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La ermita, el olivo y la iglesia de san Torcuato |
El pasado domingo, 6 de abril, el grupo de Senderismo de Las Gabias, compuesto por unas 50 personas, guiado por el equipo Sinergya (empresa organizadora) y patrocinado por el Ayuntamiento de Las Gabias, realizó el sendero Fonelas-Ermita de san Torcuato, denominado SL-A 245. Nos acompañaron los concejales de Salud y Deportes, que regalaron a cada senderista una pequeña bolsa de deporte, con una botella de agua y frutas. Es una ruta circular, en el Geoparque de Granada, que conecta el municipio de Fonelas con la citada ermita, un itinerario turístico de gran valor histórico que nos permite disfrutar de bellos paisajes. Fonelas formaba parte de la colonia de Guadix, que fue fundada por Julio César, en el año 45 antes de Cristo, con el nombre de Iulia Gemella Acci (mientras que Martos viene de Iulia Gemella Tucci). El emperador Augusto utilizó la colonia años después para albergar a los veteranos de las legiones I y II. Señalar que el topónimo de Guadix viene del árabe Wadi Ash y significa el Río de la Vida.
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Caminando entre los barrancos |
Se trata de una senda, en su mayor parte trazada por veredas, que culmina en un altozano donde se ubica la ermita de san Torcuato, con preciosas vistas a Sierra Nevada y a la Sierra de Baza. El terreno destaca por el valor excepcional del patrimonio geológico y los recursos naturales de la zona. Se basa principalmente en las formas modeladas sobre arcillas y en conjunto son tierras baldías o yermas (badlands), con barrancos erosionados por el agua de la lluvia que forman las famosas cárcavas (las más conocidas son las del municipio de El Marchal), dando lugar a un paisaje pintoresco y original, por eso, los cerros de Guadix se asemejan a dientes mirando al cielo. El itinerario está señalizado y tiene aproximadamente 13,5 km entre la ida a la ermita y el regreso a Fonelas, con poco desnivel, y también conecta con Benalúa. Al comienzo cruzamos el rio Fardes por el puente mientras que a la vuelta hay que vadearlo. El rio nace en las estribaciones de las Sierras de Huétor y de Arana, en el Molinillo (cerca se encuentra la Venta del Molinillo y la famosa choza, donde curaba el santo Manuel), riega la Hoya de Guadix y desemboca en el Guadiana Menor. El sendero asciende progresivamente por una pista de un kilómetro y el resto, hasta la ermita de san Torcuato, caminamos por una vereda con miradores naturales, que ofrecen unas vistas espectaculares: al Este destaca Fonelas y, más arriba, su Estación Paleontológica Valle del Rio Fardes (donde se llevan a cabo excavaciones arqueológicas, siendo una de las más importantes de España), mientras que a la izquierda se ve el Puente del Anchurón, de la línea férrea que va de Almería a Linares. En el citado puente se rodaron escenas de La India en llamas, mientras que en Guadix y en los pueblos de alrededor se hicieron numerosas películas, sobre todo spaghetti western por sus paisajes desérticos. También puede apreciarse desde los barrancos la cara norte de Sierra Nevada, con el Picón de Jerez como máximo exponente, y la Sierra de Baza, mientras que la vegetación se reduce al esparto, las retamas y matorrales. Como es un terreno árido y las lluvias son escasas, hay cabras montesas, aves esteparias y algunas rapaces.
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Fonelas y el Cerro del Mencal, a la derecha |
Más
adelante llegamos al paraje conocido como
Face Retama, aquí se encuentra la
ermita de san
Torcuato, donde aseguran que se produjo el martirio del santo, que fue el
primer obispo de Europa. Face Retama significa luz sobre las retamas,
ya que hay abundancia de esta planta por el terreno. El santuario lo componen la ermita y la iglesia, que fueron construidas
en el siglo XVI; detrás de esta hay una cueva (de origen mudéjar) con veinticinco salas y que sirve de alojamiento a los peregrinos. Un cartel en la cueva indica que es el cenobio
paleocristiano de san Torcuato, y una guía, que suele venir los fines
de semana, me dijo que iban a celebrar próximamente un retiro espiritual. La
acompañé hasta la ermita, donde se arrodilló para rezar junto a una monja, pues aquí se celebra misa los días quince de
cada mes. En el patio que hay detrás de la ermita se encuentra el famoso Olivo
de san Torcuato. Cuenta la
tradición que en este lugar fue martirizado y enterrado el santo, en el año 66
después de Cristo (en tiempos del emperador Nerón), siendo sus restos
trasladados en el siglo X al municipio de Celanova (Orense). En la Catedral de Guadix se conservan algunas
reliquias, como el brazo, la mandíbula y el calcáneo (hueso poco conocido por
no encontrarse expuesto a los fieles). Estos restos del santo los entraron en Guadix por la Puerta de Baza y años más tarde, en su memoria, lo denominaron el Arco de San Torcuato. Según la leyenda,
habiendo plantado un olivo a la entrada
de la iglesia, todos los años en la víspera de la fiesta éste se cubre de flor,
que al día siguiente se ha convertido en hermosas aceitunas, que el público
devoto se apresura a coger para usos devotos, siendo tal que da para llenar
varios canastos de ellas.
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Senderistas de Las Gabias. Foto Juanma |
Fueron siete varones apostólicos los que
vinieron para evangelizar a España: Torcuato era el mayor de ellos, Tesifonte, Indalecio,
Segundo, Eufrasio, Cecilio (patrón de Granada, que también fue martirizado) y Hesiquio. Se
les considera discípulos del apóstol Santiago y fueron enviados desde Roma por
san Pedro y san Pablo.
El 11 de mayo de 2024, muchos peregrinos salieron del Arco de San Torcuato, en
Guadix, y subieron andando durante tres horas al santuario de Face Retama. Cada año se celebra la
tradicional romería, llamada la
procesión de las antorchas, con
la imagen del patrón de Guadix y de la diócesis. En Guadix le tienen
mucha devoción y muchos accitanos llevan a gala llamarse Torcuato, De los
años sesenta recuerdo el paso solemne, con la imagen mítica de san Torcuato, saliendo por la puerta de la Catedral en medio del fervor de
los fieles.
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La iglesia y detrás el cenobio |
En la parada que hacemos en Face Retama, para tomar el
bocadillo, le pregunto al guía, Manuel
Palma, por el grupo de senderismo:
–Es un grupo muy entusiasta, fácil
de manejar para los guías y con un ambiente muy positivo, son solidarios, ya
que en pequeñas incidencias que hemos tenido desde la temporada de 2020, en que
yo me hice cargo del grupo, se han ayudado unos a otros con una hermandad donde
la naturaleza saca lo mejor del ser humano. Yo me dedico profesionalmente a la
actividad física desde 1992, soy monitor de culturismo, entrenador personal,
instructor de actividades dirigidas en centros deportivos de todo tipo, guía de
senderismo deportivo y cultural, y ‘mountain bike’ (bicicleta de montaña). La
guía de la ermita me ha contado que se le va a dar un enfoque más turístico al
centro de peregrinos, se va a poder visitar reservando hora y también están
haciendo retiros espirituales, el último que se ha hecho fue de parejas en
crisis. La guía vende botes pequeños con dos aceitunas y dos hojas del olivo y
le das la voluntad. Yo le he comprado un bote.
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La histórica ermita de San Torcuato |
A Manuel lo acompañan dos guías auxiliares, Juanma, que ha escrito un libro
y toca en un conjunto de música, y Manuel, que es bombero de Málaga. Los tres son amables y atentos a lo que
necesites, lo que yo destacaría de las etapas es que son asequibles para
cualquiera (y no son un subir y bajar montes, como ocurría antes) y algunas son
nuevas, aparte del buen ambiente que hay. También hizo el sendero Goyo Morales, que dirige el senderismo en Las
Gabias desde hace bastantes años. En el regreso a
Fonelas, por la Rambla del
Ovel,
se encuentran álamos centenarios y formaciones geológicas muy interesantes. Sin
embargo, es recomendable evitar la rambla en época de lluvias debido al riesgo
de crecidas repentinas. Como caminamos entre barrancos, hay algunos desprendimientos
a los lados de la pista a causa de las recientes lluvias, pues el terreno es de
arcilla. Nos llama la atención un complejo de cuevas turísticas, excavadas en
la pared lisa de un barranco, a veinte metros o más del suelo (como las antiguas cuevas de moros, cuya finalidad era defensiva para
protegerse de los ataques), a las que se sube por veredas estrechas. El final del
trayecto tuvo su emoción, pues había que vadear
el rio Fardes saltando
como los marsupiales sobre las piedras, colocadas en medio del cauce, que
resbalaban por las ovas. Y entre salto y salto más de uno se mojó los pies,
pero no hubo ningún resbalón. En
medio de huertos y vistosas alamedas hicimos la entrada en Fonelas y, antes del regreso a
Las Gabias, repusimos fuerzas en los
bares.
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El rio Fardes y las alamedas de Fonelas |
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