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Granada: de cultivar tabaco a inundar Europa de marihuana |
–Hace dos
semanas me dijeron que el… consiguió echar a los ‘gitanos negros’ (los habían traído
de otra localidad) de las cuevas de Guadix, los amenazó con que los iba a
matar. Por si tú sabías algo.
–Pues eso
mismo es lo único que sé. Lo comentó la gente en abierto y eso es lo que
dijeron.
–Ver para
creer, lo que no se atrevió el Ayuntamiento lo hace un calé.
–Ni el
Ayuntamiento ni la Guardia Civil. Los delincuentes se las saben todas y siempre
van un paso por delante de las autoridades.
–En
Almanjáyar, en La Paz y en otros barrios de Granada tienen el problema de los
enganches ilegales de electricidad, debido al cultivo de la marihuana. Cuando esto
fue a más, con cortes diarios de luz en varios sectores, tuvo que intervenir la
Policía y Endesa. Sin embargo, hubo algunas personas que veían bien que los
vecinos cultivaran marihuana, decían que así no cometían delitos peores. Y esto
lo dijeron públicamente, en la prensa. Pero en Guadix no han hecho nada y cada
vez venían más ‘gitanos negros’, por el efecto llamada.
–Ya sabemos
por qué hemos pasado.
–Me refiero
a que les daban ayudas y alimentos, ellos se metían en cuevas abandonadas y
hacían enganches ilegales de luz y agua, de manera que aquí vivían mejor que en
el pueblo de donde venían.
–Los
trajeron por aquello de intentar buscar población en Guadix para no perder los
20.000 habitantes. Una vez que se acomodaron, ya se dedicaron a las
subvenciones y a todo lo demás.
–Los
accitanos deben defender, por encima de todo, su seguridad y su libertad, y no
dejar que unos delincuentes los tengan intimidados.
–Eso es
fácil de decir, amigo, una persona normal y corriente se juega mucho, pero esos… no se juegan nada y encima se las
saben todas. Tú te puedes buscar una ruina; ellos no.
–Parte de culpa
la ha tenido el Ayuntamiento aunque hubo un momento en que quiso desalojarlos
de las cuevas, aunque también procuró que no lo acusaran de racista. Pero, alguien
salió en la prensa diciendo que los niños de los ‘gitanos negros’ se iban a
quedar sin alimentos ni escuela…
–Puede ser,
pero como no se han puesto...
Esta es la conversación
que, más o menos, mantuvieron dos vecinos de Guadix, en cuanto a la denuncia de
los niños que se iban a quedar sin alimentos ni escuela, no tiene ningún fundamento.
En ningún pueblo de España se permite que unos niños pasen faltas, por la
sencilla razón de que se reparten alimentos hasta a los hijos de inmigrantes y
los servicios sociales se ocupan de ello. A los inmigrantes y a los más
necesitados se les conceden ayudas, subvenciones y hasta pagas: 600 euros por
la familia y 200 por el alquiler a miles de musulmanes o de otra nacionalidad,
igual que a cualquier español necesitado. Baza, por ejemplo, es la ciudad de
España que más ayudas sociales concede, y Guadix andará por ahí.
En cuanto a
quienes ven bien que los vecinos de Almanjáyar, La Paz y otros barrios cultiven
marihuana, con la excusa de que así no cometen delitos peores, es otro
disparate y el tiempo lo ha demostrado bien pronto. El buenismo, la comprensión
o el tratar de quedar bien con los vecinos que cultivan (o con quienes roban) han
conseguido que Granada se haya convertido en la primera provincia española que
cultiva y exporta marihuana al resto de España y también a Europa. Es más, los
mafiosos se han instalado y viven ya en los pueblos del Área Metropolitana, incluso
ha habido varios muertos entre los clanes de la droga y se están practicando muchas
detenciones, por lo que los delitos han aumentado considerablemente: en julio
pasado la Policía detuvo a 40 personas relacionadas con la marihuana y 1,300
enganches de luz fueron desactivados. Lo que da una idea del negocio de la
droga.
Por otro
lado, los cuerpos y fuerzas de seguridad no pueden perseguir y detener a los
camellos y consumidores y, al mismo tiempo, hacer la vista gorda con quienes
cultivan marihuana, y no precisamente para ganarse el pan. El artículo 14 de la
Constitución señala claramente que “los españoles son iguales ante la ley, sin
que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. De
manera que unos individuos no pueden estar por encima de la ley, ni los delitos
de robo o contra la salud pública no deben de quedar impunes, porque estaría en
entredicho la Justicia. Esto me decía un amigo sobre los robos en viviendas de
Guadix: " los civiles aburridos...., a las 10 visita al juez y a la calle”.
Se produjo el robo en una cueva y la Guardia Civil la inspeccionó pero no tomó
huellas. Dijeron que “esto sólo se hace cuando hay delito de sangre…”. A un
vecino de las cuevas, que le habían robado leña, me decía “para qué lo voy a
denunciar”. Y así, entre unos y otros daban toda clase de facilidades a los
delincuentes, que vivían como marajás, mientras que Guadix los había acogido.
Cuando no se
respeta la ley, estamos a merced de la tiranía de unos pocos y, en el caso de Guadix,
la culpa la hemos tenido todos por callar y no hacer nada ante cuatro maleantes,
que se dedicaban a robar a los vecinos con total impunidad. Pero, por estas casualidades,
precisamente un calé ha solucionado el problema que no han sabido ni querido
resolver las autoridades, ni las instituciones, ni siquiera los ciudadanos
denunciando los continuos robos que padecían. Cada sociedad tiene los delincuentes
que se merece pero lo que no puede ser es que una población, de 18.000
personas, haya estado viviendo intimidada por cuatro desalmados (algunos vivían
de las ayudas sociales y de subvenciones) mientras unos y otros se echaban la
culpa de la situación. Habrá que pensar que algo está fallando en nuestra
sociedad.
Lo que más
me llamó la atención de estos casos es que fueran dos sacerdotes quienes
mostraran comprensión, caridad y hasta justificación, con quienes cultivaban marihuana o robaban a los vecinos
(como si los delincuentes fueran los hijos pródigos de la parábola), mientras
hacían y hacen mucho daño al conjunto de la sociedad. Habría que recordarles el
aforismo romano de Dura lex, sed lex (la
ley es dura, pero es la ley), o el artículo 14 de la Constitución española, que
no admite excepciones porque los españoles somos iguales ante la ley. Pero me
quedan estas dudas: ¿qué pasará si regresan los delincuentes que salieron
huyendo de Guadix, seguirán robando como antes? Y ¿cómo será la vida en
Granada, de aquí a poco, ahora que el cultivo de la marihuana se ha extendido a
los pueblos del cinturón? La respuesta la avanzaba el periódico Ideal, el
pasado 13 de diciembre: “La marihuana sigue siendo la pesadilla de esta
provincia”. Y la relaciona con el notable incremento en los delitos por
lesiones y los robos con violencia en los domicilios, en el año 2016, muchos de
ellos a consecuencia de ajustes de cuentas o de los robos de marihuana. El día
14 salía en Telecinco que la Policía y operarios de Endesa habían intervenido en un
barrio de Pinos Puente: de cien domicilios sólo cuatro tenían un contrato legal
de luz mientras que en los restantes encontraron bastantes cultivos de
marihuana. En la zona de Las Gabias, Cúllar y la Malá han incrementado los efectivos de la Guardia Civil, debido a las incautaciones de marihuana...