Hermandad de Ánimas, de Castilléjar, años 60. Leandro García |
“El Día
del Nacimiento (25 de diciembre), vuelta por lucha: a misa, merienda y juerga”,
me dice Dolores Mañas, ‘la Manca’. “¡Entonces hacíamos unos bailazos!... Yo,
comparación, estaba bailando con mi novio, y llegaba otro y decía: ‘Dos pesetas
porque se vaya el novio y no baile más’”. Y, claro, éste subía a cuatro
pesetas. “Pues yo doy seis”, replicaba el otro... “Pero cuando uno decía, ¡ánimas
benditas!, entonces se plantaba, y al otro le tocaba pagar todo lo que habían
apostado”. Así era el ‘baile de Pujas’ en Castilléjar. En esto, Dolores no
puede evitar un ramalazo de nostalgia: “Nosotros nos ‘casemos’ después de la
guerra y la tía María ‘la Bolilla’ fue la guisandera”. Josefa, la del pan, va
directamente al grano: “Con tres celemines de harina, salían unos siete panes
de a quilo... En los años 50, teníamos que hacer turnos por Navidad: diez o
doce mujeres venían por las noches a hacer sus dulces caseros, y por el día
cocíamos el pan”. Josefa recuerda que entonces las mujeres amasaban en su casa,
“en una artesa, y nosotros íbamos por las casas recogiendo los panes en una
tabla. También teníamos que salir todos los días a por una carga de leña al
monte, aunque estuviera nevando”. En estas andanzas me acompaña Rafaelillo, el municipal,
y me cuenta que algunos niños, cuando no se portaban bien, “la víspera de Reyes
encontraban los ‘alpargates’ en la ventana llenos de cagarrutas de las cabras”.
Y luego, cuando se anima, me larga este villancico: “Esta noche es Nochebuena y
mañana es Navidad, / saca Perico la bota que nos vamos a ‘chispar’”.
Andrés
Martínez, el molinero, es la viva memoria de lo que ocurría en Castilléjar en
los años treinta: “Por abrazar a la novia, vale tanto”, señalaba el encargado
del baile de las Ánimas. “Y tú tenías que pujar: ‘¡A ver, tráeme a fulana que
quiero bailarla!’”. Pero Andrés asegura que “hubo muchos palos por esto y que
entonces, con una peseta, te corrías una juerga”. ‘Rafa’ Cuevas, director de
las revistas ‘Úskar’ y ‘Cuadernillos de la Sagra’, de Huéscar, me acompaña a la
aldea de La Parra a visitar a Roque Rodríguez, apodado ‘el Abujeros’, que
escribe trovas y también canta con ‘los Cuadrilleros de San Clemente’: “¡Abran
las puertas del templo!, / que venimos a adorar a Jesús Sacramentado / que está
puesto en el altar”. Este canto “lo hacemos en la ‘mesma’ puerta de la iglesia
y luego le vamos cantando al cura mientras se viste. Tocamos hasta cincuenta
coplas en la misa del Día del Nacimiento”. Y el juglar nos canta esta trova
popular: “¡Santo, Santo, Santo, San Antón! / ¡Qué Santo tan ‘afortuno’! / Tú ya
tienes tu lechón, / ¿pero cuántos no tendrán ninguno?”. Mariano Teruel, ‘el
Barranquero’, también se deja caer: “¡Oh divino San Antón! / Antes de que se
cumpla el plazo, / si me guardas el lechón, / yo te traeré un espinazo”. Y a
‘Rafa’ le sienta bien el relente del pantano: “Ojalá, que en vez de ir dando
voces por la vida, pudiéramos sentarnos a la lumbre a contar nuestra historia,
o cantar como hoy una improvisada trova. Seguro que nos iría mejor”.
Plaza Mayor de Huéscar. Turismo de Granada |
Es la
una de la tarde del Día de la Inmaculada y, en la plaza Mayor de Huéscar, la
gente se va animando mientras los bares no dan abasto. Llama la atención un
pequeño remolque con este letrero: “Peso 180 kg”. Por curiosidad, uno se asoma
al remolque y descubre, con asombro, al cerdo –con perdón- más grande que haya
visto en su vida. El animal, que parece un hipopótamo de secano, está echado
sobre un poco de paja y lo único que mueve son los hocicos, como diciendo:
“¿Qué habré hecho yo para que me miren tanto?”. Seguramente ignora que un poco
más allá, en la otra esquina, están vendiendo las papeletas y preparando el
saco: “¡Oiga, a cuarenta duros la tira!”. Pero, a las dos en punto de la tarde,
Huéscar parece la ciudad sitiada de Kandahar: el estampido de los cohetes
retumba sobre el azul cielo ‘güesquerino’, y los lugareños, presurosos,
convergen desde las calles hacia la plaza Mayor, porque la función va a
empezar: “¡Señores, hagan el favor, se va a proceder a la rifa del marrano de
San Antón!”. Todas las papeletas vendidas, con el nombre de cada comprador, se
meten en un saco. Y ya sólo queda esperar a que salga el número agraciado. Pero estoy por decirle que el cochino –con
sus 16 arrobas- va atando cabos: “¿Y qué estarán celebrando hoy con tanta gente
y tanto petardo?”. Sin embargo, la tradición se ha perdido ya:
"Antiguamente, al marrano lo dejaban suelto por las calles y se pasaba
todo el verano comiendo –trigo, panizo o lo que le echaran-, hasta que lo
rifaban por la Inmaculada”, señala Rafa Cuevas.
De
Puebla de Don Fadrique se dice que es la ‘Puerta de Andalucía’, pero el portal
debe estar abierto porque un frío de nieve de la Sagra –sierra sacra- da la
bienvenida al forastero. Esperanza Rodríguez, presidenta de la Asociación Local
de Mujeres ‘Conmu’, me explica que, en la madrugada del 8 de diciembre, los
tres ‘despertadores’ –que llevan dos farolas y un Cristo– van llamando a los
componentes de la Hermandad de las Ánimas. La procesión del ‘Rosario de la
Aurora’ comienza un poco después, a las seis de la mañana, y, al son de cantos
y rezos, van despertando al vecindario mientras amanece en la Puebla. Y más
tarde, sobre las ocho, se celebra la ‘Misa de los Despertadores’. Balbino
Sánchez y José Gómez dirigen el Hogar del Pensionista y me invitan a la
ceremonia de la ‘Entrega del estandarte de la Virgen del Carmen’ –que tiene
lugar esa misma tarde– entre los miembros de la Hermandad de las Ánimas. El
hermano que lo recibe debe guardar el estandarte en su casa durante un año.
Posdata:
Este artículo salió publicado en Ideal de Granada, el 24 de diciembre de 2001 y en mi libro Artículos del Altiplano y de Granada (2014). Dolores Mañas y Andrés
Martínez fallecieron unos años después de la publicación. Josefa murió el 7 de
abril de 2018, mi madre amasaba en su horno todas las semanas, en los años
sesenta, y recuerdo a aquellas mujeres con el pañuelo en la cabeza, dándole
vueltas a la masa.
Facebook de Leandro.
ResponderEliminarGloria Blazquez M. Bonico recuerdo Leandro. ¡Gracias por compartir!
Leandro. Hace veintiún años, creo que en la foto sale tu padre
Dolores García B. Feliz Navidad
Emybel Díaz. Felices fiestas
José Pinteño. Está bien recordar estas cosas. Al llegar a la puerta de una casa siempre decían: "¿Se canta o se reza?", y la respuesta solía depender de si en aquella casa tenían un luto reciente o no. Cosas curiosas de aquellos tiempos.
Leandro. Esto lo decían ayer en la Cope, y mencionaban la Hermanad de Ánimas de Baza. El aguilando lo hacían los esclavos en las fiestas saturnales romanas, que pedían limosna. Más tarde lo adoptaron las órdenes mendicantes y la Iglesia lo permitió durante la Navidad
Maruja Elvira. Que bonitos recuerdos de las ánimas que años aquellos más bonitos yo me acuerdo perfectamente del baile de pujas aunque yo era muy pequeña de ir con mi adre al bar del totovio a ver a mi padre tocar la guitarra. El esa foto que estás publicando Leandro yo no había nacido todavía. Té doy las gracias por a verla publicado me he he mocionado y me ha dado muchísima alegría de ver a mi padre en esa foto. Mi padre fue uno de los cantaba en el grupo de animas y de hecho sobre todo las seguidillas que recuerdo más agradable. Gracias y mil veces gracias por publicarla.
Leandro. Esta foto viene publicada en mi libro Diálogos en la tierra de los ríos (2004), es muy entrañable porque salen al natural, mirando al fotógrafo. "A ver, mirad a mi mano derecha", solía decir mi padre, detrás está la ventana de la casa de mis padres. Yo también me emociono con esta foto. ¿Quién es tu padre?".
Ángeles Fábregas. Preciosos recuerdos yo nací en el sesenta y cuatro gracias Leandro por mantener la historia d nuestro pueblo viva un saludo… Andrés el molinero lo conocí yo y creo recordar q a Josefa también por supuesto mis padres les conocían perfectamente
Leandro. La maquila era la medida de grano, harina o aceite que se cobraba el molinero por la molienda. Andrés me contaba que pasaba la mano por el cajón de madera lleno de harina, para dejarlo parejo, "pero había molineros que hacían un hueco con la mano y les quedaba algo más". Van 736 lecturas
Mari Triguero. Así era
Facebook de Huéscar en el recuerdo.
Fini Arias M. Recordar es vivir.Bonita foto
Marisa Rodriguez L. Ohh! El tío Juan! Hermano de mi abuela! Gracias por esta publicación! Es el tercero por la derecha
Carmen García M. Que bonitos cuantos de nuestra tierra
Maria Josefa Fuentes. Muchas gracias por.mostrar nuestra races no tenemos nunca que olvidar
Pedro J. Fernandez R. Magnífico artículo, recuerdo vivo de los tiempos en los que nuestras raíces no podían imaginar los frutos que darían aquellas vidas de tantas dificultades y sacrificos. Es bueno recordarlo y no olvidar que a pesar de todos supieron ser felices, cuando pudieron. Enhorabuena por esta publicación
Leandro. Es un reflejo de aquella época, donde había tanta pobreza. Al sacrificio de nuestros padres y abuelos les debemos el bienestar de hoy, pero esto no se reconoce
Wasap de Exseminaristas y de otros.
ResponderEliminarPepe Gómez. Me gusta leer tus relatos etnográficos. " El baile de las ánimas" que describes es común al que se celebraba en Lanteira, aunque yo tengo imágenes muy borrosas del mismo, pero tu relato y el de mis padres coinciden plenamente. Alguna vez he pensado que hoy escandizaría al feminismo podemita. Tu vocación de etnólogo tanto del Altiplano como de Guadix, como la de José Enrique Aybar recopilando el decir y las costumbres de Dólar es encomiable. La etnografía es un ámbito de la Antropología sociocultural.
Leandro. Hay una foto de los años treinta, donde se ve a mucha gente en la ermita nueva de guadix, con el título baile de pujas. Hoy en la cope decían que el aguilando viene de las fiestas saturnales romanas, en que los esclavos pedian limosnas en esta época y más años más tarde lo adoptó la religión cristiana en la Navidad
Tarsicio. Leandro, gracias por el esfuerzo de búsqueda de nuestras raíces. Respecto a tu vivencia del "marrano Sanantón", dos cosas: - Rafa Cuevas (Antiguo seminarista de cursos superiores y amigo personal). He preguntado a muchos, muchas veces por él. Siempre me decían que estaba en Huéscar, pero tú lo has localizado y te ha acompañado. No se de cuándo es tu reportaje, sí es de hace poco quiere decir que está bien de salud y sigue con sus investigaciones etnológicas, que diría Pepe Gómez. - Finalmente, Mis recuerdos del famoso marrano no son de la rifa en La Plaza, sino que se producía con el cochino amarrado a la columna de la plazoleta de la Iglesia de Santa María. Mi Padre era Hermano de San Antón (lo cual era un privilegio) y presencié la rifa varios años. Todo Huéscar llevaba papeletas, pero como se vendían desde el 18 de enero y se rifa a él 8 de diciembre, mucha gente no encontraba sus papeleta y a veces el Pregonero tenía que cantar el número premíado, durante varios días por las esquinas. Se rifaba en la Inmaculada porque era la primera fase de las matanzas: final de noviembre y principios de diciembre. Así podía el acertante hacer su matanza en ese tiempo o durante el mes de febrero, en que se volvía a hacer matanza por aquellos que tenían posibles o mucha familia.
Pascual Dengra. Muy bonito lo que me envías de nuestra tierra. Lo que vivimos entonces.
José María Laguna. Buenos recueros traen a la memoria, porque todo eso lo he vivido en mi infancia.
María José García. ¡Qué bonitos recuerdos de aquellos tiempos!
Dori Carasa: Qué buenos recuerdos y qué bien expresados. Me invade la nostalgia cuando leo todo esto. Muchas gracias, Leandro
ResponderEliminarJesús Parra. Y después a jugar a las caras en las Eras Bajas.
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