El
programa Informe Semanal, que emite TV1,
del pasado 6 de septiembre, trataba
sobre los pueblos de colonización y el locutor comenzaba así:
–Este otoño van a hacer
cincuenta años de la muerte de Franco, 55.000 familias que fueron desplazadas,
entre los años cuarenta y setenta, por el Instituto
Nacional de Colonización, a municipios levantados de la nada, en tierras
baldías. Unos trescientos pueblos en veintisiete provincias, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Sus habitantes se sienten los grandes
olvidados y sobre ellos perdura el estigma por una vida llena de sacrificios,
sus hijos y nietos nos lo cuentan en primera persona.
A
continuación se escucha la voz en off, o
superpuesta, del programa ‘España se
prepara’, de 1949 (en tiempos de Franco), con la imagen de un pueblo:
–Llevar a esos campos el agua,
construir caminos y viviendas, escuelas e iglesias y preparar buenos
cultivadores porque el problema de producción agrícola afecta a los españoles
del campo y de la ciudad. Pero el factor primordial de toda colonización es el
hombre, para el que se construyen a ritmo creciente pueblos alegres, donde su
vida y el de su familia alcancen el nivel que impone el movimiento salvador de
España.
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| Antiguos colonos con sus hijos, junto a un pantano |
Sin embargo, el historiador
Antonio Cazorla no opina igual: “Los
pueblos de colonización son un proyecto de la dictadura para dos cosas: fijar
población a la tierra y dar un mensaje a la población de que Franco está
haciendo la justicia social”. Una mujer mayor recuerda muy bien el sorteo:
“A cada colono le dieron una yunta de vacas para el arado, una yegua y una vaca
suiza. Los primeros años, como los pobres no tenían nada, fueron muy difíciles…”.
A continuación, en la pantalla de la televisión sale sobreimpresionado el
título del programa: ‘Colonos, entre el
mito y el olvido’. Aparece una anciana leyendo un folio:
“Cuando nuestros padres salieron emigrando hasta aquí, eran tiempos difíciles,
buscaban un porvenir. Ellos dejaron
atrás sus casas, amigos, familiares y recuerdos de la infancia, así
emprendieron el rumbo a tierras extrañas”. Oyendo esto da la impresión que emigraron a Cataluña, a Alemania o la Argentina.
Pero una voz sobrepuesta desmiente el infundio: “Juana es hija de colonos, con 19 años llegó a estas tierras del noroeste de Extremadura, con sus padres y cinco hermanos. Junto a 54 familias
de otros puntos de la región, fueron los primeros colonos en Begaviana”. Quiero añadir que mi esposa es hija de colonos, que vivían en la comarca de Jerez de los Caballeros, y se trasladaron a la casa con la parcela que
les tocó (centenares de vecinos no tuvieron esa suerte), en Brovales, a unos nueve quilómetros. Lo normal es que los
colonos se quedaran dentro de la comarca o de la provincia (se construían los
poblados para los vecinos de los pueblos colindantes) y entre ellos conozco a
varios que malvivían en chozos, tal era la pobreza en algunos lugares de la
provincia de Badajoz, en los años
sesenta. Hay que señalar que en la ‘década
del desarrollismo’, de 1960 a 1970, emigraron unos dos millones de españoles a
Europa y regiones del norte de España.
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| Acudiendo a la misa del domingo |
El locutor de Informe Semanal explica
el proceso: “En septiembre de 1939 se crea el
Instituto Nacional de Colonización, que se convertirá en el instrumento de
la política agraria franquista, planificó la construcción de infraestructuras
hidráulicas y más de trescientos nuevos pueblos. Había que convertir secanos en
regadíos y retener población en el campo. Cada colono recibía una casa y un
lote de tierra, pero quedaba vinculado
al Estado, que les tutelaba durante cinco años, pero tenían que devolver lo
recibido en dinero y cosechas. Las familias numerosas tenían prioridad y había
que demostrar un pasado limpio (…). Miles de hectáreas se expropiaron a grandes
latifundistas, en Andalucía y Extremadura.
Un proceso que resultó beneficioso para algunos latifundistas…”. Acto seguido aparecen en la pantalla unas
imágenes del NO-DO (el Noticiario
Cinematográfico Español), ‘La nueva
Andalucía, 1961’: se concentran los colonos de las localidades de la zona
para ver a Franco, que pronuncia
unas palabras sobre la reforma agraria y entrega los nuevos títulos, mientras
recibe los aplausos… Laureano Carbonell es miembro de la Asociación
Patrimonial de Esquivel (Sevilla):
“El arquitecto Alejandro de la Sota construyó
Esquivel en forma de abanico y lo hizo a escala humana, con su arquitectura
propició el encuentro y acercamiento de todas esas familias que venían de
diferentes puntos de España, pudieron conocerse y vivir bien. Cambiaron el
paisaje agrícola y son un referente esencial de nuestra historia”. Comparto completamente su opinión. Ana Amado, fotógrafa y arquitecta, lo observa
desde su profesión: “Ver cómo
habían evolucionado estos pueblos, setenta años después. Nos interesaba mucho
esta arquitectura y este urbanismo experimentales que se habían desarrollado
durante el franquismo”. Mientras que el arquitecto Andrés Patiño expresa su admiración: “El arquitecto Fernández del Amo construyó
Sierra de Gata en Cáceres, es un pueblo con una asombrosa naturalidad en la
dehesa extremeña, sin alterarlo en lo más sustancial. El paisaje agrícola está
en el interior del pueblo para que gozase de estas plazas y lugares”.
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| Los árboles, integrados con las casas |
En Lacanau, Departamento de la Gironda en el
suroeste de Francia, yo he visto chalés integrados en medio del bosque. Sin
embargo, en España lo que se suele
hacer es talar los árboles del bosque para construir chalés o viviendas, por no
hablar de los grandes destrozos en edificios históricos que hicieron en Granada, entre los años 1965 al 1975. Y
ahora quieren instalar un enorme parque
de placas solares en el Fargue y el entorno de la Alhambra, talando los árboles
y destruyendo la vegetación. Volviendo
al citado Informe Semanal, una anciana
(la mayoría han fallecido) de un pueblo de colonización recuerda que “en la Sección Femenina nos enseñaban a leer
y muchísimas cosas, a que fuéramos buenas personas y buenas madres…”. Sin embargo, el historiador Antonio Cazorla reconoce que, “era una
sociedad basada en las redes de la solidaridad, que eran esenciales”. En Brovales, con unos doscientos
habitantes, los vecinos se ayudan los unos a los otros en las matanzas y en
otras tareas, mientras que a los niños los ves en las casas de los amigos,
celebrando un cumpleaños, de manera que en el invierno se contagian y se resfrían
con frecuencia, por lo que hay unos lazos fuertes de solidaridad. En las casas suele
haber un trasiego continuo de vecinos y familiares.
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| Las casas de colonos, en la actualidad |
Andrés Patiño también lo ve así:
“Construir un pueblo no es elevar unos muros ni poner unas cubiertas, sino que
es generar unos vínculos entre personas, que llegaron y no se conocían, pero
tuvieron que apoyarse mutuamente en una situación histórica”. Por su parte, Ana Amado opina que “a través de las fotos, fueron llamados
injustamente los colonos de Franco
durante toda su vida, y esto ha hecho que sus vidas hayan permanecido
invisibles de una forma totalmente injusta…”. Y concluye: “Nosotros buscamos la
arquitectura y nos encontramos con la gente.” Por lo que se ve, cometieron una
enorme injusticia con los colonos, según la fotógrafa. No hace falta decir que
muchos españoles vivían en la extrema pobreza, España era un país atrasado en
los años cincuenta: las cartillas de racionamiento las retiraron en 1953 y en
la escuela nos daban leche en polvo. Al menos les proporcionaron a los colonos una
casa, con su parcela y unos animales (que tuvieron que pagar al Instituto
durante treinta o más años), pero esto les
salvó de tener que emigrar al extranjero. La misión de los medios de comunicación es informar,
educar y entretener, pero resulta que la televisión pública, financiada
con los impuestos de los ciudadanos, mezcla información con opinión y en Informe Semanal se vierten afirmaciones
sin fundamento y cuando no sesgadas: “55.000 familias que fueron desplazadas,
entre los años cuarenta y setenta, por el Instituto
Nacional de Colonización, a municipios levantados de la nada, en tierras
baldías (…). Sus habitantes se sienten los grandes olvidados y sobre ellos
perdura el estigma por una vida llena de sacrificios…”. En Brovales, las casas de los colonos tenían tres dormitorios, un cuarto
de aseo –en los años sesenta la mayoría de las casas rurales no tenían aseo–
salón, cocina y un patio con trescientos metros cuadrados, dos cuadras para los
animales, una dependencia y el pajar arriba. Hoy la mayoría están restauradas y
las poseen los hijos y nietos de los antiguos colonos, porque ya no vive
ninguno.
Según
Informe Semanal, la construcción de más de trescientos nuevos pueblos de
colonización, durante la Dictadura de
Franco, desplazó a miles de colonos
a tierras extrañas. Sin embargo, hay que señalar que la actual Ley de Vivienda del Gobierno ha sido un fracaso, sobre todo en la limitación de precios, de
forma que los jóvenes tienen que vivir más años en casa de los padres. Copio estos titulares del El Debate, del 4
de octubre de 2024: “De las 184.000
viviendas prometidas por Sánchez solo se ha entregado el 5,5%. Únicamente se
han puesto a disposición de las familias 10.206 viviendas en un año y medio, y
la gran mayoría proceden de la Sareb. España necesita
700.000 casas de alquiler asequible para atajar la crisis de vivienda.”
Hacen falta más viviendas sociales, porque el alquiler se ha encarecido con precios prohibitivos y los
jóvenes no tienen futuro.
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| Aspecto de Brovales |
Recuerdo un programa de televisión española, hace más
de veinte años, que trataba sobre los emigrantes españoles en
Alemania, en Düsseldorf, en los años sesenta. Un emigrante denunciaba que
los alemanes no los dejaban entrar en los bares y otro decía que, si los veían
en la plaza, les pegaban. Los españoles que iban a la vendimia de Burdeos,
en Francia, dormían en barracones o en antiguas cuadras de caballos… Al
menos los colonos permanecieron en su tierra y pudieron tener una casa y parcelas
en propiedad. Hace unos quince años entrevisté a varios colonos de Brovales, donde contaban sus vivencias
y recuerdos cuando llegaron al poblado, y salió publicado un reportaje de una
página en el diario Hoy de Badajoz. Entablé
amistad con varios de ellos y hoy me emociono al recordarlos, incluso pedí en un artículo que colocaran
una placa en la plaza, con los nombres de aquellos ‘colonizadores’. Pero no
sirvió de nada.
Publicado en Ideal en Clase
https://en-clase.ideal.es/2025/10/16/leandro-garcia-casanova-colonos-entre-la-verdad-y-el-recuerdo/?fbclid=IwY2xjawNeBqNleHRuA2FlbQIxMAABHnJj-PXitJ4-SPcfRqAs3TiGNWpFPkOX7ctg2ltm33JN2F5hL0cl2XWx6TA-_aem_5cMMXrZgFEBhHmOiRSxNoA
Los pueblos de colonización
https://www.eldebate.com/historia/20251014/pueblos-colonizacion-proyecto-rural-republica-acabo-construyendo-franquismo_344095.html