imágenes del cementerio de Galera


Después visité el nicho de Carmen Reche –hermana de la Tía María, la madrastra de mi madre Adoración. Cuando esta nació, su madre murió a consecuencia del parto–, que murió hace unos dieciséis años. La primera vez que vi su rostro, en el portarretratos del nicho, me emocioné y lloré. ¡Pobre Carmen, enviudó pronto y se quedó sola pero tenía un corazón de oro! Cuando yo la visitaba me contaba anécdotas de mi familia materna de Orce, era un manantial de recuerdos y le cogí cariño. Un poco más allá encontré el nicho de mi tía Carmen García-Fresneda, que murió en diciembre de 1994, dos meses antes que mi madre. Cuando Carmen se enteró que tenía cáncer, fue a visitar el nicho de mi padre en el cementerio de Granada y allí se hartó de llorar. Un poco más allá, debajo del viejo pino, está enterrado en una fosa común –donde fueron apilando como fardos a los fusilados de la Guerra Civilmi bisabuelo Leandro, mi padre siempre lo recordaba con mucha nostalgia. Nació en 1862 (al presidente Linconl, de los Estados Unidos, lo asesinaron en 1865) y murió en diciembre de 1937, a la edad de 75 años, de un infarto. Aquí yacen para siempre, junto a otros galerinos, debajo de la única carrasca del cementerio, sin una triste lápida para poder rezarles una oración.

Enterrados, debajo del viejo pino

El  nicho de Ángeles Domingo

Cerca se encuentra el nicho de mi prima Ángeles Domingo (fue como una hermana para mí), hija de Carmen, que murió en febrero de 1995, con 45 años. En la foto oval sale con un pañuelo rojo en el cuello y en la lápida destaca una frase que habla de su mirada tranquila y de su eterna sonrisa. Dos metros más arriba está el nicho de su padre, Pepe Domingo (componía coplas de ciego y las recitó en el Teatro de Castilléjar, a comienzos del siglo), que murió seis meses después posiblemente porque no pudo soportar la pérdida de Ángeles. No encontré la lápida de mi tía Mercedes y de su marido Aurelio, que fallecieron en 2010 y 2013, respectivamente. Cuando iba a Castilléjar me quedaba en la casa de ellos, en Galera, recuerdo que siempre que me saludaba mi tía, decía: ¡Qué giro! (¿dónde vamos?), un modismo de la comarca de Huéscar. Mi hermano mayor, que también se llamaba Leandro, murió de bronquitis en 1952, con casi dos meses de vida. Fue enterrado en una fosa pero nadie de mi familia sabe dónde se encuentra. La mortalidad infantil era muy alta en aquellos años de racionamiento y en 1953 empezaron a poner las primeras vacunas a los niños, a nivel mundial. 

Cementerio de La Alquería

Tumba de los abuelos de Custo Pinteño

La ermita de San Isidro

Después de comer nos dirigimos a La Alquería y recorrimos la larga calle principal, donde se alinean las casas. De aquí procede la familia de mi abuela Blasa Domínguez Navarro (ignoro si queda algún familiar suyo), así como la numerosa familia materna de Custo Pinteño Domínguez, por lo que su madre y mi padre eran primos segundos. Custo y sus hermanos tienen bancales por debajo de las Cuevas del Mosco, igual que mis hermanos y mis primos, porque antiguamente fueron propiedad de la familia de los Domínguez. Hicimos algunas fotos del cementerio de La Alquería y de la vistosa ermita de San Isidro Labrador (parecida a la ermita de la Virgen de Lourdes, de Los Carriones), y sobre las 18 horas emprendimos el regreso a Castilléjar. En el cementerio nuevo de Castilléjar están enterrados mis abuelos paternos, familiares y conocidos, otro día le dedicaré un artículo. 

Posdata: La última vez que vi a mi abuela fue debajo de la Cueva Alta, le decía algo a mi padre mientras subía por la cuesta, a la cueva que hay por debajo, a la izquierda. Iba vestida de negro hasta los pies (mi abuelo vivía pero era la costumbre en los años sesenta), con el pañuelo en la cabeza y solo se le veía la cara.

Aguas medicinales del Reino de Granada

https://blogdegarciacasanova.blogspot.com/2017/03/aguas-medicinales-del-reino-de-granada.html

Sendero: Castilléjar, Galera y Cortijo del Cura

https://blogdegarciacasanova.blogspot.com/2013/07/sendero-castillejar-galera-y-cortijo.html

martes, 4 de junio de 2024

LA VENTA DEL AGUA

 

El Negratín. Geoparque de Granada




El 3 de junio, venían estos titulares en el periódico Granada Hoy: Los regantes de Jabalcón aprueban la venta de agua del Negratín a Almanzora (Almería). La medida, que ha levantado polémica en la zona, ha tenido un respaldo masivo de los comuneros. Se venderán 4 hectómetros cúbicos por 1 millón de euros, que se destinarán a pagar el canon y a modernizar la comunidad.

El periódico informaba que la Comunidad de Regantes del Canal de Jabalcón aprobó en la junta extraordinaria la venta de agua del Negratín a los regantes de Almanzora, unos 4 hectómetros cúbicos de agua y que ha levantado polémica en la zona, pero que ha tenido un respaldo de más de 960 votos a favor y apenas una treintena en contra. Y que el presidente de la Comunidad de Regantes de Jabalcón, José Molina, ha explicado que la Confederación nos dio este año una dotación de agua fuera de plazo que es cuando ha llovido y nos sobran unos cuatro hectómetros cúbicos que no vamos a utilizar. Y para eso están los contratos de cesión, porque a nosotros nos pasan las tarifas al cien por cien y es un agua que ya no podemos utilizar y tampoco podemos guardar. De manera que la venta se va a realizar por un millón de euros.

Al hilo de esto, el alcalde de Benamaurel, Francisco Torregrosa, del PSOE, comentó la pasada semana que el agua no es un recurso con el que hacer negocio y pidió que, en caso de ceder su uso, habría que tener en cuenta primero a las comunidades de regantes vecinas que puedan necesitarla esta campaña. Se hace necesaria una política coordinada en materia de agua en las comarcas de Baza y Huéscar, y añadió que la zona no puede estar continuamente criticando el trasvase Negratín-Almanzora y ahora pretender vender su agua. No hace falta decir que le sobran razones al alcalde de Benamaurel. Sin embargo, el concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Baza, Antonio Peña, defiende a los regantes de Baza y de Benamaurel: Lo que hay que analizar es por qué se ha producido. Está permitido por ley y es un agua que no se iba a utilizar, por lo que a la comunidad le vendrá muy bien el millón de euros para hacer modernizaciones que les hacen mucha falta, por lo que respetamos lo que hagan, y ha calificado el hecho como puntual.

Hay que recordar que, el 16 de septiembre de 2023, nos reunimos unas 1.500 personas en Benamaurel y recorrimos los dos kilómetros que hay hasta el puente sobre el río Guardal. A la manifestación acudieron numerosos vecinos de Castilléjar, de Cortes y de otros pueblos cercanos. La plataforma de Benamaurel, que organizó el acto, encabezada por Mariluz Gómez, denunció que el agua apenas llega a la vega de Benamaurel (en Castilléjar y Cortes la situación era idéntica), por lo que los regantes y ganaderos son los más perjudicados así como que el río Guardal se encuentra prácticamente muerto.  La situación casi catastrófica se debía al abandono  de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, por lo que se pedían medidas urgentes ante la falta de riego y la inminente desaparición del río Guardal. Exigimos el caudal ecológico y los derechos históricos de riego que nos han ido quitando a lo largo de los años, desviando el agua del Canal de San Clemente a los nuevos cultivos intensivos. Recuerdo que esa mañana el río Guardal bajaba con más caudal por debajo el puente de Benamaurel, pues la manifestación tuvo eco en varios medios de comunicación. El problema del escaso caudal se solucionó a medias, en la Confederación recibieron a algunos alcaldes mientras que los pueblos tributarios del río Guardal tomaron conciencia de que juntos pueden conseguir que los escuchen, ya que la mayor parte del caudal del rio iba destinado a los cultivos intensivos de los empresarios murcianos.

Es sabido que el pantano del Negratín abastece de agua a la ciudad de Sevillaen la Expo-92 de Sevilla estaba el famoso Pabellón del Agua, donde se derrochó a manta mientras que en la comarca de Baza hubo restricciones de agua, pero entonces nadie protestó–, y que los agricultores de la comarcas de Huéscar y de Baza se han quejado siempre porque el Gobierno andaluz hacía frecuentes trasvases desde el pantano del Negratín a la Cuenca del Almanzora y a otras cuencas, mientras que a ellos les faltaba el agua. Esta tierra es reseca y semidesértica, donde el agua de regadío es escasa pues las nubes descargan en Sierra Nevada. Recordemos los juicios que tuvieron Baza y Castril por el agua del río Castril, que llegaron hasta el Tribunal Supremo y que tuvo que intervenir hasta el Gobierno de Madrid. Pero resulta que ahora, como si estuviéramos en tiempos de abundancia y de lluvias, la Comunidad de Regantes de Jabalcón se dedica a vender el agua sobrante del rio Guardal a Almanzora.

El rio Guardal, en Puente Arriba. I love Benamaurel





El uno de junio, Mariluz Gómez reproduce en Facebook las declaraciones del alcalde de Benamaurel, en Ideal. Copio estos comentarios sobre la noticia:

Mariluz Gómez. Nadie entiende el porqué van a hacer eso.

Leandro.  Y Luego nos quejamos que la Confederación no da agua...

Cary Jiménez. Eso está muy bien, venden el agua y los de las Cuevas del Negro y alrededores sin poder regar…

Y Estanis Fernández, un zujareño, escribe en Facebook el 3 de junio: Definitivamente nos hemos vuelto locos.... En Zújar sacando agua de los pozos para regar por no tener un trasvase adecuado o sacar un ramal del canal del Jabalcón para regar los invernaderos, y los iluminados de Baza y Benamaurel vendiendo el agua a los almerienses... Paradojas de la vida. Puerto Lumbreras y Vera, que están a 80 km, se riegan con el Negratín, y Zújar que lo tiene al lado no puede, que venga alguien a explicármelo que yo, o soy muy tonto o no me entero...

Unos y otros no salimos de nuestro asombro y pienso que, con qué derecho y con qué cara podemos manifestarnos ahora los ciudadanos –las comarcas de Baza y de Huéscar han sido secularmente abandonadas por la Administración granadina y andaluza, pues aquí solo invierten los empresarios murcianos, de manera que prácticamente somos una colonia de la Comunidad de Murcia–, exigiendo a la CHG el caudal ecológico y los derechos históricos para los agricultores tradicionales. Y lo que es peor, ya no tenemos ninguna razón para oponernos a los futuros trasvases de agua a la cuenca de Almanzora u otras, cuando unos agricultores la venden para hacer negocio. Y que esto ocurra en las comarcas de Baza y de Huéscar, que tienen una fuerte emigración, son de las más pobres de la Unión Europea y viven precisamente de la agricultura. Ante este negro panorama, habría que preguntarse: ¿cuál será el siguiente paso, vender el rio Guardal al mejor postor?

Los regantes aprueban la venta del agua...

https://www.granadahoy.com/granada/Agua-negratin_0_1908409412.html