miércoles, 18 de septiembre de 2024

ÉRAMOS TAN JÓVENES

 



Esta foto me recuerda a los conjuntos de entonces y la canción que cantaban Los Relámpagos: Jóvenes, éramos tan jóvenes, soñaba yo y soñabas tú, fue la verdadera razón de mi vida, nuestro sueño sin temor, los jóvenes quieren ser felices, los jóvenes buscan la amistad… Sebastián el carpintero toca la batería, Juanra Martínez y otro cogen el micrófono, Pepe el de la fragua toca el acordeón, Quico Romero bebe…





Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro (1920), edición de autor. Se vende en el Ecomuseo y en el Estanco de Castilléjar, a 10 euros.

martes, 17 de septiembre de 2024

RECUERDOS DE PARÍS II

 

El batobús subiendo por el Sena


Hay una iglesia cerca de la urbanización, la Virgen del Calvario, de manera que se oyen las campanas dando las horas, algo parecido al sonido de las campanas de la Catedral de Guadix. En la parte baja de la pared del campanario hay una placa de mármol, con la cabeza de un sacerdote en relieve, que fue fusilado por los alemanes durante la II Guerra Mundial. Precisamente, en agosto, se ha celebrado el 80 aniversario de la liberación de París. En la capital francesa entró una División al mando del general Leclerc y algunos tanques venían rotulados con los nombres de batallas de la Guerra Civil española: Teruel, Brunete… Copio lo que sigue porque pocos lo saben: Los republicanos españoles de la 9ª Compañía, inscrita en la 2ª División de Ciegos del general Leclerc, fueron los primeros soldados en regresar a París el 24 de agosto de 1944. Eran soldados republicanos exiliados, que se alistaron en el ejército francés para combatir a los alemanes. Pero este hecho fue silenciado en Francia hasta hace poco, porque el mérito de la liberación tenía que ser para el ejército francés. 

Placa de mármol, en la iglesia


Al finalizar la Guerra Civil, en abril de 1939, medio millón de españoles cruzaron las fronteras con Francia, la mayoría fueron llevados a improvisados campos de concentración, como el de Argelès sur-Mer, donde fallecieron centenares por falta de alimentos y de medicinas. Cuando en marzo pasado yo vi la playa de Argelès a lo lejos (solo la conocía por las fotografías), donde hacinaron a los exiliados españoles, me emocioné y lloré, como describo en mi artículo Viaje al sur de Francia. Otros muchos españoles fueron capturados por los alemanes, en Toulouse y en otras ciudades del sur de Francia, y deportados a los campos de concentración alemanes donde mataron a unos ocho mil. Otros deambularon por las calles de Paris y de otras ciudades de Francia (país que ha servido de refugio a miles de españoles, a políticos e intelectuales durante diferentes épocas), pues tuvieron que exiliarse.

Puente de Alejandro III


Una mañana, mi mujer y yo cogimos el metro y fuimos al centro de París pero los billetes que me había dado mi hijo no servían, de manera que validaron dos en la ventanilla. Nos pasamos la mañana viendo el impresionante Puente de Alejandro III (un regalo de este zar a Francia, a finales del siglo XIX), junto a las instalaciones deportivas de los Juegos Olímpicos pues estos días se están celebrando los Juegos Paralímpicos. También visitamos los jardines del Louvre (ya conocemos el museo), que estaban atestados de centenares de turistas, muchos sentados en el césped o comiendo un bocadillo. También vimos los numerosos batobús que transportan a los turistas por el Sena, así como las gabarras que llevan mercancías… Sin embargo, al regresar al mediodía, los restantes billetes del metro tampoco servían a pesar de que la oficinista nos dijo lo contrario. A las trece horas no había nadie en la ventanilla y la máquina expendedora estaba estropeada. No sabíamos qué hacer hasta que un joven mexicano, que estaba por allí, nos dijo que pasáramos por la puerta que utilizan los inválidos. Colarse sin pagar te puede costar una multa de cincuenta euros, pero había que arriesgarse. En la planta de abajo había una ventanilla abierta y el mexicano le explicó en buen francés a la trabajadora nuestro problema, ya que nosotros apenas lo hablamos. Nos dejó bajar al metro sin pedirnos los billetes, de manera que fueron dos buenos detalles de personas generosas en cuestión de minutos. Si no, hubiéramos tenido que coger un taxi o ir a otra parada de metro. Antes de despedirnos, el mexicano nos dijo que estaba estudiando en la Universidad de París y que los latinos somos muy diferentes a los franceses. Al bajar al andén, vi que el metro de la línea 13 estaba estacionado y que iba a salir de un momento a otro, de manera que salí corriendo para no perderlo pero sin querer di un zapatazo en el suelo y caminé inclinado con las manos hacia adelante unos tres metros, estuve a punto de caerme en cualquier momento. Incluso llegué a pensar que iba a chocar con el vagón, pero logré recuperar el equilibrio y entré como una bala por la puerta. Algunos sonrieron al verme (por la forma de entrar, y eso que no me vieron haciendo piruetas en el andén) y menos mal que apenas había gente en el vagón sobre las trece horas, que si no hacen fiesta a mi costa. En la semana que estuvimos en París solamente llovió un día y las temperaturas normalmente eran 17 grados por la mañana y 27 por la tarde, de manera que se notaban la humedad y el aire fresco. Aquello era un verdadero alivio, comparado con el calor sofocante mezclado con el polvo del desierto, que se respiraba en Granada con temperaturas cercanas a los cuarenta grados.

El autor delante del Museo del Louvre


En el viaje de regreso a Granada, venía el mismo azafato que en el vuelo de ida y cuando aterrizó el avión me preguntó si Granada quedaba lejos del aeropuerto: a unos nueve kilómetros, le dije. Como era estadounidense, de casualidad le pregunté que si era de California. Respondió afirmativamente y entonces le dije que el embajador de los Estados Unidos, Washington Irving, escribió Cuentos de la Alhambra, en el siglo XIX, y es el libro que más se vende en Granada. El azafato conocía varias ciudades españolas y prometió que visitaría pronto Granada. Te encantará conocerla, le dije al despedirme. El comandante del avión era español y cuando informaba por los altavoces se le notaba amabilidad y cercanía, por eso, cuando pasé por su lado me despedí dándole las gracias por el vuelo.

Artículo publicado en Ideal en Clase

https://en-clase.ideal.es/2024/09/12/leandro-garcia-casanova-recuerdos-de-paris-2-2/?fbclid=IwY2xjawFV-7pleHRuA2FlbQIxMAABHTJZSpSVLJlCgbJZJmPT-ib4ahkF8pNs_GyQLhnpYcgvGfYw4zFUMFPvhw_aem_nXV4Q31Krg2LA7JDWzjNuQ

domingo, 8 de septiembre de 2024

SOLIDARIDAD CON JULIO VISCONTI

 

Nicho de Julio Visconti. Marián León

Reivindicando su memoria


Hago un llamamiento al alcalde de Guadix, como presidente de la Fundación del Pintor Julio Visconti, y al presidente del Centro de Estudios Pedro Suárez, del que soy miembro, para que hagan las gestiones oportunas para que el nicho con los restos de Julio Visconti –fue enterrado en el Cementerio de San José, de Almería, hace más de tres años– tenga una lápida y deje de ser una tumba anónima. Mayor agravio no se puede pedir para el pintor que fue tan generoso con Guadix. Hay que recordar que fue nombrado Hijo Adoptivo y Predilecto de Guadix, así como socio de honor del Centro de Estudios Pedro Suárez. Julio Visconti no tenía hijos, su hermana está internada en una residencia y creo que es una sobrina la encargada de poner la lápida.

En un comunicado de prensa, la Fundación del Pintor Julio Visconti manifiesta que ha intentado solucionar esta situación, aunque legalmente no ha sido posible por carecer de la titularidad de la propiedad o uso en la que descansan los restos del señor Visconti. Manifiesta, asimismo, que solo será posible dar la respuesta adecuada a esta cuestión mediante la iniciativa y gestión de los titulares de la mismas.

El pintor Julio Visconti


Esto no se puede alegar como disculpa y con la conciencia del deber cumplido, dando por buena la respuesta de la familia ante tanta infamia y desprecio a quien hizo tanto por Guadix. Creó la Fundación, que desde el año 2009 gestiona una casa-palacio, construida en el siglo XVI, así como su colección personal y su legado pictórico, también organiza varias actividades culturales. Los honores, la dignidad y la honra hay que concederlos y defenderlos tanto en la vida como en la muerte. Por eso digo, que es una obligación moral de la Fundación, del alcalde, del Centro de Estudios y de las asociaciones culturales reclamar a la familia o ir a los medios de comunicación para que se coloque siquiera una lápida para el Hijo Adoptivo y Predilecto de Guadix, y de otras ciudades. Creo que no es pedir demasiado. Esto no lo hago por afán de notoriedad, sino por principios cristianos, por solidaridad y porque creo que es de Justicia.

Próximamente, enviaré sendos escritos al alcalde de Guadix y al presidente del Centro de Estudios Pedro Suárez, pidiendo que hagan las gestiones oportunas para se coloque una lápida y un ramo de flores al pintor Julio Visconti, de forma que tenga una sepultura digna y sus restos puedan al fin descansar en paz. La petición ira firmada por compañeros del CEPS, de asociaciones culturales y de todo aquel ciudadano que lo desee. Y cualquier ayuda será bien recibida.

Guadix, 8 de septiembre de 2024

Copio este enlace:  

https://www.diariodealmeria.es/almeria/fundacion-julio-visconti-declara-legalmente_0_2002358310.html


sábado, 7 de septiembre de 2024

UNA LÁPIDA PARA JULIO VISCONTI

 

El nicho de Julio Visconti, sin lápida. Marián León



En el Diario de Almería, del pasado día tres de septiembre, viene una crónica de Iván Gómez, con estos titulares: El acuarelista almeriense más internacional, casi tres años enterrado y sigue sin lápida

Julio Visconti Merino murió el 27 de octubre de 2021 y sus restos inhumados al día siguiente en el cementerio de Almería. Ni los premios y reconocimientos de las instituciones, ni la herencia millonaria que dejó, ni su Fundación han evitado esta ignominia

Julio Visconti había nacido en Fiñana, era el pintor almeriense más internacional y había cumplido cien años de edad. Era un maestro de la luz, de los colores y de la transparencia, de manera que había conseguido que sus paisajes urbanos y naturales, tanto de Almería como de Guadix y otras ciudades, fueran conocidos en medio mundo. En el número 48 de la calle 56 del camposanto de San José se encuentra el nicho del artista de ascendencia italiana sin flores ni fotografías ni lápida que lo identifique, sólo un cartel informativo con el nombre y la fecha del sepelio que deja de forma provisional el Grupo ASV Servicios Funerarios. Un olvido imperdonable a la memoria de cualquier fallecido, una ignominia al tratarse de uno de los iconos de la cultura almeriense, se lee en la crónica del diario. Hay que recordar que el acuarelista fue nombrado hijo adoptivo de Almería en 2008, mientras que su pueblo natal, Fiñana, le dedicó una plaza; asimismo, la Diputación y la Universidad de Almería le concedieron una insignia de oro, en 2006. Fue nombrado socio de honor de la Agrupación de Acuarelistas de Madrid y ganó, entre otros galardones, el Premio Nacional de Acuarela en 1973, el de Mejor Acuarelista del Año en 1997 por la revista Correo del Arte, el de Pintores y Escultores de África. También fue proclamado Hijo Adoptivo de Almería en el año 2008 y recibió otros muchos reconocimientos.

El pintor Julio Visconti

Aunque residió en Almería, en los años ochenta, Julio Visconti compró en Guadix una casa-palacio, construida en el siglo XVIII; la rehabilitó y decoró con pinturas, antigüedades y objetos de época y finalmente la convirtió en su residencia. Años más tarde creó la Fundación Pintor Julio Visconti, que desde el año 2009 gestiona el inmueble así como su colección personal y su legado pictórico, también organiza varias actividades culturales. El Ayuntamiento de Guadix, en reconocimiento a este proyecto cultural, le nombró Hijo Adoptivo y Predilecto. Y pocos días después de su fallecimiento, el alcalde accitano, Jesús Lorente, como presidente de la Fundación Pintor Julio Visconti,  recogió a título póstumo la Medalla de Oro de la Provincia que concedió la Diputación de Granada al acuarelista.

Sin embargo, a pesar de tantos nombramientos, medallas, honores, adopciones, abrazos y elogios; a pesar de que dejó millones de euros en herencia a sus familiares de Almería y a pesar de tener una fundación cultural que lleva su nombre, resulta que casi tres años después de su muerte nadie se ha acordado de comprar siquiera una sencilla lápida para el nicho del pintor. La crónica finaliza así: El acuarelista almeriense más internacional merecía tener su propio mausoleo en el cementerio de San José (o en el de Fiñana o Guadix) y no una losa provisional sin fotografía ni identificación ni flores. Pero a pesar del atropello, Julio Visconti será eterno por su obra, porque la verdadera muerte radica en el olvidoPara mayor desgracia, todavía no hay ningún comentario de los lectores.

Cuevas de Guadix


Copio este párrafo de mi artículo En recuerdo del Semanario Acci (el 12 de marzo de 1955 editó su primer número), que fue publicado en la revista Wadi-As y en mi blog Leandro García, en abril de 2015: A continuación, Acci señala que “ha abierto una suscripción pro monumento a Pedro Antonio de Alarcón con 500 pesetas. Tenemos el proyecto de colocarlo en la próxima primavera y realizar al mismo tiempo un homenaje público, intentamos tenga carácter nacional… ¿Contaremos también con el Ayuntamiento?”. Le pregunta el redactor de Acci al alcalde de entonces y su respuesta deja mucho que desear. Hay que recordar también que Pedro Antonio de Alarcón falleció el 19 de julio de 1891, en la calle Atocha de Madrid. Fue enterrado en una tumba sin nombre, la número 2-752, en el cementerio de la Sacramental de San Justo, en el patio de Santa Gertrudis. En sus últimos días de vida, en plena depresión tras sufrir un ictus que le dejó medio cuerpo paralizado, pidió que le enterraran en una  sepultura anónima. Ciento diez años más tarde, el 30 de abril de 2001, los restos de Pedro Antonio fueron traídos al cementerio de Guadix. Pero estos días da la impresión de que la historia se repite, que vuelve por sus fueros. Guadix tiene una deuda muy grande con Julio Visconti, ¡cómo vamos a dejar así a quien tanto hizo y amó a esta ciudad, donde dejó su mayor legado cultural! Guadix no puede quedarse con los brazos cruzados. Ninguna persona se merece esta infamia, este olvido miserable, y menos aún Julio Visconti que pintó a las gentes y las cuevas de Guadix, y que tan generoso fue con esta tierra. Conocí a Visconti cuando fue nombrado socio de honor del Centro de Estudios Pedro Suárez, dos años antes de su muerte, y aunque apenas lo traté me sorprendió su humildad y sencillez.

Mercado de Albox

El mismo 3 de septiembre, Juan José publicó en Facebook, en el grupo Guadix: foto.denuncia, la noticia del Diario de Almería con este párrafo: Creo que el ayuntamiento de Guadix debería de construirle algún monumento en Guadix ha sido una persona muy importante y ni lápida tiene. Recojo algunos comentarios de los 40 que ha tenido:

La verdad que deberíamos tener un poquito más de memoria, por todo lo que dejó.

A un pueblo que no es agradecido como le puede ir…

Qué triste que esto sea así… con todo lo que ganarán a costa de su propia casa y el pobre ni lápida tiene con todo lo que nos ha dejado aquí en Guadix… qué pena.

Pero él sí cedió su casa al Ayuntamiento.

No me lo puedo creer...!!! Qué vergüenza...!!!

Otra cuestión es que habiendo Julio Visconti donado ese patrimonio a Guadix, a su Ayuntamiento, que menos que preocuparse por su lápida, la vida no consiste en ir al Notario y olvidarse del finado.

Una cosa es que Guadix le dedique una plaza o haga buen uso de su legado a nuestra ciudad y otra que en Almería su tumba parece que haya caído en el olvido incluso para los que recibieran su millonaria herencia.

Arco de Elvira, Granada

En las páginas de la Fundación Pintor Julio Visconti viene esta dedicatoria de Luis-L Quiñones Maján, A Julio Visconti:

Te has marchado discretamente, de la misma forma que vivías: con discreción y en  silencio, notas de tu carácter. Los medios de comunicación de Almería, Granada e, incluso, Canal Sur se han hecho eco de tu marcha destacando la belleza de tu obra, su valor artístico y  la capacidad para entender e interpretar el mundo de te rodeaba,  presente en tus acuarelas.  Sin embrago,   es necesario recordar tu iniciativa de crear  la Fundación Pintor Julio Visconti, ejemplo de generosidad y cariño al pueblo de Guadix, que con frecuencia comentabas ” te había dado tanto…”.

El olvido de España con sus hijos es proverbial, forma ya parte de nuestra idiosincrasia. ¡Qué corta es la memoria de los españoles y cuán larga su ingratitud! Sin embargo, me quedo asombrado cuando voy a otros países y veo el reconocimiento que tienen por sus ilustres antepasados: lápidas en las paredes, estatuas y monolitos en los parques, placas en las viviendas... Por favor, una lápida para el pintor Julio Visconti, que se encariñó de Guadix.


Comunicado de la Fundación Julio Visconti:

https://www.facebook.com/oleguadix/posts/pfbid0DrnFeV1EPZEbrHyXoJ5cviJX79Tic6mdhAupbdrNhp4rsfRmL1Zu6CL4b8xPLkcNl


Ideal en Clase https://en-clase.ideal.es/2024/09/05/leandro-garcia-casanova-una-lapida-para-julio-visconti/?fbclid=IwY2xjawFIwqRleHRuA2FlbQIxMAABHfMLsmbPavNek9UxxbER0-lXLKaO7oJAmdclYiX3CUKgx7vBgLao9Mf87A_aem_PG7gYnoR0uciuinjKkCOHg

 

viernes, 6 de septiembre de 2024

RECUERDOS DE PARÍS I

 




El 21 de agosto, mi mujer y yo fuimos al aeropuerto de Granada para viajar a Paris, durante ocho días, pues allí se encuentran nuestro hijo, con su esposa francesa (ambos son profesores en un instituto), y los dos nietos, de uno y cuatro años. En el aeropuerto conocimos a Paquita, tendrá setenta y tantos años y vive en París, en el distrito 17. Dice que su abuelo procedía de la Alpujarra y emigró a París, en los años cincuenta, y estuvo tres días durmiendo en los bancos hasta que encontró trabajo. En los años sesenta emigró su padre y encontró trabajo en la Citroën; desde hace muchos años Paquita reside en París, aunque su madre, viuda con noventa y tantos años, prefirió regresar a Granada. Ella recuerda con nostalgia que sus padres tenían una casa enfrente de las monjas del Colegio Regina Mundi, cuando solo había viviendas en la parte derecha del Camino de Ronda y no existía la calle Arabial. No habla bien de los franceses, porque muchos se sienten superiores a los españoles. Esto se lo he escuchado yo a más de uno. Unas horas después nos despedimos en el aeropuerto de Orly, de Paris. Lo que llama la atención de Paquita es su amabilidad y porque es agradable conversar con ella.

Mi hijo vive en una urbanización privada, en un barrio de típicas casas parisinas (me encanta echarles fotos) que es muy tranquilo, en la ciudad de Châtillon, al lado de París. Sobre las nueve de la noche no se oye ningún ruido y apenas se ve a alguien por la calle, mientras que durante el día tampoco se oye ladrar a ningún perro. En la convivencia los franceses son muy respetuosos, mientras que los españoles somos más ruidosos, incluso hablamos más fuerte que los galos. Hace varios años leí que España es uno de los países más ruidosos del mundo, incluso en la calle, mientras que en Francia no oyes el claxon de los vehículos. Los franceses no entablan conversación contigo hasta que no te conocen, esto mismo me dijo una bilbaína de los vascos hace dos años, mientras que los andaluces somos más espontáneos. Le pregunto a mi hijo por los franceses y me dice: Los parisinos se creen que son el ombligo del mundo, que Paris es la ciudad más bonita, y que el Departamento de la Isla de Francia es el que más produce del país, de manera que se creen superiores al resto de los franceses. Los parisinos también tienen fama de ser unos malafollás, de manera que ya no son solo los granaínos, sin embargo yo siempre he encontrado amabilidad y educación. Hace años leí que a los parisinos no les gusta vivir en París, pues es una de las ciudades más caras de Europa: la vivienda, los restaurantes, mucho turista…

Mi nieta me sorprendió jugando a la rayuela (en España jugaban las niñas de mi edad, lo mismo que nuestras madres y abuelas, pero hoy creo que ha caído en desuso), que su madre le dibujó al lado de la cochera de la urbanización, con las palabras ciel y terre (en los extremos). También jugó con su amigo Samuel, sentados ambos en una silla plegable o bien la volcaban y se metían debajo del asiento. Ellos decían que era un canapé. La nieta tiene cuatro años y su mejor amigo es George (no vive en la urbanización) pero este año los van a poner en clases diferentes en la escuela, para que no se distraigan. Fueron a la guardería juntos y se entienden con la mirada. Junto a las cocheras suelen los niños jugar con los patinetes y con la bicicletas (tienen la suerte de jugar en el asfalto y no encerrados en un piso), bajo la atenta mirada de los padres que aprovechan para charlar entre ellos. Tengo que decir que los amigos de mi hijo han sido amables conmigo.



Un personaje simpático y querido de la urbanización es el gato de color pardo, se le ve entre los setos o tumbado en la puerta de entrada al edificio, como si fuera el portero, o bien se estira cuando los niños lo tocan. Recuerdo a una anciana que, el año pasado, por las tardes se asomaba a la ventana del primer piso y saludaba amablemente a unos y a otros, pues estaba sola y tenía dificultades para bajar a la calle. Hace unos meses le detectaron un cáncer y se encuentra en el hospital. Ni qué decir tiene que en la urbanización no se oye un ruido, aunque esto no quita que haya incomprensiones y roces entre los vecinos. Casi todos los días salimos a los parques cercanos para que jugaran los dos nietos. En uno estaba una joven argentina con su hija de seis años, era de la Patagonia, cerca de la Antártida. Su hermano le había encontrado trabajo en un restaurante cercano y su nueva pareja es precisamente un amigo de su hermano. Casi nos contó su vida a mi hijo y a mí y es que cuando se encuentran los latinos en el extranjero (he comprobado la empatía hasta con los italianos en Suiza) hacen buenas ligas. En cambio, los franceses, ingleses y alemanes son más reservados. 

Otro día fuimos a un parque pequeño y estaban dos niños sentados en un banco, mientras comentaban las fotos de los futbolistas que salían en el libro que habían cogido de la boite à livres (caja de libros). Hablaban con entusiasmo de Ronaldo y  de Mbappé. En Paris y en las ciudades de alrededor siempre hay parques cercanos para que jueguen los niños, lo mismo que zonas verdes y bosques, mientras que los franceses aprovechan cualquier rincón de su vivienda para cultivar un pequeño jardín, macetas o árboles. Esto me hace recordar a Granada: en los años noventa era la ciudad con temperaturas más bajas de Andalucía, pero hoy se ha convertido en una isla de calor porque no tiene bosques y con escasas zonas verdes. Lo primordial fue el negocio de la construcción de viviendas.